Así es el día a día de las monjas de clausura del convento de Santa Bárbara de A Coruña
El convento de Santa Bárbara de A Coruña, fundado en el siglo XVII, es actualmente el hogar de 19 monjas clarisas que viven en clausura. El carisma de esta comunidad religiosa se centra en la oración, la austeridad y el servicio desinteresado, pero no están al margen del tiempo en el que viven. Por ello acaban de abrir una página web en la que venden los postres que elaboran en un obrador recién remodelado. La tradición no está reñida con las nuevas tecnologías
Las religiosas elaboran varias recetas de dulces, entre ellos sus famosos nevaditos.ANGEL MANSO
Los ingredientes para elaborar los dulce ya los dejan preparados y pesados desde el día anterior.ANGEL MANSO
La nueva maquinaria permitirá a las monjas aumentar su producción para hacer frente a la demanda que llegue a través de la recién estrenada página web, que incluye un apartado para la venta «online».ANGEL MANSO
Las clarisas elaboran todos los dulces de forma artesanal, aunque se valen de maquinaria para el amasado.ANGEL MANSO
La elaboración de algunos dulces que necesitan fermentación puede durar varios días, como es el caso de la colomba típica de Pascua.ANGEL MANSO
Para los nevaditos se utiliza un azúcar especial anti humedad que se espolvorea por encima tras el horneado.ANGEL MANSO
Las religiosas aseguran que los dulces que elaboran transmiten «paz y dulzura»ANGEL MANSO
Los nevaditos, al igual que el resto de dulces, ya se pueden comprar a través de la página web https://clarisasdesantabarbara.esANGEL MANSO
El obrador dispone de tres hornos, aunque las monjas aseguran que precisan ahora de una nueva laminadora.ANGEL MANSO
Las dependencias de la producción de postres están divididas en cinco zonas: amasado, empaquetado, envasado al vacío y trituración, una sala mixta y otra de fermentación.ANGEL MANSO
Sor Josefina muestra la zona de empaquetado de los dulces. La caja incorpora información sobre los ingredientes.ANGEL MANSO
El claustro del antiguo convento de Santa Bárbara hace de distribuidor de las diferentes estancias comunes y de trabajo. En el piso superior se encuentran las dependencias privadas de las religiosas.ANGEL MANSO
Después de pasar el claustro y tras avanzar por varios pasillos, se llega a una enorme finca amurallada donde las religiosas tienen diferentes cultivos.ANGEL MANSO
Las monjas cultivan en el huerto todo tipo de verduras y tubérculos de temporada. Esos productos los utilizan para autoconsumo aunque algunos, como los limones, también los usan para la elaboración de sus famosos postres.ANGEL MANSO
El huerto amurallado está dividido en varias partes. En una primera zona están los animales (gallinas y conejos), en otra intermedia tienen los cultivos y, en la parte final, la mayoría de los árboles frutales y un campo donde las monjas se sientan.ANGEL MANSO
Sor Josefina llegó al convento de Santa Bárbara de A Coruña con 23 años con el objetivo claro «de servir al Señor». Aunque no olvida a su gente de Kenia, dice que las hermanas clarisas son ahora su familia. «Estoy donde tengo que estar», asegura.ANGEL MANSO
Sor Josefina acompañó a la periodista y al fotógrafo en su recorrido por las zonas comunes del convento de las clarisas, que fue fundado en el siglo XVII.ANGEL MANSO
Sor Josefina explica que las religiosas viven en comunidad y disponen de momentos de ocio, en los que charlan, cuentan chistes, juegan al parchís e, incluso, andan en bicicleta para hacer algo de ejercicio.ANGEL MANSO
Aunque las monjas viven en clausura, están al tanto de todo lo que ocurre en el mundo a través del torno. Tienen un teléfono móvil para cuestiones urgentes y una televisión que está infrautilizada porque prefieren otras distracciones.ANGEL MANSO
En el antiguo convento de Santa Bárbara viven 19 religiosas. La de mayor edad es sor Teresita, que tiene 93 años. La más joven tiene 19. Las mayores se encargan de transmitir conocimientos, especialmente sobre el cuidado del huerto y recetas.ANGEL MANSO
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