Recuperemos Mondoñedo

A MARIÑA

10 abr 2014 . Actualizado a las 21:19 h.

No sé a quién culpar en este desaguisado con falta de respeto al ejercicio real de la ciudadanía. Pero está claro que alguien desde la ciudad Santa de Occidente o desde la ciudad del Sacramento, han puesto en marcha un proceso centralizador del que salimos perjudicados los habitantes del norte cantábrico -mar de Foz según Cunqueiro- .

A la política sanitaria del SERGAS que consiste en derivar a Lugo las esperas asistenciales de la Mariña, debemos sumar, el propósito de cierre de sedes judiciales en Mondoñedo y Viveiro, a favor de abogados y procuradores residentes en la capital de la muralla; pero no contentos con lo que antecede, notamos por escritos que, la sede de hacienda en Foz, cada vez tiene menos competencias y que nos señalan acudir a la calle de La Reina en la ciudad del pulpo sanfroilanero.

Es como si nos hubiéramos movido en el tiempo. Retroceso, con viajes por a Xesta y a Gañidoira, para acudir a la capital del cuartel de San Fernando dónde las gestiones para la caja de reclutas, o a los famosos sanatorios de apellidos ilustres a los que un galeno nacido en San Ciprián dedicó un libro. De aquella época son las imposiciones de, nacido en Lugo para el DNI, desde el momento que nuestras madres decidían parir en centro hospitalario, o del paso por la ciudad "cultural" -menuda horterada- para los estudiantes de bachillerato de matrícula oficial. La alternativa, el Seminario de Mondoñedo, desgraciadamente cerrado por falta de alumnos, lo que no implica falta de conocimiento y ambiente para el estudio y la investigación histórica.

Por si la distancia, sin ferrocarril, ya no fuera un engorro, añadimos la última disposición madrileña. En el nuevo código de la DGT, cualquier accidente por cruce y alcance de animales libres, en A Gañidoira, o en otra carretera, será responsabilidad del conductor. Y es que la DGT, preocupada por el aumento de las cifras de siniestros viales, aun no se ha enterado del calamitoso estado de las carreteras -no autovías- de esta Galicia del norte. Una vez más le recomendaría a los mandarines de turno que contaran los baches desde Viveiro a La Espiñeira, o se acordaran de adecentar el firme para una red viaria por la que transitan más de cinco mil vehículos diarios, entre ellos, los camiones que se dirigen a Navia, cargados de eucaliptos, y soltando grasa que luego hace de la mezcla lluvia con aceite, una película deslizante por la que nos jugamos el físico sin necesidad de que se cruce una partida de jabalíes, tan frecuentes por estos pagos.

Moraleja. Siempre hubo gallegos de primera, segunda y regional. Por todo lo dicho, a los que además añoramos la vieja y querida distribución territorial del antiguo reino de Galicia, -provincia de Mondoñedo- estimamos ha llegado la hora de enfadarse y exigir esa igualdad de oportunidades o trato que definen el ejercicio real de la ciudadanía, más todavía siendo una de las comarcas con más dinamismo poblacional y económico en la Comunidad Autónoma con Instituciones en Santiago de Compostela.