
Miércoles, 27 de Marzo 2024, 13:22h
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Tanques CM-11 atacan sin compasión una ladera. Los proyectiles no se estrellan contra objetivos reales, sino contra siluetas dibujadas con tiza. Una vez al año, en Taiwán se llevan a cabo unas espectaculares maniobras militares en el sur del país. Nadie lo dice expresamente, pero todos los observadores saben quién se supone que estará en esa ladera: China, el megalodón geopolítico que acecha a poco más de 150 kilómetros. «Espero que cuando llegue el momento el Gobierno me dé un rifle», dice Gary Shu, de 62 años, un entusiasta militar retirado. Este veterano ha conducido siete horas desde su casa para ver las maniobras. «Veremos, cuando llegue el momento, si China es tan fuerte como cree. Hay que estar preparados; la libertad no es gratis».