Más de la mitad de los españoles no cuida la salud de su cerebro: poca lectura, escaso descanso y falta de ejercicio
VIDA SALUDABLE
Una encuesta poblacional, elaborada por la Sociedad Española de Neurología, pone el foco en la carencia de hábitos de vida
19 nov 2025 . Actualizado a las 14:22 h.Seguir una dieta saludable, hacer ejercicio, no fumar, entrenar las habilidades cognitivas, dormir lo necesario, no beber alcohol, controlar la tensión arterial o la diabetes, no abusar de las pantallas y potenciar las actividades sociales. Todo ello son prácticas que uno debería llevar a cabo para tener un cerebro saludable y que, sin embargo, incumple más de la mitad de la población española. Esta es la conclusión a la que ha llegado la Encuesta poblacional sobre hábitos cerebro-saludables de la población española, realizada por la Sociedad Española de Neurología (SEN), que se presentó esta mañana en su 77.ª Reunión Anual. «El estudio nos revela carencias importantes en aspectos como la actividad física, el descanso, la alimentación, el control vascular o la estimulación cognitiva, tan importantes para la salud de nuestro cerebro», señala el doctor Jesús Porta-Etessam, presidente de la entidad.
Algo especialmente importante si se tiene en cuenta el valor de la prevención con un buen estilo de vida: «Se podrían evitar entre el 80 y el 90 % de los ictus, y entre el 30 y el 40 % de las demencias», destaca el responsable.
La insuficiencia se observa en cada tipo de hábito. Una de las principales recomendaciones de la entidad para cuidar la salud cerebral es el control de factores de riesgo vasculares, como es la hipertensión, la diabetes o la hiperglucemia. La realidad es que el 49 % de los encuestados no se somete a un análisis preventivo anual.
Algo más de un 35 % de los participantes tampoco hacen actividades que le supongan una demanda a nivel cognitivo. Ni leen, ni participan en juegos de mesa, no hacen crucigramas ni manualidades. Es más, seis de cada diez reconoce que no ha aprendido nada nuevo en el último año y más de la mitad no ha leído ni tres libros.
El cerebro también se cuida con actividad física regular. Sin embargo, menos de un 37 % realiza, al menos, tres horas de ejercicio a la semana, y casi la mitad pasa más de seis horas sentados al día.
«Por otra parte, evitar tóxicos como el alcohol, el tabaco y así como otros tipo de drogas también es fundamental para una buena salud cerebral. Pero un 11% de los participantes en nuestro estudio consume alcohol casi a diario y un 15% fuma a diario y, entre los fumadores activos, más del 80% lo son desde hace más de una década», lamenta el doctor Javier Camiña, vocal de la SEN.
También es revelador la cantidad de personas que siguen una dieta saludable. Aquí existen contradicciones entre lo que uno cree y lo que realmente hace. El 79 % de los encuestados considera que su alimentación es equilibrada. Ahora bien, casi la mitad no toma las piezas de fruta recomendadas al día, un tercio apenas ingiere verdura y la mitad no toma las raciones de pescado recomendadas. «Además —añade Camiña— un 24 % consume bollería y productos altos en azúcar a diario».
El sueño de calidad brilla por su ausencia en más de la mitad de los participantes, que no duermen ni siete horas. Además, un 50 % siente que no tiene un sueño reparador. En esta materia, las mujeres salen perdiendo con peores datos. Algo que, para el doctor Porta, «es la asignatura pendiente». Coincide el doctor Camiña: «Estamos durmiendo poco y mal». ¿Las razones? La actividad social a horas que no son adecuadas para la salud: «Poner un partido a las diez, que termina a las doce, rompe el ciclo de sueño», añade el presidente de la SEN.
El abuso de redes sociales, internet y pantallas reduce la capacidad de concentración, atención y aprendizaje. ¿El problema? Que según el informe, más del 63 % dedica más de dos horas diarias a ver la televisión y un 70 % pasa más de media hora al día en redes sociales. Entre los últimos, la SEN pone el foco en los jóvenes. Casi el 90 % de las personas entre 18 y 34 años dedican más de dos horas diarias a interactuar en redes sociales.
En la asignatura donde hay más aprobados es en la de relaciones sociales. En comparación con el resto, solo el 10 % se siente solo de manera habitual y un 12 % presenta aislamiento parcial o total. Los jóvenes, los que más.
Ahora bien, la opinión de los encuestados acerca de lo que deben hacer es otra. Una amplia mayoría coincide en que el consumo de drogas, alcohol, tabaco y otro tipo de adicciones a sustancias es el hábito de vida más perjudicial para la salud del cerebro. No les falta razón. El segundo factor de riesgo al que se apunta con mayor frecuencia es el estrés crónico, en concreto, el que surge en el entorno laboral. En la tercera categoría como uno de los grandes y profundos enemigos de la salud cerebral para los participantes es la relativa a cuestiones emocionales y sociales. En otras palabras, la tristeza, el pesimismo, la falta de relaciones sanas o la preocupación.
El uso excesivo de pantallas y redes sociales se sitúa en el cuarto escalón. Si bien el porcentaje de alusión que supone es pequeño en comparación con los anteriores, desde la SEN se alude a un aumento de la preocupación por la sobreexposición digital y su efecto en la salud cerebral.
Por otra parte, más de un 6 % de los encuestados también destacan la relación entre la actividad física y la salud cerebral, y casi un 5 % de los encuestados lo asocian con la calidad del sueño. El último factor, según orden de importancia para los participantes, son los factores físicos y ambientales, como la contaminación acústica, los golpes o accidentes.
Al ser preguntados por los hábitos de vida que pueden mejorar la salud cerebral, casi cuatro de cada diez aluden al ejercicio físico. La tranquilidad y el manejo del estrés se sitúa en el segundo lugar; mientras que la actividad mental, la alimentación o el descanso ocupan los siguientes puestos.
Preocupación por las enfermedades neurológicas
El 85 % de los encuestados considera que mantener una buena salud cerebral ayuda a reducir el riesgo de sufrir enfermedades neurológicas, y más del 90 % admite tener desarrollarlas en el futuro. Sin embargo, la honestidad también se hace notar en este documento, pues el 44 % reconoce que no tiene claro qué hábitos son realmente beneficiosos para el cerebro, pese a que muchas de estas patologías pueden prevenirse.
La encuesta también quiso saber qué enfermedades generan más preocupación por poder desarrollarlas en un futuro. Los resultados, por orden, fueron: alzhéimer y otras demencias, cáncer, ictus, párkinson, ELA, infarto, diabetes, esclerosis múltiple, ceguera y depresión. Con todo, dice Camiña, el estudio también muestra una percepción errónea sobre el peso real que tienen las enfermedades neurológicas en la mortalidad española, especialmente, en el caso femenino , «donde la gran mayoría apunta al cáncer o al infarto de miocardio como principal causa, cuando en realidad son el alzhéimer y el ictus, según datos del Instituto Nacional de Estadística».
La mayor parte de las personas saben lo que tienen que hacer, pero a la hora de llevarlo a cabo surge el problema. «La mayoría de cambios que podemos hacer para mejorarlo es en la infancia», señala el doctor Camiña, que añade: «Las desigualdades perpetúan hábitos no saludables». Precisamente, en palabras del presidente de la entidad, «un niño que tiene la mala suerte de nacer en un ambiente socioeconómico pobre tiene un 300 % más posibilidades de tener una demencia que uno que nace en uno normal». Datos que llaman a actuaciones en todos los niveles.
Con los datos en la mano, las enfermedades neurológicas representan en la actualidad la principal causa de discapacidad a nivel mundial y la segunda de mortalidad. En las últimas tres décadas, las muertes asociadas a estos trastornos han aumentado un 40 %. En España, más de 23 millones de personas conviven con alguna patología neurológica y, en Europa, sus costes directos superan a los generados por el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y la diabetes combinados. Algo que, debido al envejecimiento de la población, puede ir en aumento.