En el corazón del verano, por los caminos de la literatura

12 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.
El valle de Serantes es el lugar en el que Gonzalo Torrente Ballester vino al mundo, y también un espacio en el que siguen vivas muchas de las magias que tienen su maravilloso reflejo en las páginas de «Dafne y ensueños».
Santiago, ciudad que es Patrimonio Mundial, conserva, entre sus nobles piedras, la huella de los últimos días de don Ramón del Valle-Inclán, un verdadero príncipe de las letras, que era marqués sin saberlo.
Juan Benet, uno de los más grandes escritores del siglo XX, estuvo muy unido a Galicia, y particularmente a la Costa da Morte, en la que, al tiempo que escribía, ejerció su profesión de ingeniero.
Una caracola en la ventana de la casa en la que vivió en la Costa da Morte Juan Benet.
La Cidade Vella de A Coruña, de una Coruña irrepetible y eterna, es una delicia en sí misma; pero lo es doblemente si uno, al pasear por ella, camina tras los pasos de doña Emilia, la condesa de Pardo Bazán.
Padrón custodia el recuerdo del único Premio Nobel de Literatura nacido en Galicia: Camilo José Cela, escritor que legó a las letras universales obras maestras como «La colmena» o «Madera de boj».
La irrepetible villa de Santa Marta de Ortigueira tiene un lugar de honor en el universo literario de Elena Quiroga; autora que, por cierto, dedicó a la memoria de  Cunqueiro su discurso de ingreso en la Real Academia Española.
Casi un siglo ha pasado ya desde que Otero Pedrayo, acompañado por Vicente Risco y por Ben-Cho-Shey, peregrinó a San Andrés de Teixido, a la puerta entre dos mundos, «o grande santuario dos galegos».