Qué es el «karkubi», la droga barata que gana popularidad en nuestro país

La Voz de la Salud

EL BOTIQUÍN

Las autoridades incautaron una gran cantidad de medicamentos.
Las autoridades incautaron una gran cantidad de medicamentos. Guardia Civil | EFE

Una nueva operación de la Guardia Civil en la que se han detenido a 22 personas vuelve a poner esta sustancia en el foco mediático

01 nov 2025 . Actualizado a las 16:11 h.

La Guardia Civil ha desmantelado una organización que falsificaba recetas médicas para adquirir fármacos psicotrópicos que suelen emplearse en para la elaboración de karkubi. Según la Sociedad Española de Psiquiatría Legal, es una droga originaria de Marruecos en la que se fusiona el hachís con clonazepam (u otro fármaco de la familia de las benzodiacepinas) que, mezclado con alcohol o pegamento, puede generar alucinaciones. Ha suscitado preocupación entre las autoridades y expertos en salud pública por sus potenciales riesgos para la salud y su rápida propagación entre los adolescentes. Su bajo coste y fácil acceso ha propiciado que sea acuñada bajo el sobrenombre «la droga de los pobres». 

Las benzodiacepinas y su potencial adictivo 

Las benzodiacepinas son un tipo de medicamentos psicotrópicos que actúa sobre el sistema nervioso central, potenciando el efecto de un neurotransmisor llamado ácido gamma-aminobutírico (GABA). Este tiene la capacidad de inhibir la actividad neuronal, generando un efecto calmante o sedante en el cerebro. Se trata de un fármaco que se utiliza para tratar gran variedad de afecciones, como los espasmos musculares, las convulsiones, la ansiedad severa o el insomnio. 

El tráfico ilegal de este tipo de medicamentos es sobradamente conocido, ya que existen una gran cantidad de noticias que atestiguan un mercado negro dedicado a esta familia de fármacos. El clonazepam (Rivotril) es uno de ellos, pero también de otras moléculas como el alprazolam (comercialmente conocido como Trankimazin) o el diazepam (comercializado y popularizado bajo el nombre Valium). 

En la ficha técnica de cualquiera de estos fármacos aparece un efecto adverso común: la dependencia física o psicológica. Por eso, los tratamientos deben ser estrictamente pautados por profesionales a dosis que impidan acabar desarrollando un problema de adicción. «El riesgo de dependencia, que aumenta en relación directa con la dosis y la duración del tratamiento, es especialmente elevado en los pacientes con antecedentes de alcoholismo y/o drogadicción. Se ha notificado abuso en pacientes consumidores de más drogas», expone la ficha de clonazepam en la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps). 

No obstante, y tras el pico de prescripciones que se produjo durante la pandemia, los últimos datos sobre recetas dispensadas de fármacos de esta familia por el Sistema Nacional de Salud parecen estar a la baja. Los últimos datos publicados por Sanidad —correspondientes a agosto del año 2024—, muestran una caída del 3,16 % en la comparación interanual y de casi un 6 % con respecto al mes anterior. Se trata de medicamentos financiados por el sistema público —por tanto, baratos; su precio con receta no supera en ningún caso los 2 euros en concentraciones de 0,5 miligramos—, ampliamente recetados, pero que cuentan con importantes mecanismos de control a la hora de adquirirlos ya que es necesario presentar el DNI para obtenerlos en la farmacia. 

¿Existen datos sobre consumo de karkubi en nuestro país?

Según indica Claudio Vidal, psicólogo y director estatal del programa de intervención Energy Control en un artículo elaborado sobre su consumo, existen muy pocos datos de consumo de karkubi en España. Las estadísticas elaboradas por la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas ayudan a tener una idea del consumo de benzodiacepinas sin receta. Así, el 4,8 % de la población de 15 a 64 años reconoce haberlos consumido sin esta prescripción alguna vez en la vida, el 1,8 en los últimos doce meses, y 0,8 % en los últimos 30 días. La edad de inicio se sitúa en los 29,8 años, siendo las mujeres quienes empiezan a consumir de forma más temprana.

Con todo, Vidal remarca que nada indica que exista un problema de salud pública relacionado con esta droga en nuestro país. El Ministerio del Interior publica anualmente una memoria sobre las incautaciones de sustancias ilegales en España. La última actualización corresponde al año 2024 —se publicó el pasado 6 de octubre— y, de las 131.006 unidades que se incautaron de clonazepam durante el 2023 en nuestro país, en 2024 bajaron a 113.280, con un descenso del 13,53 %.