LA TRIBUNA | O |
05 dic 2003 . Actualizado a las 06:00 h.SILENCIO. Ni una palabra sobre el tema. Portos no existe, o no debe existir, porque no se ha enterado de que hace quince días hubo una manifestación contra el proyecto del relleno del muelle comercial de Ribadeo, es decir, contra una parte del plan director de la zona portuaria que el presidente de Portos, Carlos Negreira, presentó con maqueta incluida en el ayuntamiento. A estas alturas nadie sabe si la obra va a seguir o no adelante. Como el que calla otorga, es de suponer que cualquier día los camiones comenzarán a descargar piedras y tierras en la dársena de Figueirúa. La cuestión ahora ya no es si el proyecto es beneficioso o perjudicial, si tiene o no impacto. La cuestión es que las personas que se manifestaron, el ayuntamiento, la asociación de comerciantes, el club náutico, los consignatarios, Astilleros Gondán, los vecinos asturianos de la ría, el PP y, en definitiva, todos, tienen derecho a saber si la manifestación sirvió para algo, a saber si sus pretensiones se van a ver colmadas. ¿O es que Portos, que advirtió que no venía a Ribadeo a generar polémica sino a invertir seis millones de euros, actúa así porque piensa que ese dinero es suyo, y no de los ciudadanos? Ese es un error que con frecuencia comete la clase política, olvidar cuál es su sitio, y que a quien debe obligación es a quien representa, es decir, a la ciudadanía. No al revés. El pasotismo de Portos resulta sorpredente, tanto como la resignación de quienes convocaron, apoyaron o criticaron la manifestación. ¿O acaso pasó el día y pasó la romería?