Ni estamos, ni esperamos  (envidia de catalanes y vascos)

A MARIÑA

FERNANDO VILLAR | EFE

30 sep 2023 . Actualizado a las 15:19 h.

Lo reconozco sin complejos pero con indignación. ¡Cuanta envidia pasé en aquel Parlamento Vasco durante las cinco legislaturas que representaba al Territorio Foral de Álava!. Ya me había sucedido durante mi etapa formativa y bohemia en la Barcelona de los setenta. Cataluña y Euskadi siempre tuvieron trato de usía por los poderes centrales sitos en el kilómetro cero de la Península Ibérica.

Los gallegos éramos la esquina verde de la España cañí. Nuestras carreteras entre curvas y baches sorprendían con aquel cartel que rezaba: conductor, prudencia; de noche todos los carros son pardos. Era el aviso al hombre del SINCA 1000 sobre la posibilidad de que nada más iniciarse la dura ascensión o bajada del Piedrafita suponía poder encontrarse con uno de aquellos hermosos carros Celtas tirados por bueyes con paisana de luto riguroso y paraguas negro al frente de la comitiva.

Pasaron los años. Atrás dejé mis cuatro cursos de alumno interno en el Hospital Universitario de San Carlos. También los viajes a Barcelona en el Shanghái. Pero en pleno siglo XXI los catalanes disfrutan con un magnífico servicio con trenes de cercanías que les permite vivir en la Costa Dorada y acudir a los Hospitales Públicos leyendo un libro a trabajando con el ordenador, pues la próxima parada será en el Paseo de Gracia. Se pueden hasta permitir prescindir del automóvil a pesar de contar con dos autopistas en paralelo.

¿Y Euskadi?. Autopistas para acudir a todo el Estado. Trenes de cercanías gestionados por el Gobierno Vasco. No tienen alta velocidad por haber sido los primeros en pedirla y obtenerla, pero perderse en discusiones aldeanas sobre el trayecto de la llamada Y VASCA. Tienen una política rigurosa y plena de inversiones para puertos: deportivos, comerciales y pesqueros. Cuando sufrieron la crisis de los Altos Hornos y los Astilleros, todo el poder central salió en defensa del empleo vasco. Una de las alternativas fueron la mejor red de Museos -Guggenheim, Kursaal, Euskalduna, Artium- No sólo impulsaron el turismo de posibles dónde hubo ruinas industriales, es que cambiaron la faz de las capitales todavía acosadas por el terrorismo.

¿Y nosotros? Los habitantes al norte del norte. La Comunidad que dicen disfruta de los Derechos Históricos por ser COMUNIDAD HISTÓRICA. Son los diputados catalanes y vascos quienes pronuncian tales alegatos. Pero da igual. El socavón a la salida del puerto de Burela o a desfeita en Pedrafita sigue ahí por siempre y para recordarnos que somos de lluvia y calma. Eso sí. Muchos sábados delante de ese lugar maravilloso que cuidan Tamna y Jorge -Clandestino- en Viveiro, vemos parado al tren Transcantábrico. El resto de la semana los vagones de aquel viejo FEVE diseñado por el Directorio entre 1923 y 1929 apenas sirve a las necesidades de quienes necesita del ferrocarril viajando por el norte de la provincia, y desde luego, con dispensa episcopal para exigir comunicaciones con Lugo y así enlazar con el futuro tren de Alta Velocidad y lenta, muy lenta, puesta en escena.

Los gallegos no tenemos posición... para ciertas infraestructuras. Así que mi generación nunca llegará a ver una autovía o similar que cruce la ría de Viveiro camino del Cantábrico Occidental. ¡Todo sea por las benditas almas del purgatorio!

* Pablo Mosquera, ex parlamentario vasco.