España, pionera en propaganda Primo de Rivera, rey de las 'fake news'
Viernes, 02 de Agosto 2024, 14:02h
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Miguel Primo de Rivera fue el primero en usar la radio y el cine con fines propagandísticos. Estos dos nuevos medios de comunicación se convirtieron rápidamente en importantísimas herramientas para la fabricación de líderes carismáticos en Europa. Y España estuvo a la vanguardia en su uso.
En 1926, Primo creó Plus Ultra, una agencia de noticias cuyo presupuesto anual alcanzaba el medio millón de pesetas, una cantidad importante para la época. Con sede en París, el Gobierno español pagaba a una decena de periodistas franceses y latinoamericanos para que contaran las bondades de su régimen autoritario. Gracias a esa agencia, el dictador logró que el Times publicara en 1924 un publirreportaje de dieciséis páginas que laureaba a su régimen.
El dictador se dio cuenta de que la radio y el cine eran importantes herramientas para difundir sus ideas, incluso con información falsa
Primo de Rivera también encargó un documental propagandístico en 1927 que se convirtió en el primer filme sonoro grabado en España. El dictador aseguraba que el sonoro era uno de los adelantos que mayor influencia podía tener en la difusión de ideas. Si había que hacer uso de información falsa para hacer propaganda, se hacía sin reparo alguno. «La idea era vender su régimen, y para ello servía cualquier técnica de información», subraya el historiador Alejandro Quiroga, autor de una reciente biografía de Primo de Rivera.
Nada más tomar el poder puso en marcha el Negociado de Información y Prensa, un organismo dedicado a la censura y a la propaganda. También gastó una enorme suma de dinero público para adquirir unos sesenta diarios de provincias. No contento con eso, lanzó La Nación, un periódico en el que escribían los principales ideólogos del régimen, como Ramiro de Maeztu o José Pemartín.
Su gran éxito en política exterior fue la derrota del líder rifeño Abd el-Krim. Sabiendo la importancia de la propaganda para cimentar su régimen autoritario, el dictador celebró la victoria durante varios días dándose un baño de multitudes en pueblos de Andalucía y Castilla. Aquel desfile concluyó en Madrid, donde el general se presentó como el gran luchador que acabó con los rifeños, obviando el importante papel que desempeñó el Ejército francés en la derrota. Durante el desfile que se celebró en la Gran Vía, los madrileños lo vitorearon mientras la prensa oficial comparaba su genio estratégico con el del mismísimo Napoleón.
El brazo de la propaganda
El embajador español en París José Quiñones fue nombrado director de la agencia de noticias Plus Ultra, que combinó la propaganda política con el acoso a los exiliados españoles en la capital francesa. La creación en 1928 del Patronato Nacional de Turismo complementó las labores de propaganda del régimen en el extranjero.
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