Fobias: ¿cuáles son los síntomas?, ¿cómo diagnosticarlas?

Alicia Blanco / L. B.

SALUD MENTAL

Las fobias pueden llegar a limitar tu vida
Las fobias pueden llegar a limitar tu vida Istock

Las fobias son algo que atemoriza a muchas personas, unas más conocidas y otras menos, pero todas igual de importantes

04 ago 2023 . Actualizado a las 18:31 h.

Todos hemos escuchado o, incluso, nos hemos etiquetado como fóbicos, ante alguna situación, animal o cosa. Pero una cosa es nuestro lenguaje cotidiano y otra lo que se considera patológico. En el ámbito de la salud mental, se considera como 'fobia' al temor irracional ante situaciones o cosas que no representan un potencial peligro. Se trata de una reacción natural ante estas situaciones, ya sean reales o no. Hay infinidad de fobias, una larga lista en la que algunas llegan a ser muy conocidas. Otras, sin embargo, quedan en el olvido. 

Manuel Martín Carrasco es psiquiatra y preside la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (Sepsm). Él define las fobias como una «reacción de ansiedad ante una situación específica». De aquí partimos, pero a partir de ahí, comienza a desplegarse un gran abanico de circunstancias que pueden desencadenar en una respuesta fóbica. En cualquier caso, aclara que las fobias «no son todo o nada». «Hay un escalado. Es común que tengamos en mayor o menor medida síntomas fóbicos, pero que no están diagnosticados». Según el National Center for Biotechnology Information, «la prevalencia de por vida de las fobias específicas en todo el mundo oscila entre el 3% y el 15%». Una horquilla muy amplia que el especialista acota un poco más. Martín Carrasco estima su prevalencia «en torno al 3% o 4% de la población». 

Absolutamente todos sentimos miedo. ¿Se imaginan la problemática para nuestras vidas que supondría no sentirlo? —de hecho, existen personas que han sido objeto de estudio—. Pero aquí hablamos de algo distinto, como expone Sandra Cudeiro Domínguez, psicóloga del Colexio Oficial de Galicia, aclara que el miedo «es una reacción natural que nos protege ante determinadas cosas que son peligrosas». Esta manera de protegerse se denomina, «reacción adaptativa», agrega la especialista. Pero cuando se lleva a un punto extremo, «genera una respuesta de ansiedad prácticamente incontrolable».

Las fobias se pueden desarrollar a cualquier edad, aunque «lo más frecuente es que comiencen a manifestarse entre los 18 y 40 años», señala el psiquiatra. Sin embargo, no hay que descartar la posibilidad de que aparezcan en adolescentes o personas aún más jóvenes. Muchas veces su origen es a consecuencia de una situación traumática.

Una de las señales más claras de padecer fobias son las conductas de evitación. Actitudes que consisten en que la persona «evita esas situaciones que le producen la fobia», aclara Martín. Otro síntoma frecuente son las «respuestas ansiosas», comenta el experto. «También son muy frecuentes los síntomas cognitivos, o sea, que las personas pueden tener pensamientos de tipo catastrófico e incluso temor a fallecer»,. 

Síntomas:

  • inestabilidad, mareos y aturdimiento
  • náuseas
  • transpiración
  • aumento de la frecuencia cardíaca o palpitaciones
  • dificultad para respirar
  • temblores
  • malestar estomacal

Es posible no experimentar ningún síntoma hasta que haya un contacto con la fobia. 

Fuente: National Health Service

El National Health Service británico determina dos categorías principales de fobias, las específicas —se centran en algo concreto— y las complejas —son más incapacitantes—. El especialista añade que, a veces, «las fobias son muy intensas». «No siempre responden a una fobia simple, es decir, muchas veces se presentan múltiples fobias». En este caso, el trastorno puede llegar a ser un problema limitante, ya que la persona elige permanecer en un entorno que considera seguro y así no exponerse. Las fobias simples, en cambio, son compatibles con una vida normal.

Diagnóstico y tratamiento

El diagnóstico es clínico. «Se hace una entrevista y luego la evaluación. No existe una analítica que pueda diagnosticar una fobia», dice el especialista. De hecho, existen instrumentos de diagnóstico, pero en realidad son las mismas preguntas que se hacen en la entrevista clínica. Lo que hace esta técnica es sistematizarlas. El diagnóstico que logrará si la persona padece o no una fobia, se basará en el relato del paciente. Hay que tener en cuenta que las circunstancias desencadenantes de la fobia, «son extremadamente variadas, algunas son imposibles de detectar porque nunca se ha estado en contacto con el elemento que la provoca», añade el especialista. De hecho, si cada persona se fijase en la manera que se comporta, podría observar actitudes que, en mayor o menor grado, le pueden provocar una ansiedad. Como con casi todo, se ha popularizado el diagnóstico de las fobias a través de las redes sociales, pero Sandra Cudeiro es tajante: «Esto se hace en consulta de psicología clínica».

El tratamiento más habitual para superarlas es la exposición a la propia fobia. Se acompaña a la persona afectada a pasar por la experiencia que la desencadena, de esta manera, aprende a manejar la respuesta ansiosa. Es una técnica de exposición gradual a las circunstancias que desencadenan la fobia, ya sea en vivo o mediante técnicas de realidad virtual. Por otro lado, se cuenta con los procedimientos terapéuticos, que son iguales para todos los pacientes. «Después se van adaptando a la situación fóbica que puede ser muy variada», explica Martín. Incluso hay casos en los que se llegan a utilizar algunos tratamientos farmacológicos. Los jóvenes tienen esta misma terapia, pero con algunas modificaciones. «A veces usamos elementos de juego para apoyar la terapia de exposición», cuenta Cudeiro. Una pata importante de estas terapias es: «Tener mucho trabajo con los padres, sobre todo con los pacientes más jóvenes».

Recomendaciones

Es necesario que los pacientes «vean las limitaciones que les está produciendo la fobia en su vida», comenta Manuel Martín. Es fundamental que cada persona vea la restricción funcional que le produce para, «sobre esta base, poder decidir la importancia del tratamiento», desgrana el especialista. Aunque parezca de cajón, conviene recordar que este tipo de trastornos, si no se tratan, tienden a persistir. «Si una persona aprecia que padece una fobia a algo y que está limitando su funcionalidad, evidentemente debe tratársela», recomienda el experto. Martín también explica: «Si te lees un artículo sobre fobias y hay una identificación con lo que se explica, aunque en ningún caso vaya a servir como un diagnóstico, sí es algo que puede ponerte sobre aviso». Basándose en esto, aconseja siempre pedir la valoración de un profesional.

Como comentábamos, hay fobias más sonadas y otras menos; también las hay realmente curiosas. Algunas les sonarán, otras no. Enumerarlas todas sería imposible, pero aquí te traemos una pequeña lista. 

Fobias más conocidas

Aerofobia:

Es un trastorno de ansiedad que implica sentir un miedo irracional e intenso a viajar en avión. Puede condicionar la vida de las personas que la padecen, ya que no pueden viajar libremente.

Claustrofobia:

Se trata de un miedo incontrolable a los sitios cerrados o demasiado pequeños. Las personas con claustrofobia creen que no van a poner salir fácilmente de este lugar.

Agorafobia:

Podría llegar a relacionarse con la claustrofobia. Es un miedo intenso a los sitios de donde no es fácil salir o poder pedir ayuda. Por ejemplo, estar a solas en espacios exteriores, puentes o multitudes. 

Zoofobia:

Miedo intenso o irracional a los animales, puede ser a un animal en concreto o generalizarse a todos.

Hematofobia:

Se caracteriza por evitar los sitios, objetos o situaciones que se relacionen directamente con la sangre, agujas o heridas. Ya que, hay un temor al desmayo o a la perdida de conocimiento. 

Acrofobia:

Es el miedo a las alturas o a caerse desde un punto demasiado alto. 

Dentofobia:

Genera miedo a acudir a consultas odontológicas.

Brontofobia: 

Miedos a situaciones relacionadas con la naturaleza y los fenómenos atmosféricos o meteorológicos.

Enoclofobia:

Se puede relacionar con la agorafobia. Esta es el miedo a las avalanchas, multitudes o encontrarse con mucha gente.

Necrofobia:

El miedo a la muerte es algo que puede causar preocupación en muchas ocasiones. Pero esta fobia se centra el temor irracional a seres o cosas muertas, a la muerte o cosas relacionadas con la defunción (ataúdes). 

Fobias menos conocidas

Amaxofobia: 

Se centra en el miedo intenso y, persistente en el tiempo, ante la idea de tener que coger un coche y conducir.

Somnifobia:

Es el temor a conciliar el sueño, esto puede causar un grave deterioro en la salud mental, emocional y física.

Crometofobia: 

Aunque a veces se considere tacañería, existe una fobia que provoca un miedo extremo e irracional a gastar dinero.

Tripofobia: 

Miedo o angustia que se genera al ver o estar cerca de elementos que se componen por patrones repetitivos.

Bibliofobia: 

Es un tipo de trastorno de ansiedad que provoca un miedo irracional a los libros y la lectura.

Coulrofobia:

Ansiedad irracional a la hora de ver una persona disfrazada de payaso. 

Querofobia:

El miedo irracional a ser feliz existe, aunque pueda parecer raro. Las personas con esta fobia puede que no quieran participar en actividades que para el resto de personas son consideradas como divertidas. 

Turofobia: 

Las personas que lo sufren tienen una sensación de malestar intensa cuando ven o huelen un trozo de queso.

Triscaidecafobia: 

Existen muchas leyendas alrededor del número 13, pero hay personas que tienen aversión o desconfianza hacia ese número. 

Ablutofobia: 

Miedo irracional a lavarse o bañarse.