Viernes, 31 de Octubre 2025, 11:33h
Tiempo de lectura: 3 min
Jenifer de la Rosa vuelve a un país que apenas recuerda, a un pueblo que ya no existe, a una madre que tal vez siga respirando en algún lugar de Colombia o tal vez solo en su memoria. Tenía un año y medio cuando la arrancaron de la tierra que el Nevado del Ruiz había convertido en cementerio. Treinta años después, con una cámara en la mano y el corazón hecho un nudo, regresa a preguntar lo que nunca debió necesitar preguntar: quién soy, de dónde vengo, por qué yo sí sobreviví.
-
1 Pódcast | La herida abierta que amargó el azúcar y la vida de Celia Cruz
-
2 Shirley MacLaine y los hombres: los que me amaron, a los que amé, de los que huí... y, sí, los que huyeron de mí
-
3 Tres recetas ligeras –y deliciosas– para sobrevivir a los excesos de Navidad
-
4 Pódcast | Las extraordinarias hijas de Marie Curie que hicieron historia dentro y fuera del laboratorio
-
5 Me enamoré de un violador y asesino en serie, Ted Bundy
-
1 Pódcast | La herida abierta que amargó el azúcar y la vida de Celia Cruz
-
2 Shirley MacLaine y los hombres: los que me amaron, a los que amé, de los que huí... y, sí, los que huyeron de mí
-
3 Tres recetas ligeras –y deliciosas– para sobrevivir a los excesos de Navidad
-
4 Pódcast | Las extraordinarias hijas de Marie Curie que hicieron historia dentro y fuera del laboratorio
-
5 Me enamoré de un violador y asesino en serie, Ted Bundy

