El mejor recuerdo de la cantera mariñana

Iván Díaz Rolle
I. DÍAZ ROLLE SAN CIBRAO / LA VOZ

A MARIÑA

CEDIDA

Se cumplen 20 años del estreno del San Ciprián en la División de Honor cadete, en una campaña en la que fue tercero y se quedó a un solo punto de disputar el Campeonato de EspañaFútbol

20 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En pocas semanas se cumplirán 20 años del inicio de la única experiencia de la cantera mariñana en una División de Honor. Hace exactamente dos décadas que el San Ciprián debutó en la máxima categoría cadete, por la que llevó durante dos cursos la bandera de la comarca con orgullo. Álvaro Fernández era el entrenador de aquel histórico equipo que terminó su campaña de debut en la tercera posición, a un solo punto de la segunda plaza que le habría dado derecho a disputar el Campeonato de España cadete.

El técnico, desvinculado ahora de los banquillos, es un apasionado del fútbol, y guarda con mimo dosieres repletos de información sobre cada una de la temporadas en las que entrenó. También de aquel 1998-99 en el que solo las promesas del Celta y el Pabellón Ourense demostraron ser mejores que las del Sanci. Incluye datos biográficos de todos los futbolistas, minutos jugados, goles, tácticas, actas, resultados, clasificaciones... y recortes de prensa. «Una campaña inolvidable», reza uno de los titulares. «Moi acertado», comenta Fernández.

A su memoria vienen cientos de anécdotas y durante horas habla de partidos clave en aquel curso. Aunque uno, como tantos aficionados sancibrenses, lo recuerda con más cariño: «A vitoria ante o Celta na Veiga». «Foi grazas a un gol de Pablo de falta directa, xa acabando o partido. Estoupamos de alegría. Era o Celta... Levaba tres anos sen perder contra ninguén», relata.

Aquella plantilla, «de moita calidade» y que despertó el interés de equipos como el Madrid, el Atlético, el Barça o el propio Celta, gustaba del juego combinativo y bebía de la filosofía cruyffista de su entrenador: «Comigo o porteiro era un xogador de campo máis, sempre estaba moi adiantado, e o dianteiro tiña que ser o primeiro en presionar. Tíñaos amenazados con que se non recuperaban o balón tras pérdida en menos de dous minutos facía un cambio».

Las referencias del equipo

Tiene serias dudas cuando se le pregunta por el mejor futbolista de aquella generación. «Quédome con catro: Bruno, Pablo Fernández, Miguel e Iván Fra. Para min sería case imposible escoller entre eles. Todos tiñan grandes posibilidades, e naquela tempada demostrárono», acaba explicando el técnico que los entrenaba.

Kowal, en el Cervo, y Nete, en el Xove de fútbol sala, son los únicos jugadores todavía en activo

Resulta curioso el escaso bagaje en categoría sénior de los futbolistas de toda la comarca que llevaron al San Ciprián a las cotas más altas de la cantera mariñana. La mayoría despertaron el interés de grandes clubes, pero sus carreras no fueron especialmente afortunadas. Fue el caso de Miguel, que estuvo a punto de irse al Atlético, pero dejó el fútbol tras terminar su etapa de formación. Óscar, quien todavía era infantil en aquella campaña, jugó en la cantera del Celta; y Pablo Fernández en la del Deportivo.

El mediapunta cervense cuyo histórico gol tumbó al Celta en A Veiga fue una de las grandes esperanzas fabrilistas durante los años del Superdépor. Irureta incluso se lo llevó a Atenas para estar en el banquillo de un partido de Champions ante el Olympiakos. Pero su carrera se truncó por las lesiones tras jugar con el Montañeros en Segunda B.

Otros que apuntaban maneras como Iván Fra no pasaron de la Tercera División, en la que jugó hasta el 2007 con el Viveiro.

De aquella generación que ahora cumple 35-36 años, solo Kowal juega al fútbol federado, en el Cervo, de Segunda Galicia. También Nete sigue en activo, aunque prefirió el fútbol sala. Tuvo una experiencia en Preferente con el Viveiro, pero en el 2015 decidió volver con el Xove de Segunda B a un deporte en el que ya había lucido en División de Plata, con el extinto Puerto de Celeiro.

El Celta cayó en A Veiga tras tres años

El Celta cadete, capitaneado por el defensa del Nástic de Tarragona Iago Bouzán, acumulaba tres temporadas sin perder ni un solo partido. Hasta que llegó a A Veiga. En el campo sancibrense se cortó la racha del cuadro olívico gracias a una magistral falta directa botada por Pablo Fernández.