Sundar Pichai CEO de Google «Los gobiernos van a tener que aliarse para garantizar la seguridad de Internet»
Se le ve exultante. Sundar Pichai (Madurai, India; 49 años), CEO de Google y el ejecutivo mejor pagado del mundo, tiene todavía reciente el baño de masas que se dio en la conferencia de desarrolladores de la compañía en Mountain View (California), hace un par de semanas. «Mi día favorito del año», confiesa. Un año marcado en dorado.
La inteligencia artificial, aplicada a toda la galaxia de productos y aplicaciones de Google, ha dado la mejor cosecha tecnológica de su historia, con decenas de mejoras y novedades en el buscador y en el inabarcable ecosistema que gira a su alrededor —Android, Maps, YouTube, Gmail, Chrome, Drive, Pay, Meet…— alimentadas por un nuevo algoritmo que es mil veces más potente que el anterior y que está haciendo progresar los sistemas de traducción, conversación y realidad aumentada a toda velocidad. Es, asegura, la revolución más importante desde que la compañía, que se fundó en los tiempos del ordenador de mesa (1998), dio el salto al teléfono móvil.
No hay celebración sin resaca y Google, al fin y al cabo una corporación norteamericana que basa su poder en el valor que extrae de los datos de sus usuarios, tiene mucho que perder en Europa, que enarbola la soberanía digital y se lo están poniendo difícil. Pichai, en una iniciativa inédita, ha convocado a una docena de los principales medios europeos, solo uno por país, a un encuentro exclusivo. XLSemanal ha sido el elegido por España. Y ha respondido a todas las preguntas. Sin condiciones.
XLSemanal. Usted afirma que la misión de Google, desde su fundación, ha sido organizar la información del mundo y hacerla accesible a todos. Sin embargo, la era de los datos sin fronteras parece haber llegado a su fin. ¿Cree que el pacto de que Google nos facilite la vida a cambio de nuestros datos sigue vigente?
Sundar Pichai. A medida que Internet madura, es lógico que los países piensen en proteger a sus ciudadanos y que se cumplan las leyes y normas nacionales. Se está trabajando duro en un nuevo escudo de privacidad que proteja a los ciudadanos europeos, pero que asegure también el paso transfronterizo de los datos. Y creo que es muy importante hacerlo así. El mundo se beneficia mucho de tener un Internet abierto e interconectado. Y esto se basa, en buena medida, en que los datos fluyan en un espacio abierto.
«Estamos muy abiertos a colaborar con Europa. Pero al mismo tiempo es importante que nos aseguremos de que no se impide que Internet funcione bien»
XL. Recientemente, Facebook amenazó con abandonar Europa. Sin embargo, Google apuesta por más este continente. ¿Aceptan las nuevas condiciones o todavía hay margen para la discusión?
S.P. Estamos muy abiertos a colaborar. Pero al mismo tiempo es importante que nos aseguremos de que no se impide que Internet funcione bien, porque un mundo conectado es una fuente de paz y prosperidad. Y para nosotros, como compañía, es importante preservar eso. Se necesita un equilibrio.
XL. Pero el anuncio de sus nuevas herramientas para facilitar a los usuarios el borrado de información sensible coincide precisamente con la reciente legislación europea y los reveses legales en España [donde Google ha sido multada por la Agencia de Protección de Datos por no respetar el derecho al olvido], Austria, Francia...
S.P. Mucha gente utiliza nuestros productos. Pongamos que usted está en Madrid y busca en Google un restaurante. Si no localizamos esa búsqueda, los comentarios serán abrumadoramente negativos. Lo que hemos hecho a lo largo del tiempo es establecer un principio, que es el de ser transparentes a la hora de darle al usuario la oportunidad de elegir y de tener el control de los datos. Y hace dos años tomamos una decisión trascendental, que fue dejar a los usuarios que pudieran borrar sus datos ellos mismos. Y la opción por defecto es que los datos se borren a los 18 meses.
XL. ¿Lo hacen porque no tienen más remedio o es fruto de decisiones estratégicas?
S.P. Somos conscientes de que llegan nuevas leyes y normativas, incluyendo las que completan el Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea. Como compañía tecnológica, nos tomamos muy en serio anticiparnos y estar preparados para la regulación. Queremos cumplir las normas. Así que muchas veces lo que verá es una intersección entre las exigencias y nuestra disposición.
XL. ¿Qué proponen?
S.P. Estamos desplegando técnicas de aprendizaje automático, que nos permiten construir nuestros modelos sin que los datos abandonen el dispositivo del usuario. Son avances fabulosos. La inteligencia artificial ayudará a mejorar la privacidad. Pero es que, además, mucho antes ya habíamos demostrado un interés por ser respetuosos con los datos, incluso antes de que la legislación pudiera acompasarse con el ritmo de nuestros lanzamientos. Por ejemplo, Google Takeout ya permitía al usuario bajarse los datos personales de nuestras aplicaciones.
«El plazo que manejamos para tener computación cuántica operando de una manera fiable en Google Cloud y abierta al público es de cinco años»
XL. En Europa también se ha acusado a Google de entorpecer la competencia y las autoridades han endurecido la legislación. ¿Cuál es la posición de Google respecto a las compañías europeas?
S.P. En Google llevamos mucho tiempo construyendo ecosistemas para webs, aplicaciones… La vibrante comunidad de Android es un buen ejemplo. Tenemos miles de ingenieros desarrollando sistemas de código abierto, gratis, libres de licencia. La inmensa mayoría de los desarrolladores que terminan usándolos no pagan nada. Pero tenemos que sostener Android para poder competir. Confiamos en las leyes. A veces estamos de acuerdo y otras no. Son temas complejos. Pero siempre dialogamos e intentamos llegar a soluciones que funcionen.
XL. El sistema operativo Android [propiedad de Google] es el líder mundial en telefonía móvil. Sin embargo, una pequeña compañía israelí, NSO, encontró vulnerabilidades para instalar el programa de espionaje Pegasus. ¿Lo ve como una debilidad? ¿Están haciendo algo al respecto?
S.P. Android es de código abierto. Por eso, si se ven más informes sobre brechas de seguridad es precisamente por nuestra transparencia. Pasa igual con el navegador Chrome. La arquitectura de Android es muy segura. Y nuestros teléfonos Pixel también han demostrado ser muy robustos. Dicho esto, siempre hay gente intentando entrar por la fuerza y nosotros tratando de impedirlo. Estamos mejorando nuestras protecciones. Pero le seré claro, la mayoría de los riesgos llegan por descuidos de la gente que comprometen sus cuentas. Ahora estamos implementando la autenticación de doble factor por defecto. Pero esto es un trabajo en curso. Con el tiempo yo creo que los gobiernos van a tener que aliarse y tendrán que firmar algo equivalente a convenciones y tratados para garantizar la seguridad de Internet.
«Se está haciendo un esfuerzo mundial para que se cumplan las sanciones a Rusia. Nosotros hemos suspendido casi todas las actividades comerciales en la zona»
XL. Elon Musk ha aprovechado la compra de Twitter (si es que no se echa atrás) para anunciar que piensa hacerlo más permisivo, en contraposición a Google y Facebook, que son más restrictivos en los últimos años. ¿Este debate sobre la libertad de expresión puede afectar a Google, incluso cambiar sus políticas sobre YouTube?
S.P. Somos una compañía que cree en la libertad de expresión. Es uno de nuestros pilares. Pero tenemos unas guías para la convivencia. Debes procurar que tu plataforma sirva para todos: usuarios, creadores, anunciantes… El spam, por ejemplo, es un problema. Pero le aseguro que garantizar la libertad de expresión es un principio fundamental en todos nuestros productos. Y no vamos a hacer cambios.
XL. Hace tres meses Rusia invadió Ucrania. YouTube eliminó más de 70.000 vídeos de la guerra por violar sus directrices. Y su subsidiaria en Rusia se declaró en quiebra después de que el Gobierno ruso confiscara sus cuentas. ¿Cómo gestiona la censura y la libertad de información?
S.P. Se está haciendo un esfuerzo mundial para que se cumplan las sanciones y existe, además, una fuerte presión por parte de la Unión Europea ante la gravedad de la situación. Nosotros hemos suspendido casi todas las actividades comerciales en la zona y nuestro objetivo es asegurar el flujo de información confiable y dar visibilidad a fuentes de alta calidad en YouTube; y al mismo tiempo combatir la desinformación comprobando el contenido de lo que se publica.
«Estamos investigando cómo utilizar la inteligencia artificial para desarrollar aplicaciones que ayuden a la detección temprana de enfermedades como el cáncer»
XL. Google está invirtiendo mucho dinero en el desarrollo del ordenador cuántico. ¿Cuándo veremos la computación cuántica implementada en las aplicaciones de Google?
S.P. Es una de las cosas más difíciles en las que estamos trabajando. Y estamos haciendo progresos. El plazo que manejamos para tener computación cuántica operando de una manera fiable en Google Cloud, de tal modo que incluso podamos empezar a abrirla al público, es de cinco años. Con la tecnología hay que ser humilde, pero es lo que me gustaría ver.
XL. ¿Cuáles son los planes de Google en el ámbito de la salud?
S.P. Nos centramos en tres áreas. La información médica es una de las más solicitadas tanto en el buscador como en YouTube, así que nos esforzamos para que sea de calidad. La segunda es que estamos investigando cómo utilizar la inteligencia artificial para desarrollar aplicaciones, con nuestros socios, que ayuden a la detección temprana de enfermedades como el cáncer. Y el tercero es potenciar los dispositivos de seguimiento de la actividad física, el deporte, los hábitos saludables… Y Fitbit va a tener un papel esencial.
XL. En la conferencia de desarrolladores hicieron una demostración de unas nuevas gafas inteligentes con unas prestaciones impresionantes, pero que recuerdan a las Google Glass. Un producto que fracasó, del que no se volvió a hablar durante años y que parecía enterrado. ¿Es esta su idea de la inmersión, más sobria en contraposición con el metaverso de Facebook?
S.P. Hemos pensado mucho en cómo aplicar la inteligencia artificial en todos nuestros servicios para elevar sus prestaciones. Hace tiempo que existe Live View en Maps, la visión inmersiva… Puedes entrar en una tienda, sacar el móvil y encontrar, si eres alérgico, barritas libres de frutos secos. Eso son experiencias de realidad aumentada, mixta, como quiera llamarla. Lo que nos motiva es ayudar a las personas en el mundo real con información que necesiten. De eso van las gafas. Entras en un restaurante, ves un vino y quieres saber un poco más.
XL. ¿Por qué cree que esta vez la gente sí que estará dispuesta a comprarlas?
S.P. Las Google Glass llegaron demasiado pronto. Pero no se perdieron todas las enseñanzas; era un concepto potente, aunque muy adelantado a su tiempo. La magia de la realidad aumentada llega cuando la tecnología no se interpone en tu camino ni te saca del mundo real. Y se me ocurren mil ejemplos en los que tiene sentido llevarlas. Ahora hay mucha gente que se desplaza en bicicleta y si necesita una información no es nada aconsejable sacar el móvil. O bien un médico o una enfermera chequeando una lista antes de una intervención. No me preocupa llegar antes de tiempo. Mucho antes del iPad, Apple lanzó el Newton [que fue un fracaso]. Las ideas llegan cuando llegan, lo importante es que contribuyan al progreso. Y que al final se transformen en algo que sea útil para la gente.
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