«Hay pocos mariñanos faenando en barcos de gran altura en el Índico»

Mar García

A MARIÑA

El celeirense Benigno Fernández pasa ocho meses al año pendiente de los piratas

08 nov 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Benigno Fernández Portilla es de Celeiro sigue con atención la evolución del secuestro del Alakrana . No está libre de verse en un episodio como el que están viviendo los tripulantes del atunero vasco, ocho de ellos gallegos, porque desde hace un año, en campañas de cuatro meses, está en las peligrosas aguas del Índico, azotadas por la acción de los piratas, como primer oficial del atunero Isurdía , también de armadora vasca. No es el único que pasa parte del año pendiente de la amenaza latente de los piratas somalíes. Si bien a Benigno el caso Alakrana le ha pillado en casa de descanso, al menos dos ribadenses están ahora mismo en la zona del conflicto. Aún así, el tripulante celeirense asegura que «hay pocos mariñanos faenando en barcos de gran altura en el Índico, son más de Gran Sol o de espaderos».

Benigno volverá al puente del Isurdía en enero. La zona de trabajo se circunscribe en un área que va desde la costa de Somalia al archipiélago de Chavos. La base está en Seychelles. «No estás tranquilo nunca, ves que te condiciona el ritmo de vida a bordo. En el puente vamos tres y no llega. Trabajas de seis de la mañana a seis de la tarde, y luego los turnos de guardia. Duermes cinco horas y vas en tensión.Tienes que estar pendiente de noche y de día de todo el tráfico marítimo que hay a tu alrededor porque nunca sabes dónde puede haber una sorpresa», explica.

Las 24 horas alerta

Y eso que tienen las fotografías de algunos de los barcos nodriza que utilizan los piratas, «y que normalmente son palangreros orientales que compran por muy poco o que han secuestrado. Después asaltan en lanchas pequeñas con cuatro o cinco a bordo». Tienen que mantener los sentidos alerta para evitar convertirse en objetivo de los piratas, y de momento el Isurdía ha librado bien. «Siempre escuchas lo que se va diciendo de barco a barco. A lo mejor oyes un barco que está a cien millas que a lo mejor se tuvo que escapar de otro barco que no conocía.». Benigno, de 39 años, reconoce que «la cosa está complicada». Cuando se le pregunta por la seguridad a bordo, el celeirense calla unos segundos. «Cuando se empezó a hablar de meter militares a bordo como los franceses, a la gente no le gustaba; basta que lleves armas para que el enfrentamiento sea más problemático. Si no te enfrentas piensas, bueno como el Playa de Bakio , pagas el rescate y se acabó; si hay enfrentamiento y alguna muerte la cosa es más seria. A nadie le gustaba pero visto que los franceses llevaban militares a bordo y que podían pescar mejor, mientras no haya otra cosa parece la solución», señala.