Haritz Garde, de La Oreja de Van Gogh: «Estamos en contacto con Amaia continuamente y sabíamos que estaba ya mucho mejor»

Alfredo López Penide
López Penide BUEU / LA VOZ

AL SOL

Haritz Garde, segundo por la izquierda
Haritz Garde, segundo por la izquierda Josu Torrealday

La banda donostiarra es uno de los cabezas de cartel del SonRías Baixas

02 ago 2024 . Actualizado a las 00:27 h.

Este jueves, La Oreja de Van Gogh será el primero de los cabezas de cartel en subirse al escenario del SonRías Baixas de Bueu, festival en el que recalan por primera vez. «Vamos con muchas ganas, con mucha ilusión. Además, estamos viendo a la gente entregada, a mucha gente joven que se está sumando a escucharnos en directo. No solo es gente de nuestra generación, que nos ha escuchado durante tanto tiempo, sino que gente joven a la que sus padres le ponían las canciones y discos anteriores nuestros, está viniendo a vernos. Estamos disfrutando mucho. Bueu no va a ser una excepción y vamos a pasarlo todos de maravilla», remarca Haritz Garde, batería de la banda de San Sebastián.

—¿Se podría decir que sois como el buen vino que a medida que pasa el tiempo las canciones ganan en cuerpo?

—Estamos asombrados con como están evolucionando. Estamos teniendo como una segunda juventud. No nos podemos quejar porque siempre le ha ido muy bien al grupo, las canciones han aguantado muy bien, pero es verdad que ahora están teniendo un renacer, gente muy joven las está haciendo suyas y nos estamos encontrando hasta fans súper jóvenes que las están disfrutando como si fueran nuevas. Y son canciones que estaban hechas cuando no había nacido esta gente. Echando la vista atrás hay canciones que tienen veinticinco años y que estén tan vigentes como entonces es un orgullo. Algo que ha salido de nuestro local, de nuestra casa y ver que sigue vivo y funcionando es una maravilla. Cada vez que salimos al escenario nos seguimos sorprendiendo.

—Hablando de sorpresas, y dada la cercanía en el tiempo, ¿cómo vio la reaparición de Amaia?

—La verdad, muy emocionados. Después de todo lo que había pasado, dos años sin aparecer y todo lo que hemos vivido con ella, la verdad que emocionados. Verla tan bien, tan recuperada, tan emocionada y volver al escenario y tan así de bien, encima, la verdad es que nos llevamos una alegría tremenda. Y, bueno, ver que todo el mundo ha cantado nuestra canción, también una ilusión enorme. Hay que agradecerle a Karol G que hiciera eso por Amaia, fue algo muy bonito. Estamos en contacto con ella continuamente y sabíamos que estaba ya mucho mejor y nos dio una alegría tremenda. Seguramente vuelva pronto con sus cosas, que sería la mejor noticia que nos podíamos llevar. Hemos pasado muchos años juntos y es mucho el cariño que nos tenemos. Disfrutamos muchísimo de verla ahí.

—No sé si os llego pero causó sorpresa la inclusión de La Oreja de Van Gogh en el festival.

—No lo sabía, pero estamos notando que estamos en los festivales, de hecho, hemos tenido festivales de música urbana y, de repente, vernos ahí también nos sorprendía. Decíamos qué hacemos aquí, pero, bueno, nosotros encantados de abrir. Lo bueno que tienen los festivales es que es gente que igual no iría a tu concierto, pero de repente te ve y se puede llevar una sorpresa. Estamos viendo que, aunque nos pongan encima en horas un poco raras, está viniendo la gente como loca, está cantando todas las canciones como si fueran fans nuestros y la verdad que estamos sorprendidísimos. Creo que, en este caso, va a ser parecido. Sí, es verdad que mucha gente nos dice que en directo tenemos mucha fuerza, más fuerza que escuchándolo en el disco. Intentamos en directo darlo todo y sí nos dicen que tenemos mucha energía, mucha fuerza. Gente venida de otros estilos, incluso del heavy metal, nos ha llegado a decir que se ha sorprendido por la caña que tenemos. Sin ser su música preferida, pero en directo le hemos sorprendido. Nosotros encantados de abrir nuestra música y de tocar donde sea. Y si ganamos uno o dos fans más, mejor que mejor. Encima compartimos escenario con Álvaro de Luna, con La La Love You, que son amiguetes.

—¿Podemos decir que veintiocho años no son nada?

—Ya te digo. Han pasado volando. Echas la vista atrás y dices: «¡Jolín! ¿Tanto ha pasado ya? Si estábamos empezando, éramos el grupo revelación y ahora somos los abuelos de todos». Vamos por los festivales con todos los chavales y nos vemos ya como el abuelo cebolleta contando las batallitas de tantos años. Pero felices y encantados de seguir haciendo música y de que nos dejen todavía vivir de esto, de este sueño.

—Desde hace unos meses imagino que es una pregunta recurrente, pero ¿para cuando el nuevo disco?

—Ahora estamos un poco parados por la gira. Cuando estamos de gira no nos solemos meter mucho a componer porque, entre una cosa y otra, no rendimos. En cuanto acabemos la gira volveremos a retomar donde estábamos. El año pasado empezamos un poquito, pero, vamos, la idea es seguir haciendo canciones y seguir a tope contando historias.

—¿No os tiran de las orejas en vuestro entorno por el tiempo transcurrido desde vuestro anterior trabajo?

—Hombre, siempre que viene alguno de Sony a algún concierto nos suelta la pullita: «Bueno, ¿y cómo va el disco?». Lo que pasa es que surgió la oportunidad de la gira de festivales, que no habíamos hecho nunca, y había mucho interés, teníamos ganas, y nos decidimos por hacerla. También veíamos que estaban muy fuerte las canciones y que era un buen momento para aprovechar y para disfrutar también de esta segunda juventud. No lo dudamos y, de hecho, la compañía también está contenta porque están sonando canciones del catálogo y de ahí algo se llevan. No insisten tampoco mucho, mucho. La idea es seguir haciendo canciones y a ver si ya para el año que viene podemos tener algo.

Únete a nuestro canal de WhatsApp

—¿Se nota mucha diferencia entre una gira en solitario y una gira de festival en festival?

—Sí, la verdad es que es diferente, sobre todo, la logística. Nuestros técnicos, y los de todos, se pegan un trabajazo impresionante porque es más frenético todo, tienes que cambiar el escenario en una hora, tienes que hacerlo todo más rápido, a veces no hay pruebas de sonido y la verdad, el mérito grande de los festivales es de los técnicos de sonido y de luces, de los chavales que contratan para trabajar, para cargar, esos son a los que hay que aplaudir porque nosotros, al final, muchas veces llegamos a mesa puesta. Es tocar y es a los que nos aplauden, encima. Estamos disfrutando muchísimo porque estamos coincidiendo con un montón de gente nueva, con un montón de amigos que hacía tiempo que no veíamos. Es otro ritmo. Tenemos una hora u hora y cuarto de repertorio, y ahí metes el repertorio más concentrado, metes canciones más cañeras, más tralla, lo que te permite tener un concierto casi más arriba todo el rato. Estamos disfrutando mucho y nos hemos llevado una grata sorpresa, sobre todo con eso de coincidir con mucha gente nueva, con un montón de grupos que estamos conociendo, chavales jóvenes, vemos que la música está súper viva y que hay un montón de música urbana, por supuesto, pero bandas nuevas de pop-rock y hay cosas súper chulas, cantantes solistas... Estamos encontrando un montón de joyas y es una gozada. También tiene la ventaja de que mucha gente que igual no viene a verte, pero se lleva un grato recuerdo y para otro concierto puede repetir o no, pero, se ha llevado una alegría viéndote o nos permita a nosotros ver a otros grupos que por agenda no puedes verlos.

—¿Y no se quedan muchas veces con las ganas de seguir tocando?

—Sí, a veces se te hace corto. Hay festivales en los que va todo tan seguido que te dejan una hora escasa y, según me siento en la batería, me toca levantar. Te quedas a medias, pero, por otro lado, está tan concentrado que la gente está todo el rato a tope y también se disfruta mucho. Pero también eso hace que sea más corto todavía.