Así será A Mariña dentro de treinta años: el mar llegará a casas y hoteles en varios puntos de la costa

La Voz RIBADEO / LA VOZ

A MARIÑA

PEPA LOSADA

Obras que se ejecutan en la actualidad en la costa quedarán obsoletas en unos pocos años si se cumplen las predicciones de los efectos del cambio climático

13 dic 2023 . Actualizado a las 13:31 h.

En estos momentos la Dirección General de Costas invierte sobre medio millón de euros en la remodelación de la playa de Arealonga, en Barreiros. Vipeca Obras y Servicios ejecuta el «proyecto de eliminación de especies exóticas, demolición de construcciones varias y adecuación para el uso público del sistema dunar de Arealonga», uno de arenales más concurridos de Barreiros, en San Miguel. Se actúa en un tramo de un kilómetro: la obra se licitó por 668.031 euros y fue adjudicada por 556.140 y ha incluido la eliminación de espacios que evitaban el paso de las olas. Es una de las actuaciones que, si se cumplen las predicciones del cambio climático, quedará obsoleta en pocos años. El mar superará las dunas y llegará a la carretera y casas que hay en su entorno.

Las evidencias del cambio climático son clamorosas, pero muchas obras, proyectos y planeamientos urbanísticos lo ignoran. La temperatura promedio a escala global entre enero y noviembre de este año ha sido la más alta registrada desde que hay mediciones. Hace unos días, Copérnicus, el programa de observación de la Tierra del programa especial europeo, coincidiendo con la cumbre del clima de Dubái, daba el alarmante dato de que 2023 se va a convertir en el año más caluroso de la historia, 0,13ºC sobre la media de 2016, el año que hasta ahora ostentaba el récord. Cobran así fuerza los pronósticos publicados hasta el momento, como el que hace cuatro años se presentó en la revista Nature Communications, a cargo de analistas de Climate Central, según el cual la subida del mar como consecuencia de la emisión a la atmósfera de gases que atrapan el calor tendrá efectos devastadores en el mundo, y en tres décadas, si se cumplen las peores proyecciones, cubrirá los puertos de Foz, Rinlo y Burela, el puente de la carretera de la costa en A Espiñeira, buena parte del casco urbano de Navia y de la fábrica de Ence, y también parte de Covas y Celeiro. En cambio, en zonas como Ribadeo o As Catedrais, apenas se notarán los efectos. Habrá que buscar, por ejemplo, una nueva ubicación para el Resurrection Fest, si se quieren un dato menor, pero que habla de la transformación que verán y deberán afrontar y convivir con ella en pocos años los adolescentes de hoy en día. No es, ni mucho menos, un futuro utópico, es el que se avecina a la vuelta de la esquina. Porque la experiencia dice que cada vez que se publica un nuevo pronóstico, una proyección de impacto, siempre es a peor; nunca se mejora.

Desde O Vicedo hasta la ría de Ribadeo, el impacto de la subida del nivel del mar será grande. La imagen actual de las playas de Abrela, San Román y Xilloi cambiará, al ser tragadas por el mar, que también entrará en el casco urbano de O Vicedo, hasta la calle Francisco Villasuso

La fachada de Viveiro

También es aconsejable disfrutar ahora de la paradisíaca playa de Area, que desaparecerá. En Celeiro, el mar cubrirá la avenida Ramón Canosa, adentrándose hasta la piscina municipal. En mareas vivas, llamará a las puertas del Hotel Urban y de todas las edificaciones a su altura que bordean la ría, desde el colegio público Lois Tobío al cuartel de la Guardia Civil, el pabellón polideportivo, el colegio público de Covas. Y adiós también a Xunqueira, con el mar llegando al convento de Valdeflores.

 As Catedrais

En el otro extremo de A Mariña, la imagen que se disfruta hoy de la ría ribadense también cambiará: el mar cubrirá parte de Illa Pancha y la Punta da Cruz, y el muelle comercial y la escollera. El resto se salvará. El riesgo de desaparecer será mayor en el puerto de Rinlo -la explanada del aparcamiento-. Pero la playa de As Catedrais no notará los efectos del cambio climático.

El Cantábrico amenazará los puertos de Foz y Burela y cortará la avenida de San Cibrao

El mar también se dejará notar en Barreiros, llegando hasta la carretera de la Deputación en Arealonga, donde ahora Costas remodela el paseo marítimo. También el mar llamará a la puerta de edificaciones en Altar y en Mañente cubrirá el puente de la carretera nacional que sobre el Masma une Barreiros y Foz. Si se cumplen las predicciones más extremas, en treinta años se verá también cómo el Cantábrico cubre la dársena de Foz, llegando a golpear las paredes de la piscina municipal, adentrándose por la plaza Conde de Fontao y cubriendo la zona del puerto de Tupide. Muchos locales de hostelería y viviendas se verían afectados. La playa de Llas desaparecería tal y como hoy se conoce, como parte de Peizás, A Pampillosa, Arealonga y Areoura.

También se pone en riesgo el puerto de Burela, con el edificio de la cofradía y la lonja, la Avenida da Mariña y puntos de la carretera costera hasta llegar a A Marosa. En Cervo, el mar alcanzaría buena parte de Acuidoro y cortaría la Avenida da Mariña de San Cibrao en varios puntos. El islote Anxuela ya no volvería a ser lo mismo, como el puerto de Morás. Igual destino se augura al puerto de Alcoa a la playa de Lago y a Acuinova. O en Xove, a la playa de Portocelo.