Así se cuida del temporal en Xove la pitaya, la cotizada fruta exótica

José Francisco Alonso Quelle
josé alonso XOVE / LA VOZ

A MARIÑA

Tropic Gaia

Tropic Gaia vendió toda la producción, 500 kilos, y tuvo ofertas de multinacionales

30 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Con el invierno a la vuelta de la esquina y media España en alerta por los temporales de frío y lluvia, en Morás (Xove), bajo un invernadero el cultivo de una planta propia de climas tropicales o subtropicales, la pitaya, ha dado excelentes resultados. «Ben protexida das xeadas e con moito coidado». No hay más secreto. Así se cuidan las plantas de Tropic Gaia, la firma productora y también comercializadora creada por Andrea González Río, quien se introdujo en el mundo de la agricultura en el 2017. Fue tras la muerte de su padre, un pionero en el cultivo del kiwi en A Mariña, hace más de 35 años en una finca de Cangas de Foz que ahora también lleva Andrea González.

La historia es conocida. De kiwis, fresas o frambuesas, Tropic Gaia dio el salto a la pitaya, en 2019 de forma experimental. De aquella primera cosecha salieron cuatro o cinco frutos que comieron en su casa. Pero había cultivado 1.160 plantas en su invernadero de Morás y este verano comenzó a recoger el rédito de su trabajo y de su apuesta personal, vendiendo hasta noviembre toda la producción, unos 500 kilos: «E máis que houbera. Recibimos ofertas de multinacionais que querían compralo todo», dice la fundadora de Tropic Gaia.

La pitaya, también conocida como fruta del dragón, es originaria de Latinoamérica, principalmente de México. Es una fruta exótica que sorprende por su textura, color y forma y que tiene propiedades que aportan numerosos beneficios para el organismo, además de destacar por su sabor, dulce, con un matiz que recuerda al kiwi o la papaya. Se da con temperaturas que oscilan entre los 18 y los 35 grados, aunque se está comprobando que el margen puede ampliarse, por abajo, hasta 10 grados.

Ahora, recogida la cosecha, para Andrea González llega el momento de mimar más que nunca sus pitayas. Para ello resulta imprescindible el invernadero donde las cultiva, que dispone de un sistema de sombreo que maneja en verano y que ahora, con menos sol, ya ha sido retirado. El máximo cuidado también se pone en la ventilación. «O que máis as prexudica son os cambios bruscos de temperatura, por riba e por baixo, e co invernadoiro conseguimos que estean máis ou menos estables. Tamén axuda que en Morás esteamos ó nivel do mar», señala.

Además de los conocimientos que comparte con otros productores de pitaya de España, Andrea González reconoce que la experiencia es totalmente novedosa y que mucho del cultivo y de la adaptación de la planta lo están aprendiendo sobre la marcha. Como la pitaya duplica su producción los cinco primeros años y después se estanca, con las 1.160 plantas actuales confían en obtener al menos unos 1.000 kilos el próximo año. Y la idea es seguir ampliando.

Hasta agosto, cuando las plantas comiencen a dar frutos para su comercialización, toca controlar los brotes, podar, vigilar el crecimiento... y seguir plantado y probando. «Está sendo unha sorpresa moi positiva. Foi una aposta arriscada, con 1.160 plantas, pero sacar xa no segundo ano 500 quilos foi espectacular», señala.

Además del cultivo de pitaya y otras frutas, Andrea atiende sus otros negocios, la tienda física que abrió en su estudio en Burela, Amar a Mariña, o la web del mismo nombre, una plataforma que hoy precisamente cumple un año y en la que se da salida a productos de esta comarca. Concebida inicialmente para comercializar sus propios artículos, como frutas o conservas (también es diseñadora de camisetas con Cóxegas na Alma), Andrea abrió la web a otros vendedores de A Mariña con notable éxito. «Temos pedidos de toda España e de fóra, Holanda, Irlanda...». Artesanía, bodega, charcutería, conservas, cosmética, dulces, huerta, textil... Amar a Mariña ofrece la posibilidad de elaborar espectaculares cestas para regalar esta Navidad, con envío gratis para compras a partir de 60 euros. Y desde el verano, también, pitayas, la fruta exótica, que vuela por su gran demanda.