La tuberculosis, un mal que en el ganado está yendo a menos

A MARIÑA

PALACIOS

La enfermedad se ha reducido desde que hay saneamiento, aunque no está erradicada totalmente

13 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los casos de positivos por tuberculosis en explotaciones de ganado vacuno de la comarca, registrados recientemente en sendas granjas de Roupar (Xermade) y de Galegos (Riotorto) durante la campaña de saneamiento, suponen un cierto impacto, ya que las consecuencias son rotundas: la granja tiene que vaciarse para el sacrificio de toda la cabaña aunque solo una res de cada explotación haya dado positivo. ¿Hay motivos para la alarma? Juan Carlos Castro, veterinario que trabaja en la comarca chairega, explica que la enfermedad tiene ahora una presencia menor que hace décadas. Con su ayuda, en esta página se explican aspectos relacionados con sus características y con su incidencia.

¿Son raros ahora los casos de tuberculosis en el ganado vacuno?

Ahora, sí. Eran más frecuentes en la década de los cincuenta, en la de los sesenta o en la de los setenta; pero fueron descendiendo a medida que se desarrollaron campañas de saneamiento. La situación, a su vez, tiene relación con el descenso de casos de tuberculosis en personas, puesto que la enfermedad puede contagiarse de los animales a los humanos ?por ejemplo, tomando leche sin pasteurizar de un animal enfermo?.

¿Cómo se produce el contagio de un animal a otro?

Tocándose o lamiéndose, por ejemplo; también, si uno tose, respirando ese aire; incluso las heces y la orina son vías por las que puede llegar a darse ese contagio.

¿Se nota la enfermedad justo después de producirse el contagio?

No. Cuando un animal sano se infecta, no se puede probar de manera inmediata. La sensibilidad de las pruebas para detectar la enfermedad necesita que pase un cierto tiempo, pero además conviene tener en cuenta que no todos los animales tienen las mismas defensas.

¿Es normal que se decrete el vaciado de explotaciones?

Sí, por el principio de precaución. Los animales pueden estar infectados (tienen el germen de la tuberculosis), ser reactivos (dan positivo en las pruebas) o estar enfermos (han desarrollado la enfermedad.

¿Hay algún tratamiento que permita vencer la enfermedad?

Actualmente, no. Hubo tratamientos paliativos, que solo permitían retrasar la muerte del animal enfermo.

¿Deben interpretarse estos recientes casos con preocupación?

La enfermedad existe; han aparecido y aparecen casos, y no está totalmente erradicada, como sí ocurrió, por ejemplo, con la fiebre aftosa. En Galicia la actual incidencia es baja; en cambio, en comunidades como Extremadura o Andalucía su presencia es mayor.

¿Resulta inevitable el sacrificio de toda una explotación?

Más bien sí. Si no se elige esa vía, las consecuencias pueden ser peores. Hay que admitir que se sacrifican animales que quizá no lleguen a desarrollar la enfermedad; por otro lado, en cambio, hay que reconocer que el riesgo de contagio se reduce de manera notable. Lo que se busca no es que la enfermedad se reduzca a unos pocos casos, sino que se persigue que no haya ningún caso: ese aspecto explica que algunos animales se sacrifiquen no por estar enfermos sino por el riesgo de que puedan estarlo más adelante. De todos modos, sí resultaría conveniente realizar un trabajo pedagógico con el ganadero afectado y explicarle la situación y las razones por las que se llegan a tomar estas decisiones.