Así se hizo nuestra portada Guillermo Pérez Villalta, artista: «Quiero despertar la sensibilidad de la belleza»

Viernes, 01 de Diciembre 2023, 11:39h
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Pocos artistas han retratado las ciudades como Guillermo Pérez Villalta (Tarifa, 1948), uno de los nombres de referencia dentro del arte español de la segunda mitad del siglo XX. Premio Nacional de las Artes Plásticas, de Arte Gráfico y Medalla de Oro al Mérito de Bellas Artes, se considera arquitecto antes que pintor. Le hemos pedido por ello que ilustre nuestra portada sobre las ciudades.
Una exposición en Madrid de sesenta obras que reúnen casi tres años de su último trabajo y otra de dibujos en Jaén lo confirman como un artista alejado de las modas y antiacadémico, que triunfó muy pronto en los años de la Movida, de la que formó parte, contribuyendo con decorados y con sus obras en películas de Pedro Almodóvar. Nos recibe en su casa-estudio en Tarifa, donde decidió recluirse. Allí pintó el boceto de nuestra portada, en la mesa inclinada de arquitecto que él mismo diseñó, rodeado de reglas, escuadras y cartabones.
XLSemanal. Ha elegido para nuestra portada Perspectiva en libertad, un lienzo de gran tamaño en forma romboide.
Guillermo Pérez Villalta. Es una ciudad imaginaria, a base de recuerdos de diferentes espacios. Un juego de perspectivas con múltiples puntos de fuga. Toda mi vida he investigado la perspectiva. Es como meterse en un sueño imposible pero gozoso. Es la imaginación en libertad. Para mí, la libertad de pensamiento es fundamental.
XL. Utiliza pigmentos naturales en su obra.
G.P.V. Le tengo mucha manía al brillo y al 'colorinche'. Utilizo pigmentos que no encuentro en España. Los de esta obra vienen de Rusia. El último pedido lo hice hace un año y con la guerra aún no ha llegado. Los mezclo con un barniz industrial y le agrego un acrílico para aumentar aún más su fluidez. Soy un poco experimentador de laboratorio [risas].

XL. Y, además, trabaja con muchas capas, transparencias y veladuras. Un proceso largo.
G.P.V. Es una obsesión, aplicar una capa tras otra. Tardé dos meses en pintar la obra. Es parecido a cómo trabajaban el temple los antiguos, aunque ellos utilizaban la clara de huevo. Intento asemejar mi pintura al fresco.
XL. Nació en Tarifa, pero ha vivido en diferentes ciudades: Málaga, Sevilla, La Línea de la Concepción, Madrid y Roma. ¿Qué tiene Tarifa?
G.P.V. Vivo en el edificio familiar donde vivían mis padres, tíos y abuelos. Adoro Tarifa a pesar del levante. Es distinto, extraño. Los setenta y ochenta fueron una época juvenil muy intensa. Me dieron el Premio Nacional de Artes Plásticas siendo muy joven, con 37 años. Eso aumentó muchísimo mi fama y mi vida social y empezó a no gustarme. Me fui de Madrid huyendo de la fama. Siempre he dicho que la fama es algo hortera.
XL. Roma es la ciudad que más le ha influido.
G.P.V. Sí. Siempre quise vivir en Roma y aproveché la beca de la Academia para investigar profundamente el arte. Me influyó muchísimo el fresco. Me enamoré de la ciudad y sigo enamorado de ella.
XL. ¿Continúa queriendo provocar la emoción de la belleza en sus cuadros?
G.P.V. Sí. Ese amor a las cosas bonitas fue lo que me llevó a descubrir que con un lápiz podría crear cosas bellas. Tengo una devoción, un anhelo muy fuerte de lo que llamo 'bellezaplacer', todo junto. Quiero despertar la sensibilidad de la belleza.

XL. También hay belleza en lo kitsch, ¿no? ¡Tiene una auténtica colección de objetos kitsch!
G.P.V. Lo adoro, aunque esté denostado. He ido comprando objetos de los años cincuenta y sesenta por todo el mundo. Para mí, existe el gusto, que es la sensibilidad; no el buen gusto, que se basa en reglas.
XL. Aparte de Roma, ¿cuáles son sus ciudades favoritas?
G.P.V. Nueva York. Solamente por los edificios art déco me gusta. Pero las ciudades se estancan. Ahora, las que abren el paso son Shanghái y Singapur. Y me gusta mucho Tokio, la ciudad más grande del mundo que, a pesar de sus 23 millones de habitantes, funciona. Es un país-ciudad.
XL. ¿Y en España?
G.P.V. Barcelona es maravillosa, pero ahora es Madrid la que se ha convertido en una ciudad más moderna, más cosmopolita. Barcelona se ha reconcentrado en sí misma. Y, por supuesto, Tarifa.
XL. Usted habla de las ciudades feas en sus textos. ¿Cuáles son?
G.P.V. Los barrios de bloque en los años cincuenta fueron absolutamente negativos y generaron delincuencia porque no hay vida urbana comunal. Lo bueno son las plazas.
«Adoro lo 'kitsch'. No creo en el buen gusto»
XL. Tiene una serie dedicada a las plazas.
G.P.V. Son las pequeñas ágoras, donde la gente se encuentra. Crean comunidad, la gente se comunica. A las ciudades les falta sensibilidad.
XL. ¿Cree que ahora hay mayor interés por el arte?
G.P.V. El arte se ha sustituido por lo que llamo 'piezas de lujo'. Lo que importa es ser propietario de un 'fulanito' o 'menganito'. Ha generado un arte estilo Miami sin conocimiento. El verdadero coleccionista sigue existiendo en menor grado. Y ese es el público al que yo dirijo mi obra, la gente que ama el arte.
XL. El Reina Sofía tiene 22 obras suyas y ninguna expuesta. ¿Cómo ve al nuevo director?
G.P.V. El Reina ha estado dirigido muchos años por un dogmático y estoy esperanzado con el nuevo director. La nueva figuración madrileña desapareció, al igual que el realismo…
XL. ¿Cómo vive el momento que atravesamos, con tanta convulsión política, guerras?
G.P.V. Con mucho pesimismo. Estamos rodeados de cosas que te encogen. Veo un gran desajuste en las cuestiones humanas.
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