Nicola Giangrande, alergólogo del Hospital da Mariña, dice que A Mariña la más habitual es la derivada del ácaro, por la humedad
10 nov 2022 . Actualizado a las 12:04 h.Una exposición sobre las principales alergias que atiende en su consulta, así como sobre las pruebas diagnósticas y tratamientos más habituales. También, un repaso histórico sobre la alergología y su evolución. Son los dos temas centrales que Nicola Giangrande, alergólogo del Hospital da Mariña, trató en el ciclo de Charlas Médicas de Foz.
—¿Cuáles son las patologías alérgicas más habituales en A Mariña?
—La causa principal de derivaciones depende de la temporada, aunque la más habitual es la rinitis. Después, el asma y las patologías respiratorias. Aquí, en la cordillera Cantábrica, es el ácaro principalmente, por la humedad. Durante el verano, hay incidencia de pacientes por la avispa velutina, y también la autóctona. Y en general no faltan nunca casos por alergias a medicamentos, sea la penicilina o incluso medicinas quimioterápicas. Con respecto a la alergia a la velutina, tenemos seguramente números mayores que en otras partes de Galicia y España.
—El número de alergias parece ir en aumento, imagino que también en relación con la mayor capacidad que tenemos para detectarlas.
—Es normal. Hace 30 años no había los mismos conocimientos ni tampoco medios: ni de diagnóstico, ni de derivación ni de cantidad de especialistas. Ahora hay más relación entre Atención Primaria y los hospitales. Muchos más niños son derivados con alergias alimentarias. Además, contamos con nuevas posibilidades para diagnosticar las enfermedades, más precisas: somos capaces de analizar no solo si uno es alérgico al huevo, sino si lo esa la clara, a la yema, a la proteína... Es todo mucho más preciso y específico, y también la sociedad tiene más acceso a la información.
—Con ese mayor conocimiento, ¿hay alguna alergia que le llame la atención o sobre la que la sociedad deba estar alerta?
—En España, y en lo relativo a la alimentación, los adultos son alérgicos especialmente a la fruta, y los niños a la leche. Hay casos muy peculiares, de gente que ha tenido alergias a alimentos con los que no se suelen dar problemas. La realidad es que cualquier sustancia puede comportarse como un alérgeno.
—¿Qué factores influyen entonces a la hora de desarrollar una alergia?
—Por un lado, está lo que se llama atopia, la predisposición de un paciente a ser alérgico. Esta tendencia es multifactorial: hay un componente genético que se está estudiando en el asma o la alergia a los medicamentos, por ejemplo. Tener familiares de segundo grado puede influir, y también factores perinatales, como un parto prematuro, o la duración de la lactancia materna. Verdaderamente hay un abanico muy variado, tanto de reacciones como de agentes alérgicos, y de distinta gravedad, incluida la anafilaxia.
—Antes hablaba de los niños. ¿Las alergias tienen edad? ¿Se está detectando una mayor incidencia entre los adultos?
—Aquí tenemos pacientes desde la semana uno de vida hasta los 90 años. Hay muchos pacientes que se están vacunando contra la alergia a la avispa velutina, alguno tiene 75 años. Hay incluso apicultores que llevan tres décadas dedicándose a eso y tienen por primera vez una reacción alérgica. Entre los adultos abundan los alérgicos a los medicamentos, como también es lógico, pues muchos de ellos están polimedicados.
—¿Qué importancia concede a este tipo de encuentros entre los profesionales sanitarios y los vecinos de A Mariña?
—Me parece perfecto que haya un foro para lograr, como en este caso, una comunicación tan directa entre el alergólogo del hospital de referencia y la sociedad de A Mariña. Creo que son eventos ejemplares y que debieran ser más habituales.
«La anafilaxia es la manifestación más grave de una patología alérgica y hay que tratarla lo antes posible»
Según los datos del Sergas, se estima que el 4 % de la población de Galicia tiene alergia a algún alimento y un 3% a la picadura de un insecto, lo que supone que, aproximadamente, unos 200.000 gallegos podrían sufrir una reacción de distinta gravedad ante ciertas exposiciones. La incidencia real de la anafilaxia, la manifestación más grave de una alergia, se desconoce, estimándose la prevalencia entre lo 0,3 y el 5,1% de la población. En los últimos años, la admisión en los hospitales por anafilaxia aumentó entre cinco y siete veces.
—La anafilaxia preocupa en el sistema sanitario.
—Así es. Me gustaría resaltar que el Sergas ha activado el Código Anafilaxia, un plan para concentrar un conjunto de medios y medidas para que el paciente que sufre uno de estos episodios esté tratado lo más rápido posible. Debe sospecharse cuando aparece con mucha rapidez un síndrome que afecta a la piel, a las mucosas, y que también tiene una afectación al funcionamiento digestivo, respiratorio o circulatorio.
—¿La contaminación y el cambio climático contribuyen a la aparición de alergias?
—Desde luego, favorecen que aumenten las alergias, puesto que el polen en un ambiente contaminado, muy urbanizado, es mucho más alergénico, como es lógico, al tener que sobrevivir se hace más duro. Aquí no tenemos un contador para analizar estos niveles. La Sociedad Española de Alergología tiene detectores en Barcelona, Madrid... Pero como en A Mariña no lo hay no tenemos claro cuál es el nivel.