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Así fue la subasta de la primera portada española NFT

23.000 euros por esta imagen de XLSemanal

XLSemanal se convirtió este domingo en el primer medio nacional cuya portada ocupó un NFT. Creada por el artista Javier Arrés, la obra alcanzó un precio, en subasta, cercano a los 26.000 dólares (unos 23.000 euros). Todo un antes y un después en el mundo del criptoarte español. De la mano del propio Arrés, nos adentramos en el mundo de las subastas digitales.

Por Isa Espín

Domingo, 24 de Octubre 2021

Tiempo de lectura: 4 min

Todo sucede en 24 horas. El visual toy de Arrés salió a subasta el 21 de octubre en la plataforma MakersPlace con un precio mínimo de venta (o cifra de reserva) de 5000 dólares. Durante un día entero, XLSemanal retransmitió las pujas a través de sus redes sociales y, más de cuatro millones de impresiones en Twitter después, conocimos el precio final: 25.787 dólares.

La cifra superó las expectativas de su autor, acostumbrado en todo caso a que las pujas superen sus previsiones. Tacita a tacita –o NFT a NFT, si lo prefieren– el artista granadino de 38 años lleva ganados más de un millón de euros en diferentes subastas. Es, por lo tanto, un experto en una materia a la que en España le queda un largo camino por recorrer. «Espero que la venta de la portada de XLSemanal –confía Arrés– acerque un poco más el mundo del criptoarte a nivel nacional y se refuerce el mercado del arte NFT español». De momento, sus dibujos de múltiples detalles, con diseños industriales, ciudades fantásticas y gifs animados han puesto a España en el mapa del sector.

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La guarida y el genioEn su pequeño despacho del Albaicín (Granada), Arrés diseñó durante una semana nuestra portada. Una ciudad del futuro donde fusiona el arte español con su estilo tecnológico. La obra revela su fascinación por los video-juegos, un mundo que plasma en las abigarradas maquinarias que diseña en medio de paisajes urbanos.SUSANA GIRÓN

¿Cómo funcionan las subastas?

La puja, para empezar, arranca desde cero, aunque la obra no se vende si no supera la cifra de reserva. El proceso tiene lugar en plataformas como Makersplace, una de las más extendidas y donde se subastó nuestra portada. «Se puede pagar con criptomoneda o con tarjeta de crédito», explica Arrés. Los diseñadores del evento analizan previamente el mercado mundial al que se enfrentan para decidir la hora de apertura y la de cierre, un aspecto capital para el éxito de la subasta. La clientela potencial de Arrés, por ejemplo, es estadounidense. Factor que determinó que todo comenzara a las 21:00 horas de la Costa Oeste, medianoche en la Coste Este y las seis de la mañana en España.

Para pujar es necesario estar inscrito en la plataforma en cuestión, pero el proceso es público y cualquiera puede ver la progresión del precio a través de su página web. En el caso de la portada de XLSEMANAL creada por Arrés, nuestros lectores y seguidores pudieron asistir en directo mediante los hashtags #PrimeraPortadaNFT y #XLSemanalNFT.

Al igual que en una subasta tradicional, los compradores desplegaron sus estrategias personales, donde la paciencia, la intuición y la experiencia cotizan al alza, hasta llegar  a la recta final; esos últimos minutos previos al cierre cuando el temple y la pausa dejan paso a una lucha sin cuartel. Se sube la apuesta, se supera, se vuelve a subir... hasta que el artista, a falta del clásico martillo de madera, cierra la subasta con un clic y la obra pasa a manos del mayor postor.

¿Qué es el arte NFT y qué podemos hacer con él?

El mundo NFT (Non-Fungible Token) se utiliza para crear una exclusividad digital para una propiedad digital. En el caso del arte, se asegura la propiedad de la obra que, de otra manera, tendría que lidiar con múltiples reproducciones no autorizadas en Internet. Ofrece, además, la posibilidad de jugar con los activos en diferentes plataformas. La fórmula se aplica a todo tipo de productos. Desde una foto, hasta un tweet –Jack Dorsey, CEO de Twitter, vendió su primer tuit como NFT por más de 2,9 millones de dólares–, pasando, como es el caso que nos ocupa, por una obra de arte.

Hablamos, como se ve, de artículos que ya habitan en Internet y que, por consiguiente, todo el mundo puede ver. ¿Por qué, entonces, comprar algo así? Sencillo, porque no es lo mismo ver una obra que poseerla, un precepto que el arte digital comparte con el tradicional. Además, es un modo de integrar, por fin, el concepto de propiedad en un mundo, el de la Red, lleno de vacíos legales, ya que el comprador obtiene un certificado digital con los datos que garantizan su propiedad.

Para los artistas, además, las subastas de criptoarte tienen una ventaja añadida: no necesitan intermediarios para la venta. Ellos mismos suben cada obra a la plataforma elegida y estipulan allí sus propias condiciones. Muchas de estas webs, de hecho, son auténticas galerías de criptoarte. Elementos todos ellos que van derribando, cada vez más rápido, los recelos de muchos artistas tradicionales ante los formatos y los mercados digitales. Al fin y al cabo, donde hay dinero hay interés. Y el volumen del comercio mundial de los NFT se ha multiplicado por 25 en apenas el último año. Puede ser una burbuja o, por el contrario, haber llegado para quedarse. El tiempo lo dirá.