Uno de los empresarios imputados se «pulió» 6.000 euros en una noche

La Voz

A MARIÑA

03 abr 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Quienes siguieron de cerca lo que ocurría en el Queens no tienen duda de que en el local corría la cocaína y de que las fiestas desenfrenadas, con la participación de numerosas personas de la sociedad lucense, eran frecuentes. Varias mujeres manifestaron en sus declaraciones que el nivel era tan espectacular que uno de los empresarios que fue imputado por Pilar de Lara llegó a pulirse en una misma noche seis mil euros.

Muchas de las empleadas del burdel eran adictas a la cocaína. Así, alguna tenía consumos semanales superiores a los 500 euros. Ser cocainómana o cocainómano daba un estatus especial en este burdel de O Ceao. A las mujeres les decían que les convenía meterse rayas por varias razones. En primer lugar, para poder estar más tiempo con los clientes y así aumentar los ingresos. En segundo, porque los usuarios de sus servicios sexuales que consumen este tipo de droga desean que también sus acompañantes lo hicieran.

A mayores se daba otra situación. Los clientes que se gastan dinero en cocaína tienen un mayor poder económico. Esa era al menos la filosofía de los responsables del establecimiento, que transmitían con cierta frecuencia a las trabajadoras.

José Manuel García Adán supuestamente tenía un negocio paralelo en la venta de cocaína. Los investigadores sospechan que las transacciones se hicieron no solo en su domicilio sino también en el interior del establecimiento. Incluso no descartan que a alguna de las mujeres les proporcionara droga gratis o a muy bajo precio para evitar que se le marcharan a otros clubes. Perder a las más atractivas le suponía reducir considerablemente la caja.