Belén Rueda recuerda su ictus transitorio y cómo su hermana le salvó la vida: «Me dijo: "Sonríe, hincha los mofletes"»
ENFERMEDADES

La intérprete recordó este episodio durante su intervención en «Espejo Público»
14 may 2025 . Actualizado a las 13:54 h.Belén Rueda sufrió un ictus transitorio en el 2018. En el 2023, lo contó en una entrevista que le hizo Pablo Motos en El Hormiguero, y durante su participación en Universo Calleja se abrió, al completo, sobre el tema. Lo ha vuelto a hacer este martes, en Espejo Público.
La actriz visitó el programa de Susanna Griso para promocionar Eva & Nicole, la nueva serie que protagoniza para Atresplayer. Precisamente, durante esta presentación, la intérprete recordó este episodio de salud y cómo su hermana, que estaba con ella en ese momento, la ayudó. «Mi hermana estaba conmigo y llamó por teléfono. Le dijeron que siguiera una serie de pasos, algo que te puede salvar la vida si sufres un ictus», comentó la actriz.
Fue la colaboradora Gema López, la que introdujo el tema del accidente cerebrovascular, quien le preguntó por qué lo había mantenido tanto tiempo en secreto: «Creo que a todos nos pasa, con una enfermedad transitoria, que muchas veces no lo quieres decir. En nuestro trabajo, parece que si lo dices ya no estás capacitada para seguir haciéndolo igual», respondió Rueda, para después añadir que ahora mismo se encuentra en mejor forma que antes: «Después del aneurisma, que me operaron… Estoy mejor que antes. De hecho, a mí me gusta bucear, y lo sigo haciendo a treinta y tantos metros. Quiero decir, que estoy mejor».
La actriz también detalló que fue su hermana la que llamó a emergencias. Mientras la ambulancia acudía, los médicos le transmitían, por teléfono, lo que esta debía pedirle: «Mi hermana me dijo “sonríe”, después, “hincha los mofletes”, Y otra cosa que me pidió fue cerrar los ojos, poner los brazos en cruz y tocarme la nariz. Si se da el caso que estás teniendo un derrame, el mío era transitorio, la zona donde te está dando no te permite coordinar y tiene que ser simétrico, tienes que conseguir hacerlo», explicó Rueda, quien precisó que, como síntomas, se sentía mareada y con ganas de vomitar.
La intérprete también volvió a recordar la causa que le dieron. El ictus transitorio tuvo que ver con el estrés. Lo había descrito con mayor profundidad en el 2023, cuando visitó el Hormiguero. En aquel momento, desveló que antes del ictus, llevaba varios años durmiendo entre tres y cuatro horas al día.
«Pensé que era una lipotimia, que te da un mareo y pierdes el conocimiento durante un tiempo muy cortito, pero llamé a mi hermana que vive al lado. Está acostumbrada a verme, vino a mi casa y me vio rara, y fue ella la que decidió llamar en ese momento a la ambulancia», le contó Rueda a Motos.
Al llegar al hospital, también le descubrieron un aneurisma —un abombamiento o protuberancia en un punto débil de las paredes de una arteria—y le pusieron un stent. Una intervención con la que rápidamente mejoró y, al mes, pudo rodar una película.
¿Puede provocar un ictus el estrés?
Un ictus se define como la interrupción de la circulación de la sangre que llega al cerebro debido a que un vaso sanguíneo se ha roto o taponado. Cuando esto sucede, una zona del cerebro se queda sin riego, lo que provoca que las células nerviosas de esta área no reciban oxígeno ni nutrientes y, por lo tanto, acaben muriendo.
El estrés crónico, es decir, que se mantiene en el tiempo, lleva varios años considerándose como un factor de riesgo vascular, ya que puede provocar un aumento de la tensión arterial, picos de la frecuencia cardíaca, y se relaciona con momentos de liberación de determinadas hormonas como la adrenalina. Además, precisaba Susana Arias de la Sociedad Española de Neurología y neuróloga de la Unidad de Ictus del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, en este reportaje, «también puede ayudar de manera indirecta a este riesgo, con estrés solemos comer peor o fumar más. Además, puede producir insomnio, lo que perjudica a los mecanismos de reparación del propio cerebro», aclaraba.
Tipos de ictus
Existen dos tipos de ictus. El isquémico —también conocido como infarto cerebral—, que tiene su origen en una obstrucción del flujo sanguíneo; y el hemorrágico —o hemorragia cerebral—, que se define por la rotura de un vaso que conlleva la salida de la sangre y la compresión de estructuras del sistema nervioso. El más común es el primero, que representa al 85 % de los casos.
Síntomas de un ictus
Un ictus puede presentar un amplio abanico de síntomas como pérdida brusca de fuerza o sensibilidad en una parte del cuerpo, generalmente, una mitad, y se manifiesta sobre todo en cara o extremidades; alteración brusca del lenguaje con dificultades para hablar, de la visión, de la coordinación o el equilibrio, y dolor de cabeza muy intenso y diferente a otras cefaleas habituales. Pese a la prevalencia, pues se estima que el 25 % de la población española sufrirá un ictus, la Sociedad Española de Neurología apunta que la mitad no sabría reconocer los signos de alarma.
«Los síntomas del ictus generalmente se producen de forma brusca e inesperada y, aunque habitualmente los pacientes suelen experimentar varios de estos síntomas, solo con identificar uno de ellos es motivo suficiente para que se llame al 112. Incluso aunque los síntomas desaparezcan a los pocos minutos, hay que acudir a Urgencias», aseguraba Mar Castellanos, jefa de Servicio de Neurología del Complexo Hospitalario Universitario A Coruña, en esta entrevista.