«Nos llega cada vez más gente joven por consumo de cocaína, de entre 17 y 20 años»

María Cuadrado Fernández
MARÍA CUADRADO FOZ / LA VOZ

A MARIÑA

Maite Lanza, trabajadora social, en foto de archivo
Maite Lanza, trabajadora social, en foto de archivo PEPA LOSADA

Maite Lanza, trabajadora social de la Unidade de Drogodependencias de Burela, alerta de fumadores cada vez más jóvenes y advierte sobre los vapeadores

10 nov 2023 . Actualizado a las 18:50 h.

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la epidemia de tabaquismo es una de las mayores amenazas para la salud pública. Maite Lanza, trabajadora social y técnica responsable de las actividades de prevención que realiza la Unidade de Drogodependencias que atiende en Burela a toda A Mariña, disertó este miércoles en Foz sobre los servicios de la unidad, la situación actual del consumo de tabaco, pero también sobre la adición a otras sustancias, tanto en edades adultas como entre adolescentes.

Lanza, que realiza desde hace muchos años actividades de prevención en colegios e institutos y también participó con el neumólogo José Manuel Álvarez en un proyecto educativo, explicó qué es el tabaco y desarrolló las modalidades de consumo, incluidas las que tilda de «más atractivas» para captar la atención de los más jóvenes, como son los vapeadores: «Son una puerta de entrada al tabaco».

Reconoce que se ha experimentado un retroceso con respecto a hace diez años, cuando los adolescentes fumaban menos, pero, a nivel general, asegura que, motivados por los nuevos tratamientos, en la unidad también constatan que aumenta el volumen de pacientes que acude para dejar el tabaco.

De 40 a 60 para despedir el cigarro

Buena parte de ellos se sitúan en el tramo de entre 40 y 60 años, explica, si bien atienden a un amplio abanico, desde adolescentes hasta los 70 o más. En 2022, 20 mujeres y 24 hombres solicitaron tratamiento en la unidad.

La trabajadora social asegura que el vapeador capta la atención de los jóvenes por los sabores atractivos, «porque ellos no tienen conciencia de que ese humo que aspiran puede tener sustancias tóxicas o porque a los vapeadores se les hace mucha publicidad en redes sociales (a través de influencers o streamers) y esa llega a una población muy vulnerable en cuanto a información. Ellos lo ven como algo menos agresivo». Asegura que muchos se inician en el tabaco a partir de los 14 o 15 años: «Hay quien tontea y lo va dejando, y después, hay otros que empiezan con el vapeador, que acostumbran a comprar entre varios, y después cambian al tabaco».

¿Es más fácil ser fumador si en casa fuman? «Como en todo en la vida, aprendemos por imitación. También hay quien acaba repudiando el tabaco porque le molesta el humo en casa. Es verdad que cuando le das menos importancia a los efectos negativos y cuando en casa se fuma, es fácil que no le tengas miedo al tabaco. Igual que con el alcohol».

En la unidad atienden otros casos de adicciones. Lanza reconoce que les inquieta especialmente el incremento de consumo de cannabis y de cocaína entre la población joven, consumidos por separados o juntos: «Nos llega cada vez más gente joven por consumo de cocaína, de entre 17 y 20 años. Son edades más tempranas que hace una década, por lo menos lo que nos llega a nosotros».

Explica que en la unidad, por norma general, atienden a pacientes de más de 16 años. «Con menos de 16 vienen redirigidos desde Saúde Mental Infanto-Xuvenil. Lo que vemos a edades más tempranas es por abuso de cannabis. Pero, de una época a esta parte, cuando nos ponemos a investigar, constatamos que empiezan a probar cocaína». La experta asiente a la pregunta: «¿Si consumen esas sustancias es porque que cada vez es más fácil conseguirlas?»: «Hay mucha disponibilidad. Además, en adultos, creció exponencialmente el número de pacientes que nos pide ayuda por consumo de cocaína y alcohol».

Lanza hace referencia al anteproyecto de ley de Protección da saúde das persoas menores de idade e prevención de condutas aditivas y saca otro tema de máxima actualidad: «Otra sustancia que nos preocupa son las bebidas energéticas. Nos llegan casos de quien las usa mezcladas con alcohol o mismo en casa de forma recreativa».

Económicas y de salud, las causas principales para dejar de fumar

¿Por qué un fumador acude en busca de ayuda para dejar de fumar? «Las motivaciones principales son la económica y la de salud. El tabaco cada vez está más caro y cada vez se detectan más enfermedades influenciadas por el mismo», argumenta, indicando que en el centro se ofrecen tres tratamientos: «El psicológico exclusivamente, el farmacológico y el psicofarmacológico». En el primero se le proporcionan a los pacientes habilidades y estrategias de autocontrol y de conductas alternativas a fumar». El farmacológico —sostiene— está pensado para pacientes con alto grado de dependencia. Trabajan principalmente con tres fármacos, de los que uno se financia desde enero —Todacitan— y otro —Recigarum—, desde este mes. Previamente se hace una valoración del paciente. «Para cualquiera de los tres se necesita receta y la financiación no es la misma para todas las personas», explica Lanza, que indica que, además de supervisar la duración del tratamiento, se hace un seguimiento. También ofrecen terapia psicológica. El consumo medio de los pacientes que atienden son 20 cigarros al día.

En la ponencia se abordó cómo afecta el tabaco a un menor rendimiento físico, en las bajas por enfermedades cardiovasculares... Reconoce que sigue sin verse socialmente como una sustancia nociva, de ahí los nuevos hábitos: «Los vapeadores eran inicialmente para dejar de fumar. Ahora hay quien los usa para fumar en locales donde no pueden fumar tabaco».