Pantalla táctil que rastrea el nivel de carga y el estado de la batería, conectividad USB, recarga automática en menos de 10 segundos, tres modos operativos, distintos tipos de ráfagas y alcance...
¿La nueva arma de combate en Ucrania? No, la última pistola de agua que ha salido al mercado. Vale que todo el daño que puede hacer al 'enemigo' es mojarlo a quince metros de distancia, pero hasta el diseño es revolucionario. Y es que no es un juguete para niños... o no solo para ellos. La pistola de agua de Spyra, como otras que se comercializan en los últimos veranos, está diseñada para adultos que se resisten a dejar de ser niños.
Los kidults son aquellos que siguen queriendo disfrutar de su lado más infantil aunque pasen los años. Estos adultos de espíritu libre se niegan a aceptar la monotonía y la seriedad que suelen acompañar a la edad adulta. Es, por una parte, el síndrome Peter Pan –«no quiero crecer»– y, por otra, el auge del fenómeno friki: se ha perdido el pudor a parecer infantiles o 'raros'.
El término kidults (del inglés kid, niño, y adult, adulto) se traduce en ocasiones por 'adultescentes', pero este término en español se asocia a los jóvenes que se niegan a abandonar el hogar familiar o no pueden hacerlo por falta de ingresos. Los kidults en los que ha puesto el ojo la industria juguetera no son esos, sino los adultos con espíritu lúdico que son independientes, con medios económicos propios y con ganas de gastar su dinero.
El año pasado la venta de juguetes para adultos fueron el 25 por ciento de todas las ventas del sector juguetero en Estados Unidos
Las compañías jugueteras han sabido aprovechar astutamente ese profundo anhelo de la infancia y ofrecen un mundo mágico de juguetes y experiencias que rentabilizan la nostalgia. Y lo han hecho 'actualizando' el concepto mismo de juguete, como dejan claro las nuevas generaciones de pistolas de agua.
El mercado en alza de estos juguetes 'nivel adulto' lo dominan dos empresas: la alemana SpyraThree y la china Mitja Pulse, de Xiaomi. La Spyra ha sorprendió el pasado año por su aspecto futurista «sin dejar de inspirarse en el diseño de juguetes clásicos», según explica la empresa. «Las superficies limpias y angulosas del SpyraThree transmiten una sensación de poder sin ser agresivas». Se trata de lograr el equilibrio, de nuevo, entre la infancia y la madurez... eso sí, el precio es de adulto: se venden a partir de los 115 dólares.
El juego de lanzarse agua, en diferentes formatos, ha sido un pasatiempo infantil desde el principio de los tiempos. Pero las pistolas de agua, como las conocemos hoy, son un invento de la NASA. Como suena... aunque sea un invento accidental.
En 1982, Lonnie Johnson, el primer afroamericano que trabajó en la NASA, investigaba un sistema de refrigeración con agua para la Misión Galileo, la nave no tripulada que orbitó Júpiter. Para manipular uno de sus prototipos desarrolló un propulsor de agua en forma de pistola. Un día la usó en una reunión de investigadores de la NASA para hacer una broma, pero el artilugio, que tenía cierta potencia en el lanzamiento del agua, causó tanta gracia que Johnson decidió comercializarla. El modelo evolucionó hasta derivar en 1990 en la Super Soaker, de la que se vendieron 20 millones de unidades aquel mismo verano.
Ahora el mercado de las pistolas de agua para adultos se ha sofisticado. Pero no es el único juguete en esta línea. El año pasado, los juguetes para adultos fueron responsables del 25 por ciento de todas las ventas del sector juguetero en Estados Unidos, según datos de NDP Group. Hay colecciones de juguetes que arrasan en ventas en prácticamente todos los países del globo como el fenómeno de los Funko Pop, figuras de juguete, en su mayoría inspiradas en los personajes de las series y películas favoritas de la generación kidult. Lego lleva años usando el mismo reclamo para crear sus nuevas figuras.
El auge del comprador adulto era evidente antes de la pandemia, pero se aceleró durante el confinamiento cuando la gente buscaba nuevas formas de pasar el tiempo en juegos nuevos... y antiguos.
Otra prueba del interés que este tipo de juguetes despierta es el éxito de las campañas de financiación colectiva para desarrollarlos, en plataformas como Kickstarter, espacio on-line donde, por ejemplo, Sebastián Walter financió el proyecto SpyraThree, que ha desarrollado las sofisticadas pistolas de agua. Multiplicó por siete sus expectativas de financiación.
Y es que la sociedad está cambiando. Las razones de este auge de los pasatiempos para kidults hay que buscarlas en factores diversos. Primero, en el envejecimiento de la población, pronto habrá más ancianos que niños en muchos países occidentales. Luego, en el retraso en la procreación: se aplaza la decisión de tener hijos y se dispone, en principio, de más tiempo libre durante más años. Los factores sociodemográficos, comentan los expertos, están contribuyendo a extender ciertos comportamientos propios de la infancia a otras etapas de la vida.
Pero los factores culturales también influyen. Series como The Big Bang Theory contribuyeron a popularizar los juegos de mesa, los cómics y los juguetes de colección. Sus protagonistas podían ser unos científicos un tanto excéntricos, pero su nostálgica forma de divertirse suscitó una sana envidia entre muchos adultos.
En países como Corea del Sur ya hace más de una década que las ciudades se inundaron con jugueterías para adultos. Y no son precisamente baratos, pero como defendía la prensa coreana: ¿por qué es respetable gastarse mil dólares en palos de golf y no gastárselos en figuras de plástico que reproducen personajes históricos? O, ya puestos, en pistolas de agua.
Ah, y por si se preguntan cuál es el último 'juguetito' que causa furor entre los kidults, su nombre es Labubu: un monstruo feo como él solo, pero al mismo tiempo superadorable. Con orejas puntiagudas, ojos enormes y una sonrisa inquietante y llena de dientes que le atraviesa la cara de lado a lado, el muñeco en cuestión ha duplicado en solo un año las ventas de Pop Mart, la compañía china que los comercializa.
Y, aunque fueron creados en 2015 por el artista hongkonés Kasing Lung, fue Lisa de Blackpink (la estrella tailandesa de k-pop y actriz secundaria en la última temporada de The White Lotus) la que los lanzó al estrellato en 2024 cuando apareció con una de estas figuras en sus redes y, en cuestión de segundos, sus fans enloquecieron.