El capitán del Xove ha vuelto con fuerza y solo lamenta «pequeños errores» que los lastran
16 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.El Xove cogió vacaciones tras un triunfo tan agónico como necesario. El equipo de Quico Otero remontó en la cancha del Leis Pontevedra gracias a dos goles postreros, uno con portero-jugador y otro de doble penalti, y no reaparecerá en Segunda B hasta que el 9 de enero el Sala Ourense visite el Municipal xovense.
A falta una sola jornada para completar la primera vuelta y tras romper una racha de tres derrotas consecutivas, el capitán hace un balance «bastante positivo». «Es una temporada un poco extraña, pero hay que adaptarse. Todos nuestros partidos están siendo ajustados, pero cometemos pequeños errores individuales. Creo que estamos a un nivel de juego alto, competimos bien y vamos mejorando muchas cosas, pero parece que pecamos de inexperiencia. Y no me refiero a los jóvenes, yo soy el primero que se está equivocando bastante», analiza Bruno Rodríguez, Nete.
El viveirense, además, aplaude el desempeño de sus compañeros en Pontevedra, en una jornada en la que él fue una de las múltiples bajas: «Sufrí un pinchacito y preferimos no arriesgar. Por suerte, pudieron sacar el partido adelante. Trabajaron muy bien, estuvieron a un gran nivel defensivo y generaron en ataque, a pesar de acabar con solo seis jugadores en rotación por la expulsión de Mini».
A pesar de ese pequeño percance físico, Nete se está encontrando cómodo en su reconciliación con el fútbol sala tras una temporada prácticamente en blanco: «Venía de una operación de espalda hace dos años, y la temporada pasada se juntó que tuve varias lesiones y el nacimiento de mi hijo. Cuando al fin volví, vino la pandemia». Nueve meses después, con 37 años, ha regresado como uno de los baluartes de Quico Otero y ya ha aportado además cuatro goles. «Hice un esfuerzo muy grande este verano para ponerme a tono, salí a correr mucho e hice todo lo que pude para recuperar el ritmo porque esta puede ser mi última temporada en activo y sé que soy un jugador diésel», admite un futbolista que debutó hace casi dos décadas con el Puerto de Celeiro en Plata.