Ángel Ruiz-Cotorro Vivir más, vivir mejor 'El futuro es la medicina del bienestar'

Su especialidad como médico deportivo son los tenistas y es una eminencia. La mayoría lo conoce por ser el médico de Rafa Nadal, pero lo es de muchos otros deportistas. Por sus clínicas de Madrid y Barcelona, las únicas en el mundo en medicina deportiva dedicadas al tenis, han pasado los números uno de casi todos los deportes. El piloto Marc Márquez se acaba de trasladar a la capital de España desde su Lérida natal para estar más cerca de él y, otros cruzan el charco, como las hermanas Williams, para buscar en su consulta una segunda opinión.

Ángel Ruiz-Cotorro (Santander, 1958) fue tenista antes que médico y, probablemente, por eso tiene una extraordinaria empatía con los jugadores. Más intuitivo que academicista, los que lo conocen dicen que su relación con Rafa Nadal va más allá de ser su médico. «Nadal lo quiere como a un padre», dice una persona de su entorno.

Habilidoso en todos los deportes y buen estudiante, hizo la especialidad de medicina deportiva en París –sin hablar casi francés–, el mejor lugar donde se podía cursar. De ahí hasta la cima de la medicina deportiva, a tratar a los jugadores más grandes.

De todos ellos, Rafa Nadal es quien le ha hecho evolucionar más en su carrera porque «me ha llevado a situaciones límite» y, a su vez, «quizá yo le aporte a él tranquilidad y confianza, la confianza de poder hablar de cualquier tema». Así resume la relación «especial, de amistad y respeto» que tiene con el jugador mallorquín, actual número 3 en el mundo. «Convivimos con una lesión en el pie desde hace 17 años», alude como ejemplo de superación para los jóvenes deportistas que, según él, hoy «tienen demasiadas facilidades».

XLSemanal. Se dice hoy que para ser un buen deportista hay que empezar muy pronto. Usted no está de acuerdo. ¿Por qué?

Ángel Ruiz-Cotorro. Se puede jugar bien al tenis y no empezar a los 4 o 5 años. Ahora se empieza muy pronto a profesionalizar al niño, el chaval vive presiones y muchos se pierden en el camino.

XL. Alude también al error de especializarse en un solo deporte desde pequeño. ¿A qué se debe?

Á.R.C. Creo más en probar antes todos los deportes, el multideporte que hacíamos de niños... Ahora hay menos tiempo para dedicarles a los hijos y te centras en un solo deporte. Y eso se une a que todos los padres quieren tener un Marc Márquez o un Rafa Nadal que les solucione la vida.

XL. Es usted el médico que más tenistas ha visto. ¡Qué orgullo!

Á.R.C. Es un problema de edad. Llevo más de 30 años. Soy como el padre de todos. Que se aprovechen de esa experiencia porque todo se repite. Juego con ventaja.

XL. Todo se repite, pero el tenis ha cambiado.

Á.R.C. Sí. Es otro deporte. Antes no era tan físico, sino más técnico. Los jugadores son ahora mucho mejores físicamente.

XL. Esa evolución hace que las lesiones sean diferentes, ¿no?

Á.R.C. Los materiales son distintos: el cordaje, las raquetas y, como consecuencia, la velocidad de la bola. Eso hace que haya nuevas lesiones como las de cadera que aparecen en jugadores muy jóvenes. El hombro es otro de los grandes afectados, junto con la muñeca y la espalda.

XL. Rafa acaba de sufrir una lesión inesperada en la tercera costilla. ¿Cómo se encuentra?

Á.R.C. Es complejo. Es una lesión dolorosa. Es una situación que no esperábamos nadie y eso requiere un tiempo de aceptación, pero Rafa enseguida se pone positivo. Pero no es fácil. Hay lesiones lógicas en el tenis y otras como ésta que cuesta más aceptarla porque llega en mal momento y porque no es tan frecuente.

XL. Rafa ha dicho que no hay un día que haya jugado sin dolor.

Á.R.C. El que hace deporte profesional siempre tiene algún problema. Llegar a ser número uno del mundo significa que te han pasado cosas y que las has superado. La mayoría de los deportistas que son tan buenos es porque tienen algo diferente; tienen una pasión diferente, unos objetivos diferentes. Son personas acostumbradas a trabajar, a luchar, a sacrificarse y tienen esa capacidad de superación.

XL. ¿Cuántos más Grand Slams podría haber ganado Rafa si no fuera por sus lesiones?

Á.R.C. Nunca se sabe, pero seguro que más. Hace muchos años, cuando tuvo su lesión, la gente dijo que Rafa ya no podía jugar más, y han pasado 17 años y ahí sigue, acaba de ganar Australia y Acapulco. En el deporte, las cosas siempre hay que positivilizarlas.

XL. La fuerza mental de Rafa es otra de sus grandes virtudes.

Á.R.C. Unos nacen más fuertes que otros, con más carácter. ¿Qué marca la diferencia? Sobre una base genética que ayude, se pueden conseguir grandes objetivos. Hay que hablarles mucho, explicarles cómo tienen que desarrollar esa fuerza mental. Después hay que aguantar la presión cuando llegan a estar entre los mejores.

XL. ¿Cómo lo logra Rafa?

Á.R.C. Rafa se ha educado desde pequeño. Ha trabajado en un entorno familiar, un ambiente sencillo en el cual todo ha sido esfuerzo, valores y pisar en la tierra. Cada vez que se subía un poco, lo bajaban a su sitio. Este ha sido uno de sus grandes éxitos.

XL. Usted, como médico, ¿se da cuenta con los jóvenes jugadores si tienen madera de ganadores por cómo afrontan las lesiones?

Á.R.C. Es una gran pregunta. Son muy jóvenes, todo el mundo los adora y, de repente, llega una lesión. Las lesiones hacen crecer y los forman muchísimo, les sirven para dar un salto en su carrera. Les hacen ver un lado duro y dan más valor a lo que significa el deporte.

XL. Cómo médico, ¿qué es lo único que no debe hacer con un deportista?

Á.R.C. Engañarlo. Es duro decirles las verdades, que una lesión es importante y que tardarán mucho en volver a jugar o que no estás de acuerdo con su actitud. Les gusta mucho escuchar lo bonito y cuanto más nivel tienen más aún porque están acostumbrados a que todo el mundo les dedique flores. Mi papel es decirles lo que pienso y hacerlo con mano izquierda. Es fundamental.

XL. El cuerpo de un deportista profesional sufre mucho. ¿Es sano llegar a esos niveles?

Á.R.C. A nivel profesional no porque sobrepasamos los límites de la naturaleza. El tenis no es un deporte traumático como el fútbol, en el que recibes golpes, pero tiene un microtraumatismo constante. Y la velocidad a la que se juega ahora es tremenda. Además de que hay que estar concentrado todo el rato. Como te despistes un minuto ¡estás de vuelta en la ducha!

XL. ¿Envejecen más rápido?

Á.R.C. No necesariamente. Pero se empieza muy pronto. A los 4 años. Es una mis grandes peleas.

XL. ¿A qué se refiere?

Á.R.C. La gente ve a Rafa, a Feliciano, a Verdasco jugando con casi 40 años. Y en el fútbol pasa lo mismo. Son carreras muy largas, pero en los próximos años van a ser más cortas porque al empezar tan pronto, cuando llegan a profesionales con 18 o 19 años, físicamente ya están tocados. Hoy no se respetan lo suficiente las fases de crecimiento y son vitales.

XL. ¿Es irrepetible el modelo de éxito de Rafa?

Á.R.C. Va a ser muy difícil. El caso de Rafa no ha existido en toda la historia del deporte español. ¿Puede volver a existir? Evidentemente sí, pero va a ser complicado. Hay algo muy importante en Rafa: la pasión que tiene y que tendrá siempre porque lo lleva dentro. Es un animal competitivo.

XL. Usted es un defensor enorme de la gente joven. ¿Cómo ve a los deportistas que empiezan?

Á.R.C. No salen tantos deportistas como antes. Los primeros pasos del tenis español los dieron Manolo Santana o Andrés Gimeno. Venían de familias humildes, tenían esa necesidad. Igual que Severiano Ballesteros. Pero hoy por hoy hay demasiadas facilidades en la vida de un joven deportista.

XL. Explíquese.

Á.R.C. Antes no había entrenadores y los jugadores aprendían por imitación. Ahora tienen entrenadores desde que nacen, la mejor ropa, varias raquetas y no lo valoran. Es reflejo de la sociedad que tenemos.

XL. Los valores que transmite Rafa son entonces más importantes que nunca.

Á.R.C. Que seas capaz de transmitir esos valores cuando eres una figura mundial y todo el planeta te mira tiene muchísimo valor. Y, si encima es nuestro, más. Hay que darle las gracias por aportarnos esos valores del esfuerzo, el respeto, la educación, que nos hacen reflexionar. No los podemos perder.

XL. ¿La juventud tiene otros valores entonces?

Á.R.C. Sí, los estamos perdiendo, y no solo en el deporte. Antes, los médicos pagábamos por aprender. Ahora lo primero que te preguntan es lo que van a cobrar.

XL. Se dice que el deporte es una píldora mágica.

Á.R.C. Lo primero que hay que decir es que hay que practicar deporte sí o sí y de forma segura. El deporte tiene que servir como fuente de salud y no de lesiones. Hay que ir adaptándolo a los años porque cada deporte tiene su edad. Hay un lema clarísimo: primero, ponerse en forma y, después, practicar deporte. Vamos a envejecer, pero lo que tenemos que procurar es que ese envejecimiento sea más lento y con calidad de vida. Y dependerá de los hábitos diarios. Controlar el estrés, comer bien y despacio, descansar lo suficiente…

XL. Pero, hoy en día, la vida nos lleva a todo lo contrario.

Á.R.C. Sí, pero la tendencia en el futuro es cambiar los hábitos de la vida acelerada. Quizá yo no lo vea, pero sí mis hijos o nietos. El futuro es la medicina del bienestar. Cuidar a la persona que está sana y darle los medios para que siga estándolo.

XL. ¿Qué deporte y cómo deberíamos practicarlo al llegar a una edad avanzada?

Á.R.C. Somos como los coches; tenemos un kilometraje y, dependiendo de la calidad genética, unos tienen más kilómetros que otros. Los de 60 o 70 años llegan con problemas de tipo articular y por eso tienen que elegir los deportes que no tengan tanto impacto, como la bicicleta o la natación, y hacerlos de forma saludable, sin ir al límite. Hay que proteger y prevenir los temas articulares lo antes posible porque cuanto antes empieces, mejores mecanismos de defensa tendrás.

XL. ¿Qué deporte practica ahora, a sus 64 años?

Á.R.C. Hace unos años que he empezado a jugar al golf y me he enganchado. He metido a mis hijos conmigo porque creamos un ambiente familiar. Y me pongo en forma antes en el gimnasio. A mi edad, ya no giras igual…

XL. Usted tiene cuatro hijos. ¿Cómo hacer para que los niños que están todo el día pegados a la pantalla hagan deporte?

Á.R.C. Me he preocupado de estudiar el tema de las tecnoadicciones. El deporte es una de las grandes herramientas para combatirlas y, en concreto, el tenis. Se están haciendo muchos estudios y los padres tenemos que meterlos en el deporte, sea como sea. Y la forma es metiéndonos nosotros con ellos porque no queda otra. A todos los jóvenes y a mis hijos les he inculcado el deporte porque el deporte es vida.

La receta de Ruiz-Cotorro

¡Levántate del sofá! Todo son ventajas

«Todos tenemos muchas preocupaciones y poco tiempo. A veces la vida no te da y te apetece tumbarte en el sofá, pero en el deporte todo son beneficios. A nivel muscular, si hipertrofias un poco el músculo, te protege las articulaciones. La actividad física ayuda a evitar la osteoporosis, los diabéticos mejoran, los niveles de insulina disminuyen…».

«¿Qué ha hecho la gente en la pandemia? Cocinar y hacer deporte. Porque nos mejoraba el estado anímico. El deporte lo tenemos que meter en el bolsillo para que sea uno de nuestros grandes fundamentos de vida».

«Tanto los jóvenes como los veteranos deben hacerse un examen médico previo y también los que llevan mucho tiempo sin hacer deporte porque son quienes corren más riesgos. Hay que saber si uno está bien y, sobre todo, qué tipo de deporte e intensidad debe hacer. Por ejemplo, el tenista que sigue jugando con 70 u 80 años... igual es buena idea que cambie el tenis individual por el de dobles».

«El principal error que cometemos es el desorden. Hay que hacer cinco comidas al día y empezar por un buen desayuno. Y otro de los errores es comer deprisa. Hay que masticar bien y en un ambiente de tranquilidad. Comer muy variado y evitar las grasas malas, la bollería, las salsas… Sin ser extremista porque todo está permitido, dentro de un orden. Además, en España tenemos todos los medios para comer bien. Las grasas buenas: ¡aceite de oliva!».

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