El voraz incendio que ayer se produjo en la subestación eléctrica de Boimente (Viveiro), alimentado por los aproximadamente 50.000 litros de aceite que había en el equipo transformador afectado, tardó más de ocho horas en ser sofocado y puso en evidencia, una vez más, la necesidad de contar con un parque de bomberos profesionales en la comarca. La falta de medios para hacer frente a estas emergencias se suple en estos casos, una vez más, con la voluntad de los grupos de protección civil y de los distintos servicios que arriman el hombro.
Según las informaciones recabadas, ayer, los primeros en llegar fueron los de la agrupación de Protección Civil de Viveiro que empezaron por regar el entorno próximo al transformador para evitar que el fuego se propagase hasta el otro equipo de la subestación. A ellos se sumaban posteriormente los miembros de Protección Civil de Cervo, la motobomba de Ourol, cuatro camiones de los servicios contraincendios de la Xunta, un camión de la empresa de limpieza de calles de Viveiro Cespa y el servicio de bomberos de Alcoa.
El responsable de Protección Civil de Viveiro, Manuel Expósito destacaba lo decisivo de la intervención de los profesionales de la aluminera, que además, del personal, aportaron un camión y la mayor parte de los 800 litros de espumógeno que estiman se han empleado para sofocar este incendio. Según Expósito, nadie en la comarca, excepto Alcoa, tiene esta cantidad tan grande de espumógeno disponible, cuando se trata de un material muy efectivo, mucho más que el agua, en este tipo de incendios.
Otro de las dificultades a las que se enfrentaba el personal era la falta de depósitos de agua en las cercanías de la subestación eléctrica para poder suministrar a las cisternas. Explicaron que el único que había allí, de unos 10.000 litros, era inadecuado para cargar e insuficiente. Ello obligó a tener a la mayor parte de las cisternas que acudieron desplazándose varios kilómetros hasta los depósitos situados en el Buio, en la zona de Naseiro y de Vilacampa, para cargar agua y suministrar a los dos vehículos que quedaban a pie de tajo.
El tiempo que empleaban en realizar el recorrido era un tiempo precioso que ayudaba a que el fuego se reavivase una y otra vez.
A última hora de la mañana habían conseguido controlar las llamas, pero no extinguirlas del todo, ya que el aceite continuaba quemándose y lo que intentaban entonces era ir enfriándolo y buscar un hueco para rematar la tarea. Hacia las siete de la tarde, casi nueve horas de después de declararse el fuego, lo lograban. Con todo, un retén formado por cuatro miembros de Protección Civil de Viveiro permanecía ayer por la noche, a la hora de redactar esta información, en el lugar, para vigilar que las llamas no se reanudasen.
Tal como explicamos en las páginas de Galicia, el director para Galicia y Asturias de Red Eléctrica Española, Carlos González Patiño, empresa que gestiona las instalaciones de Boimente y en general las llamadas autopistas de la energía de todo el país, el fuego lo provocó un rayo al caer sobre el borne del transformador. La gran cantidad de aceite que rodea el equipo no hizo más que servir de combustible para avivar el incendio y provocar la gran humareda que desprendía.