Enrique Sánchez tenía 12 años cuando movió un peón por primera vez en su vida. «Con mi padre. Me hizo jaque al pastor siete veces. No veas lo que lloré». Es un recuerdo tan lejano como vivo y, al evocarlo a sus 67 años, sonríe. «Así empecé a jugar. Y a esa misma edad decidí que, de mayor, sería profesor». Enseñanza y ajedrez, esta combinación ha marcado la vida de este maestro de primaria jubilado que, en 2018, convirtió a cinco niños de un colegio de Las Fuentes, el barrio con la renta per cápita más baja de Zaragoza, en campeones de España.