Él es curioso. Le ha forjado la originalidad del mundo, vivir en el extranjero, hacer amigos de otros países, aprender a mirar desde los ojos del otro. Le marcó su beca Erasmus. Ser durante doce años el primer corresponsal español de agencia que hubo en Shanghái. Siempre supo que vendría a instalarse para escribir en casa de sus abuelos.
Entretanto le pasaron muchas cosas, se tituló como especialista en información internacional, fue corresponsal, pudo conocer y entrevistar a personas la mar de interesantes, acumuló decenas de amigos, cierta destreza en seis o siete idiomas, y más y más curiosidad. Ahora en Laxás, (Ortigueira), como ya intuía desde niño, escribe libros, toca la guitarra y canta.
Su autor preferido es Víctor Hugo. Su libro Los miserables. Barry Lyndon, de Stanley Kubrick, su película. El rincón que señala la entidad de su alma: la isla de San Vicente. Una flor, la del almendro, con algo de cardo celta y de magnolia de jade. El color azul anocheciente y el amor… el más antiguo, primero y definitivo, el amor de su vida. Desea que la Humanidad deje atrás la adolescencia y empiece a madurar y a comportarse como la sociedad planetaria, civilizada, consciente y responsable de sí misma, que puede y que debería llegar a ser.
Yo soy revoltosa por naturaleza, recuerdo que nací cuando las lanchas de Viveiro subían engalanadas hasta el Puente de Landrove, parece ser que venía medio muerta, eso contaba María, mi madre. La escuela de doña Maruja fue una bendición, la mejor maestra que pude tener. Luego ir estudiar a Lugo el bachiller, el colegio de las monjas, que eran malísimas, salvo dos que eran santas. En el mayo del 68 terminé Magisterio.
Mi autor es Juan Rulfo. Mi libro: La conjura de los necios. Lo que el viento se llevó, mi película. A Ponte Vella, el camino que lleva a la Iglesia y al cementerio por extensión, mi paseo... el color del arrebol mi predilecto. Un personaje histórico, Judas Iscariote, para entrevistarlo. Le preguntaría: ¿Por qué lo vendiste?
Él es Alvaria, yo Luly. Somos amigos.
Obdulia Dopico. Jubilada. 71 años. Ortigueira.