Santiago se rinde a la música de raíz en el festival más «folki» del Apóstol

Patricia Calveiro Iglesias
p. Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

AL SOL

Miles de personas disfrutaron de la magia del «trad» durante todo el día

31 jul 2023 . Actualizado a las 02:02 h.

Santiago se rindió a la música de raíz desde la mañana a la noche. El Trad Fest ofreció ayer más de trece horas de actividades y conciertos, con hasta catorce grupos en cartel, que demostraron el potencial y pluralidad del trad desde los jardines de Bonaval hasta la empedrada Quintana. El folk, en toda su amplitud, invadió incluso la iglesia de San Domingos. Con esa sonoridad mágica que tienen los templos, el compostelano Xoán Curiel sonó como nunca antes. Y, en el ecuador del festival, lo hicieron también la gaita de David Bellas y la zanfona de Iván Abal, unidas para atravesar la piel con canciones medievales y contemporáneas.

De vuelta al parque de Bonaval, y con el mercurio empezando por fin a bajar de los 26 grados, llegó luego el turno de otros tres grupos de reciente formación que han irrumpido con fuerza en la escena trad. El refrescante y exótico cóctel de folklore mediterráneo de Mastika se abrió paso entre cantos delicados y profundos, mecidos por los mares al otro lado del Estrecho y, embarcado en un divertido viaje por tarantelas aceleradas, los asistentes acabaron pidiendo un bis (que lograron).

Cogió el relevo Mondra, quien interpretó una decena de temas que formarán parte de su debut en solitario, Ardén, entre ellos dos estrenos (Tróupele y Carmela). El joven cantante, bailador y docente de Teo fue de los más aplaudidos y coreados de la jornada. «Hoxe imos avivar a folía», anunció al comienzo de su actuación. Su público, los ardentes, respondieron desde el inicio hasta el final. Y, para cerrar por lo alto el directo en formato trío, acabó con dos de sus canciones más esperadas, Saco de pulghas y Rumbambá.

De Ninghures despidió el último de los conciertos del Trad Fest en Bonaval, presentando también su primer trabajo. El septeto gallego arrancó los bailes desde el minuto uno. Para entonces, el público ya estaba entregado y se dejó llevar de buen grado en un viaje por xotas, muiñeiras, los sones cubanos de Olliños negros o desiertos estrellados, por melodías instrumentales y líricas... todas y cada una con un mismo objetivo: despegar los pies de la tierra a los cientos de personas allí reunidas.

El fin de fiesta se trasladó, un año más, a A Quintana. Verónica Codesal llegó puntual, pandereta en mano, al escenario principal de las Festas do Apóstolo dentro de su gira con 100 Voltas. Nacida en Bruselas e hija de la emigración, su voz iluminó el anochecer y fue congregando a más y más personas en una plaza más multicultural que nunca. Codesal cantó, bailó y animó la noche subiendo a más de una docena de personas al escenario entre músicos, bailadores, pandeireteiras y otros invitados, entre los que estuvo desde su ahijada hasta Xurxo Fernandes, para cantar junto a ella Gali Blues.

Él fue quien puso el colofón a esta edición junto a Pan.Sen.Fron y una larga lista de artistas invitados (desfilaron unas 30 personas por el escenario en este último concierto). Y, tras una hora y cuarto de trad sin fronteras, se despidió a media noche el domingo más folki del Apóstol, que congregó a miles de personas.

El festival está organizado por La Voz de Galicia y el Concello de Santiago, con la colaboración de la Xunta a través de la Agadic y de la empresa Espina & Delfín.

Concierto fin de fiesta del Trad Fest con Xurxo Fernandes en A Quintana
Concierto fin de fiesta del Trad Fest con Xurxo Fernandes en A Quintana PACO RODRÍGUEZ
 

Más de ochenta artistas animaron la fiesta

Los conciertos del Trad Fest llenaron toda la jornada en Santiago, que no se doblegó al calor

p. Calveiro

Más de ochenta artistas de distintas nacionalidades, repartidos entre cuatro escenarios, animaron la calurosa jornada de ayer en Compostela. El Trad Fest regresó a la ciudad, en plenas fiestas, para reivindicar la universalidad de la música tradicional ante un público igual de heterogéneo.

Una de las estrellas del cartel, Xurxo Fernandes, se refirió precisamente a esa «cultura viva» en la actuación que clausuró el festival en una plaza de A Quintana entregada a la causa, incluso cuando bajaron las temperaturas al anochecer. «Nunca perdades de vista quen sodes [...], que non fagociten a vosa esencia», dijo el etnógrafo y artista coruñés que con solo 14 años emprendió un viaje por las aldeas de Galicia para conocer y rescatar ese patrimonio cultural transmitido de generación en generación que se han encargado de salvaguardar las mujeres del rural. Ahora, con Levaino!, un proyecto influenciado tanto por los sonidos populares gallegos como orientales, Fernandes puso la guinda musical a una intensa jornada llena de colores, bailes, matices, diversidad y diversión.

Justo antes que él, se presentaba ante el público de Compostela Verónica Codesal junto a Dúplex y Boris Tchango. «Son galega, pero nacín en Bruxelas e para min era moi importante facer esta primeira xira de 100 Voltas aquí, en Galicia, para saber como ía ser a acollida da miña xente», explicó una cantante que recibió aplausos, vítores y los brazos en alto durante su actuación. Recordó su paso por Eurovisión, hace 20 años, representando a Bélgica, en la que esta gallega de corazón rozó la victoria y se quedó en un dignísimo segundo puesto.

Concierto de Brúa, en el Trad Fest, en el parque de Bonaval
Concierto de Brúa, en el Trad Fest, en el parque de Bonaval PACO RODRÍGUEZ

Estas dos actuaciones sirvieron los dos últimos acordes de un festival musical que comenzaba ya por la mañana en Bonaval, entre dos escenarios ubicados en el parque y un tercero en la iglesia de San Domingos. Allí se dieron cita niños y mayores, incluso con sus mascotas. La familia entera disfrutó de una docena más de actuaciones, resguardados bajo la sombra durante las horas de más calor, en las que el termómetro alcanzó los 27 grados.

En el ecuador del Trad Fest, cientos de personas se congregaron en los jardines del parque compostelano y la banda local Brúa ya consiguió hacia las seis de la tarde —cuando aún apretaba el calor— que muchos se levantasen y se pusiesen a bailar en formación frente al Palco de los Arcos.

Concierto de Mastika, en el Trad Fest, en el parque de Bonaval
Concierto de Mastika, en el Trad Fest, en el parque de Bonaval PACO RODRÍGUEZ

Luego llegaron al escenario de abajo, en la Porta da Música, los sonidos de los Balcanes, de Italia, Oriente Medio y norte de África con Mastika, una formación internacional con cantante italiana e instrumentistas procedentes de Chile, Alicante y Perú. En una actuación, que como la propia vocalista dijo fue «rápida pero intensa», consiguieron finalmente la complicidad de los asistentes, que arroparon a la formación con su coros y palmas.

Sin un momento de respiro, Mondra se presentó con su traje y micro rosa en el escenario de arriba, en un espectáculo en formato trío que fue de menos a más. Su objetivo era armar una foliada y lo consiguió con creces gracias a himnos de cuño reciente pero que la gente ya conoce y corea como Aghrúuu. Bajó las pulsaciones con Alma de inverno, «o primeiro tema co que subín a un escenario», recordó al teclado. Y volvió a subirlas con Beijos de LK, que el público cantó con un artista capaz de convertir una cinta de vídeo en pandereta.

Concierto de De Ninghures, en el Trad Fest, en el parque de Bonaval
Concierto de De Ninghures, en el Trad Fest, en el parque de Bonaval PACO RODRÍGUEZ

Con los músculos ya calientes, los bailadores y bailadoras se multiplicaron entre los asistentes al Trad Fest para la última de las actuaciones en el parque de Bonaval. El grupo de nuevo folk gallego De Ninghures sirvió allí el postre musical para el fin de fiesta, al que se sumaron muchos artistas conocidos que formaban parte del cartel del festival y otros tantos que no.

Quedó el listón alto para las próximas ediciones y un muy buen sabor de boca.

«O renacemento do "trad" non é unha moda pasaxeira»

Todos los músicos participantes en Compostela Trad Fest se mostraron encantados con la organización del festival y con el emplazamiento del parque y la iglesia de Bonaval. «Esto tiña que facerse todos os meses, Goretti, apunta, todos os meses. Bonaval é espectacular, o festival é marabilloso», decían al término de su actuación Atocha Ramos y Beatriz Álvarez, pandeireteiras y cantareiras de Pan.Sen.Fron, un grupo con miembros de toda Galicia y asentado en A Coruña.

Todos ellos coinciden también en que hay «un renacemento do interese pola cultura tradicional galega, que en realidade sempre houbo, pero ás veces estaba agochado; agora hai xente nova facendo cousas moi diversas e innovadoras», dicen Atocha y Beatriz. En parecidos términos habla Carlos Quintá, líder del grupo Sindicato do Folclore, quien señala que ya no solo es la música celta ni la instrumental, sino que «é o momento da palabra, é o momento das mulleres», enfatiza en referencia al papel de las mujeres en la conservación y transmisión de la tradición oral.

«Tiña que haber máis festivais coma este», dicen Xavi Agra, María Blanco y Roi Sampedro, miembros del grupo compostelano Brúa, que recuerdan el que hace años organizaba la Asociación Cultural Cidade Vella. Como sus compañeros, consideran que la eclosión trad, que en Galicia coronó Tanxugueiras —protagonizaron el concierto de cierre del Trad Fest 2020— «non é unha moda pasaxeira», pero consideran que debe fomentarse la formación de las niñas y niños. 

El público ser animó a bailar en casi todos los conciertos del Trad Fest
El público ser animó a bailar en casi todos los conciertos del Trad Fest PACO RODRÍGUEZ

El público coreó las canciones y bailó en la gran «foliada» del Trad Fest

«Só houbo un tímido que non bailou», bromea Atocha Ramos, de Pan.Sen.Fron tras el recital de este grupo en Bonaval

p. c., I. c.

Compostela Trad Fest, el festival de la música, los cantos y los bailes tradicionales de Galicia en sus manifestaciones más diversas, desde la pura tradición a los formatos más modernos, llenaron de espectáculo, al que se sumó el público danzando y cantando, los tres escenarios instalados en el histórico parque de Bonaval, así como la iglesia de San Domingos. «Só houbo un tímido que non bailou», decía entre risas Atocha Ramos, una de las cantareiras y pandeireteiras del numeroso grupo Pandeireteiras Sen Fronteiros (Pan.Sen.Fron), que cerró los conciertos de la mañana poniendo a bailar no a todos, pero sí a una gran parte de los asistentes a su actuación, un derroche de alegría y animación, una gran foliada multicultural en el escenario Palco dos Arcos.

El Trad Fest es un festival de contrastes. Al mismo tiempo que Pan.Sen.Fron animaba el cotarro en el parque, a escasa distancia, en la iglesia de San Domingos, el público aplaudía con entusiasmo la actuación de Xoán Curiel, a la guitarra y voz, acompañado al arpa por Bleuenn Le Friec y la maravillosa voz solista Iria Estévez, interpretando la versión contemporánea de las cantigas gallego-portuguesas de hace ochocientos años incluidas en su último trabajo discográfico, «Treides comigo!». Al término de su concierto, tras una pieza cantada a capella, el compositor e intérprete compostelano se mostraba encantado de poder ofrecer su música la público, por primera vez, en un lugar tan simbólico como San Domingos, y al tiempo calificaba el Trad Fest como un festival para disfrutar: «Pola tarde volverei, pero para gozalo cun grupo de amigos».

Taller de regueifas impartido por Alba María
Taller de regueifas impartido por Alba María PACO RODRÍGUEZ

El festival había comenzado con el taller de regueifas de una de las mayores expertas en esta manifestación de la tradición oral gallega, Alba María, que repitió por la tarde con un «alumnado» numeroso y muy aplicado.

El primer concierto de la mañana fue, en el escenario Palco dos Arcos, el del trío de reciente creación Sindicato do Folclore, que empezó a animar el Trad Fest con versiones de temas populares en las que su violinista, Carlos Quintá, tuvo la complicidad del público. Para el líder del grupo, que el año pasado acompañó a Xisco Feijoó en el concierto de cierre del Trad Fest en A Quintana, la eclosión de la música tradicional de Galicia en sus múltiples manifestaciones, «como a nosa, que facemos tradi progresivo», no es una moda pasajera.

El trío Abril fue el encargado de empezar a animar el festival a primera hora de la tarde, seguido por la música instrumental del acordeón diatónico de Didier Laloy y el violín de Damien Chierici, el dúo belga Duplex que más tarde formaría parte del grupo de Verónica Codesal; y el cuarteto Niezh, que hicieron su versión bretona de la foliada porque también pusieron al público a bailar. Y la animación del respetable fue aún a más en el Palco Arcos con los compostelanos Brúa, que presentaron los temas de su reciente primer trabajo discográfico, del mismo nombre.

En paralelo a la música festiva de Brúa sobre el césped de Bonaval, en el monumental escenario pétreo de la iglesia de San Domingos, David Bellas e Iván Abal mostraban el producto de su trabajo de creación de un repertorio, hasta ahora prácticamente inexistente, para zanfona y gaita, una recuperación desde la contemporaneidad de piezas medievales y otras creaciones propias, compuestas por el gaiteiro vivariense David Bellas. Al igual que Xoán Curiel por la mañana, el dúo instrumental fue muy aplaudido en Bonaval. 

Feria de artesanía

En el recinto del Trad Fest en Bonaval y posteriormente en los conciertos fin de fiesta de la Praza da Quintana estuvieron varios miembros de la corporación municipal de Santiago, entre ellos la alcaldesa, Goretti Sanmartín, que se declara fan de este festival.

El numeroso público tuvo desde primera hora a su disposición los productos a la venta en la veintena de puestos de la feria de artesanía instalada en la zona de acceso al festival, en la explanada de la parte posterior del CGAC, y quienes no quisieron salir del recinto del Trad Fest pudieron comer a la sombra de los árboles en las mesas instaladas junto a un puesto gastronómico y una barra de bebidas.