El ajedrez está viviendo una nueva edad de oro. El éxito de las partidas rápidas por Internet y el empujón que dio la serie ‘Gambito de Dama’ prueban que va camino de convertirse en un deporte de masas. De las luces, pero también de las sombras de este juego milenario, hablamos con Magnus Carlsen, el actual campeón del mundo que debe defender su título frente al ruso Ian Nepomniachtchi.
Viernes, 26 de Noviembre 2021
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El ajedrez está viviendo una nueva edad de oro. No era tan popular desde los años setenta, cuando el norteamericano Bobby Fischer se enfrentó al soviético Borís Spaski en el duelo del siglo. Internet ha ‘democratizado’ un juego que se consideraba elitista. Y buena prueba de ello es que cualquier aficionado puede medirse en uno de los miles de torneos que se juegan a diario en la Red con el mismísimo campeón del mundo, Magnus Carlsen (Tonsberg, Noruega, 30 años), una presencia habitual en este tipo de competiciones. Partidas rápidas que se juegan como si fuera un videojuego y donde cuentan más los reflejos que el análisis. De hecho, muchos jugadores de la generación de las pantallas no han jugado nunca en un tablero real, de tres dimensiones; solo en el móvil o el ordenador. Hay una pléyade de analistas que comentan partidas en YouTube y Twitch, el canal de los gamers. Las televisiones ya compiten por las retransmisiones de los grandes eventos. Junto al éxito hace unos meses de la serie Gambito de Dama, que narra la vida ficticia de una ajedrecista con problemas de adicción, es otro indicativo de que el ajedrez lleva lleva camino de convertirse en un deporte de masas.
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