¿Por qué nuestro cerebro no se toma en serio a los huracanes con nombre de mujer?

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Los huracanes con nombres de mujer son percibidos como peligrosos, según un estudio de la Universidad de Princeton
Los huracanes con nombres de mujer son percibidos como peligrosos, según un estudio de la Universidad de Princeton La Voz de la Salud

Un estudio del 2014 en Estados Unidos concluyó que el género del fenómeno influye en que la población tome más o menos medidas de seguridad. Te lo contamos en el canal de TikTok de La Voz de la Salud

20 sep 2023 . Actualizado a las 15:28 h.

Pese a los métodos de detección y previsión de fenómenos atmosféricos de los que dispone hoy la meteorología, los huracanes causan alrededor de 200 víctimas mortales al año en Estados Unidos y cuestan millones de dólares en daños materiales. En parte, porque pese a que este tipo de borrascas son eventos naturales que poco tienen que ver con el ser humano, la psicología —en concreto la psicología cognitiva—, también influye en las posibilidades de supervivencia. Así lo trataba de demostrar un estudio publicado en el año 2014 por la Universidad de Princeton (Nueva Jersey), en el que se llegaba a una conclusión realmente sorprendente: los huracanes femeninos son más mortales que los huracanes masculinos. Este trabajo se ha hecho viral en los últimos días en TikTok a raíz de una publicación en nuestro canal (@lavozdelasalud).

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Las políticas públicas de prevención son clave ante posibles catástrofes naturales; concienciar e informar a la ciudadanía sobre los movimientos a tomar ante la inminente llegada de un huracán, puede suponer la diferencia entre vivir o morir. El artículo, publicado en la revista de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos (PNAS), trataba de bucear en las mentes de los ciudadanos estadounidenses y entender si los nombres que se les asignan a estos fenómenos, que alternan el género masculino y el femenino, influye en la percepción del riesgo. Si el planteamiento era de por sí interesante, el resultado lo fue más. Los investigadores concluyeron que los huracanes con nombre de mujer son percibidos como más 'débiles', 'pasivos' y 'agradables'; o lo que es lo mismo, teniendo las mismas características, el huracán Alejandro da más miedo que el huracán Alejandra. Pese a que el huracán es el mismo, solo cambia el nombre, nos enfrentemos a él de una manera totalmente distinta. «Estos hallazgos tienen importantes implicaciones para la preparación y la seguridad pública ante los huracanes», expone el equipo de científicos, liderados por Kiju Jung.

Para realizar el estudio, se entrevistó a 346 personas. Además, se recopilaron datos de los noventa y cuatro huracanes atlánticos que aterrizaron en Estados Unidos entre el período de 1950 y 2012. El equipo encargado de la investigación estaba formado también por expertos en género, ya que la historia de este fenómeno atmosférico ha estado marcado por evidentes actitudes sexistas. Hasta 1970, en Estados Unidos todos los huracanes tenían nombre de mujer ya que se consideraba que reflejaban mejor el carácter «impredecible» del fenómeno. El silogismo es sencillo y viene a decir que las mujeres son impredecibles. Desde ese año, se alternan nombres masculinos con femeninos.

Para el análisis de datos, los científicos crearon un índice de masculinidad-feminidad (MFI) de los nombres (porque hay nombres usados para hombres que se consideran más masculinizados que otros, por ejemplo no es lo mismo John que Danny). Si bien no se encontraron diferencias significativas entre las tasas de mortalidad para aquellas tormentas menos potentes, el cambio fue significativo ante los datos de los huracanes más destructivos. Así lo razona el equipo investigador en su trabajo (que puedes consultar en este enlace): «En los huracanes con mayor daño, el cambio fue sustancial, de modo que los huracanes con nombres femeninos fueron mucho más mortales que aquellos con nombres masculinos. Por ejemplo, se estima que un huracán con un nombre relativamente masculino (MFI = 3) causa 15,15 muertes, mientras que un huracán con un nombre relativamente femenino (MFI = 9) causa 41,84 muertes. En otras palabras, nuestro modelo sugiere que cambiar el nombre de un huracán severo de Charley a Eloise podría casi triplicar el número de muertes». En resumen, la experiencia en el laboratorio de la universidad de Princeton concluyen que las percepción de los huracanes también se basan en las expectativas sobre el género, percepción que influye en la preparación y la toma de precauciones. «Los hallazgos demuestran una desafortunada e inintencionada consecuencia de los nombres generizados de los huracanes, con importantes implicaciones para la elaboración de políticas, prácticas mediáticas y concienciación con respecto a la comunicación y preparación ante los huracanes. 

Es importante entender que el objetivo del estudio no era discutir sobre la mortalidad de huracanes pasados. El ejemplo más reciente lo tenemos en Libia, en la que la DANA de nombre Daniel provocó más de 6.000 muertos. Si tiramos de memoria, todos podríamos encontrar ejemplos de huracanes devastadores con nombres de hombre o de mujer. Unos recordarán el Katrina, otros el Mitch y los gallegos más añejos aún cuentan historias de Hortensia. Pero esto no va de tirar de recuerdos, va de prevenir muertes de cara a un escenario en el que, como ya parece que ocurrió en Libia, el cambio climático amenaza con generar huracanes más violentos y también más frecuentes.