Actos de amor

Dolores Asenjo

AL SOL

15 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La querencia de Rogelio por las plantas es añeja. Desde hace décadas recoge semillas o esquejes y los planta sin grandes expectativas. La mayoría han tirado para delante y hoy exhiben portes y frutos con osadía. Cerca de centenar y medio de variedades pueblan una de las fincas más fértiles de Rogelio. Como un reflejo de nuestra sociedad conviven especies autóctonas con otras foráneas. ¡Hay sitio para todas! Están identificadas con etiquetas elaboradas artesanalmente con restos de maderas.

Rogelio suma muchos años, pero conserva una prodigiosa memoria. Sin esfuerzo aparente relata el origen de cada planta, además de abundante información extraída de su experiencia y de los libros. Hablar con él es como leer un tratado ameno de botánica.

La frase «si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol», atribuida al Premio Nobel de la Paz Martin Luther King, podría ponerse en sus labios sin temor a errar. Lo que para muchos sería un sin sentido, en semejante escenario apocalíptico, para él tendría la coherencia propia de cualquier acto que se hace con amor.

Aun así, me aventuro a profetizar que Rogelio, de poder elegir, plantaría un ginkgo biloba confiado en que, tal y como ocurrió tras la bomba de Hiroshima, consiguiese rebrotar. Con empeño, tesón y amor ha creado un pequeño gran jardín botánico. Mi duda es si seremos quiénes de conservarlo, aunque solo sea por vergüenza.

Dolores Asenjo. Funcionaria 52 años. Santiago.