Garth Graham, director de Youtube Health: «Se retira cualquier vídeo que afirme que el ajo cura el cáncer»

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El cardiólogo de la Universidad de Yale reconoce que desde la plataforma están preocupados por la salud mental de los adolescentes
01 abr 2025 . Actualizado a las 12:09 h.Garth Graham (Kingston, Jamaica, 1975) es cardiólogo de la Universidad de Yale y director del área de salud de Youtube, dos profesiones que, en principio, pueden no casar, aunque este experto sabe cómo combinarlas. Después de una amplia carrera laboral, tanto en la política sanitaria de Estados Unidos como en el ámbito privado, reconoce estar preocupado en esta plataforma de vídeos por la salud mental de los adolescentes.
—¿Qué hace un cardiólogo en Google y, en particular, en Youtube?
—Como cardiólogo, mi trabajo me ha llevado a ver más allá. Me preocupa mucho cómo los factores sociales, esos que a veces pasamos por alto, impactan directamente en nuestra salud. He visto de primera mano cómo la inseguridad alimentaria, la falta de vivienda adecuada y la desigualdad racial pueden enfermarnos. Y, dentro de todo esto, el acceso a la información se vuelve crucial. Si algo he aprendido trabajando en salud pública, es que la educación es clave. Si queremos que la gente tenga vidas más sanas, tenemos que darles las herramientas. ¿Y dónde encuentra la gente hoy en día esa información? Pues, en gran parte, en YouTube. Es increíble la cantidad de personas que usan la plataforma para buscar respuestas a preguntas sobre salud. Pueden aprender de expertos que saben cómo explicar temas complejos de forma clara y atractiva. De hecho, solo en España, las visualizaciones de vídeos sobre salud aumentaron un 20 % el año pasado. Eso te da una idea del impacto. En este mundo cada vez más digital, el vídeo se está convirtiendo en una herramienta poderosa para comunicar sobre salud. YouTube tiene un alcance enorme, y eso significa que podemos llevar información de calidad a mucha gente, rompiendo esas barreras entre los expertos y la gente común que solo quiere saber cómo cuidarse mejor. Ese es precisamente uno de nuestros grandes objetivos, y por eso estoy liderando la iniciativa de YouTube Health.
—¿Por qué se creó esta parte de la plataforma enfocada en la salud?
—YouTube Health nació de una necesidad muy clara: llevar información de salud confiable a quienes la buscan. Queremos que, cuando una persona esté buscando información sobre salud en YouTube, los primeros resultados a su búsqueda procedan de los canales de fuentes creíbles, como los hospitales con los que colaboramos aquí en España. En cuestiones de salud, la gente confía en que las autoridades sanitarias y los profesionales de la salud les aconsejen lo mejor posible. Sin embargo, la ventana de oportunidad que tienen estos profesionales para informar y orientar a sus pacientes acaba, en gran medida, en la puerta de la consulta. Y lo cierto es que la mayoría de las decisiones sanitarias se toman fuera de este espacio, en la vida cotidiana de los pacientes. El objetivo es aportar los conocimientos que necesitan las personas para tomar decisiones informadas sobre su salud. Y lo estamos haciendo de una forma que llega a todos.
—¿En qué momento Youtube percibió que la gente demandaba más información sanitaria?
—No fue un momento concreto, sino más bien una evolución. Este año se cumplen 20 años desde que se subió el primer vídeo a YouTube. A lo largo de estas dos décadas, ha ido cambiando lo que busca la gente, y también lo que suben a la plataforma las personas creadoras de contenido. Para nosotros, el año 2020, con la pandemia del covid, fue un punto de inflexión. Fue el año en que lanzamos YouTube Health, aunque ya llevábamos tiempo trabajando en este tipo de cuestiones. En ese momento, establecimos una base de principios sobre temas de salud social en la plataforma y proporcionamos acceso a información de calidad a escala mundial. Desde entonces, hemos trabajado para hacerlo llegar cada vez a más países.
—En un rápido vistazo en Youtube, podemos encontrarnos con vídeos de salud mental, nutrición, ejercicio o descanso. ¿Qué tema suscita más interés?
—En la salud, las temáticas que se buscan son bastante amplias. En el 2023, hubo más de 8.500 millones de reproducciones de vídeos de YouTube sobre problemas de salud. De ellos, más de 300 millones eran contenidos sobre salud mental, que se ha perfilado como uno de los grandes problemas de nuestra sociedad actual.
—¿Por qué cree que la salud hoy en día interesa más que antes?
—La salud es uno de los temas que la gente busca en YouTube, pero nuestra misión es dar voz a todos y mostrarles el mundo, así que hay incontables otras razones por las que la gente lo usa: desde ver las últimas noticias y perspectivas sobre eventos mundiales, hasta encontrar las últimas canciones de sus artistas favoritos o averiguar cómo arreglar una fuga en el fregadero de la cocina. La salud es un tema que también interesa a las personas y que en muchas ocasiones nos genera la necesidad de saber más.
—Durante su presentación de YouTube Health en España, dijo que en nuestro país se hacen más búsquedas sobre temas de salud mental y cáncer. ¿Siguen siendo temas muy populares?
—Hoy en día se habla mucho más abiertamente de salud mental, lo cual es un gran progreso. La gente acude a YouTube para encontrar y compartir historias sobre sus propias experiencias. Con ello, se crea comunidad y eso, en muchos casos, ayuda a quienes están pasando por un mal momento a ver que no están solos. Cuando los pacientes de cáncer y sus seres queridos se enfrentan a un diagnóstico, suelen recurrir a internet para buscar los síntomas, informarse sobre los tratamientos, y encontrar una comunidad. Nuestra misión es garantizar que, cuando acuden a YouTube, puedan encontrar contenido de alta calidad procedente de fuentes fiables.
—Pero, ¿se siguen encontrando con muchas noticias falsas? En otras redes sociales no tarda en saltar un vídeo que hable un supuesto milagro contra el cáncer, por ejemplo.
—Con respecto a la desinformación, nuestras políticas se centran en aquellos contenidos susceptibles de generar riesgos sustanciales, así como en trastornos específicos. Por ejemplo, retiramos los contenidos que promueven tratamientos contra el cáncer que han resultado ser perjudiciales o ineficaces, o los que tratan de disuadir a las personas de buscar tratamiento médico profesional. De hecho, se retira cualquier vídeo que afirme que el ajo cura el cáncer o que es mejor tomar vitamina C que someterse a radioterapia. En el caso del cáncer, que es una de las principales causas de muerte en todo el mundo, el riesgo para la salud pública es alto. Además, existe un consenso generalizado sobre cuáles son los tratamientos seguros contra esta enfermedad entre las autoridades sanitarias a escala nacional y mundial. Pero no nos centramos solo en eliminar contenidos potencialmente perjudiciales, también hemos puesto a punto una serie de funciones que ayudan a las personas a encontrar más fácilmente contenidos sobre salud e identificar la información procedente de fuentes sanitarias acreditadas y autorizadas. De hecho, debajo de los vídeos hay paneles que ayudan a la gente a identificar contenidos publicados por fuentes sanitarias serias, como hospitales o facultades de medicina.
—¿Cómo controlan un bulo?
—Es importante mencionar que YouTube, como plataforma, no «divulga» ni «promueve» determinada información sociosanitaria. Lo que pretendemos con esta iniciativa es dar prioridad a los resultados que proceden de los canales de fuentes autorizadas fiables. En el caso de España, por ejemplo, trabajamos tanto con organismos públicos como privados, como el Hospital Gregorio Marañón, la Clínica Universidad de Navarra, Quirón Salud, Sanitas, Vithas Sanidad o el Hospital Clínic Barcelona.
—En muchas ocasiones, a los médicos no les gusta nada que la gente busque información sobre sus síntomas en Google. Imagino que usted no lo verá del mismo modo. ¿Cómo puede ayudar Google a nuestra salud?
—Entendemos la preocupación de los médicos, pero la realidad es que la gente busca información sanitaria en internet. Lo vemos todos los días. Nuestro objetivo no es sustituir al médico, sino dar herramientas y ofrecer información fiable y de calidad. Trabajamos para proporcionar acceso a información fiable y contrastada, mejorar los conocimientos sobre salud y facilitar conversaciones mejor informadas con los médicos.
—¿Han creado herramientas para proteger a los jóvenes de los trastornos alimentarios?
—Sí, esta cuestión nos preocupa enormemente, y llevamos a cabo una labor continua con expertos en salud mental para refinar nuestro enfoque. Para ello, contamos con una batería de rigurosas políticas que prohíben contenidos perjudiciales sobre trastornos alimentarios que muestren, por ejemplo, conductas imitables: es decir, comportamientos que, a juicio de los expertos, pueden inducir a las personas usuarias vulnerables a emular. Esto incluye vídeos que muestren o describan trastornos de la conducta alimentaria, como vomitar después de comer o limitar severamente la ingesta de calorías. Pero, al mismo tiempo y en colaboración con expertos, también nos aseguramos de que en YouTube haya espacio para que la gente comparta historias sobre cómo se recuperan de trastornos alimentarios. Es un equilibrio muy complicado y, aún así, creo que lo estamos consiguiendo.
—¿Qué pautas dan para subir ese contenido?
—Recomendamos a las personas creadoras que sigan ciertas buenas prácticas, para evitar cualquier daño o angustia a las personas. Por ejemplo, les sugerimos que se centren en el impacto del trastorno, más que en los detalles de las conductas del trastorno alimentario. Por otro lado, aplicamos restricciones de edad a aquellos contenidos que, aunque no traspasen las líneas de nuestras políticas, quizá no son adecuados para los más jóvenes. Ahora estamos tratando de abarcar un conjunto más amplio de temáticas que pueden resultar problemáticas para algunos adolescentes si se ven de forma repetitiva. Por ejemplo el asesoramiento financiero de mala calidad o poco realista que se aprovechan de adolescentes con bajos conocimientos financieros, los contenidos que muestran actividades delictivas o comportamientos negativos, como copiar en un examen y los contenidos que presentan a adolescentes como personas crueles y malintencionadas o que animan a ridiculizar a otras personas.
—Como médico que usted es, ¿le frustra y le preocupa la desinformación que hay en redes sociales?
—En realidad, solo soy una voz autorizada en lo tocante a la labor de YouTube. Ahí, sí puedo decir que hemos reflexionado mucho sobre cómo establecer políticas que aborden ciertos tipos de contenidos perjudiciales en ese ámbito, que no dejamos de revisarlas y que evolucionan a medida que cambia el mundo. Cuando veo la enorme cantidad de contenidos atractivos y fiables sobre salud que ofrecen algunos canales de YouTube, veo muchos más motivos para ser optimista. Esos perfiles conectan con las personas dondequiera que estén, en una amplia gama de temas de salud pública. Esto me da esperanzas sobre el poder que tiene una plataforma como YouTube para ayudar tanto a las autoridades sanitarias locales y a los profesionales sanitarios, como al personal médico y de enfermería, mientras se conecta con toda clase de gente, de todos los extractos sociales.