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03 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.En Porto do Son se obró el milagro. Freddie Mercury regresó de entre los muertos para darse un baño de masas y de brillibrilli, y lo hizo además multiplicándose, todo por obra y gracia de la Festa Hortera. Porque aunque la estrella indiscutible era una, y llegó a la explanada portuaria en medio de la expectación habitual, por doquier aparecieron otros freddies en todas sus versiones.
Con minifalda y aspiradora, con la capa de rey, con vaqueros ochenteros ajustados o con la consabida chaqueta amarilla, mirase a donde se mirase aparecía alguien emulando al líder de Queen. Con todo, nadie hizo sombra al verdadero Mercury, al que pasadas las siete de la tarde irrumpió en el puerto sonense en su carroza tirada por el mítico 600 de la organización y con la banda sonora de la charanga Os Celtas. Todo el mundo se arremolinaba a su alrededor buscando hacerse una foto con la estrella invitada de una Festa Hortera que agosto tras agosto suma nuevos devotos.
Toda la tarde
No solo acumula seguidores, sino que cada vez la fiesta empieza antes, y ya en la sesión vermú el ambiente hortera se imponía por las calles de Porto do Son. La indumentaria de colores chillones, las camisas con llamativos estampados, las gafas, mallas y tutús daban forma a un paisaje en el que este año hubo un protagonista indiscutible: el bigote.
Sin en otras ediciones eran las lentejuelas del adorno estrella del atuendo hortera, en esta ocasión el homenaje a Freddie Mercury se transformó en un desfile de bigotes. Muchos lo acompañaban de disfraces que emulaban al líder de Queen, pero otros no, y se plantaron un mostacho en la cara aunque no viniera a cuento.
El caso era lucir el grado de hortera necesario para superar con éxito el photocall, y la competencia en Porto do Son siempre es abundante. Entre fotos, bailes, la carreta de tacones, la inauguración de la calle de Mercury y la música se llegó en un suspiro al concurso de playblacks, en el que, por supuesto, Queen reinó por derecho propio.