Reducir los espacios en los que aún está permitido fumar

A MARIÑA

M. Moralejo

Muy pronto comenzará el diagnóstico precoz del cáncer de pulmón

27 dic 2023 . Actualizado a las 12:28 h.

Mi colega Mónica García, antes médico hospitalario, ahora Ministra de Sanidad, se ha empeñado en dos objetivos loables pero harto complicados. Mejorar el dispositivo del Servicio Nacional de Salud en asistencia completa a la Enfermedad Mental y un Plan Integral anti tabaco. Esto último significa reducir los espacios en los que aun está permitido fumar y reducir el consumo de tabaco.

Como tantas otras veces puedo usar dos argumentos en favor de la medida. Incremento de la demanda mal atendida. Relación causal de graves consecuencias para la salud. Pero también puedo advertir sobre la realidad.

En el caso de la salud mental el escaso número de psiquiatras y la ausencia casi total de aquellos equipos de salud multidisciplinares para prevenir, diagnosticar, tratar y rehabilitar en la sociedad a los enfermos, por los que sentimos vértigo cuando alguien publica las cifras de suicidios.

En el caso del tabaco casi es más complejo. Hay una colisión continuada entre el negocio y la salud, entre la recaudación para las diferentes arcas y el impacto muy conocido del tabaco en morbilidad y mortalidad por enfermedades tumorales o cardio respiratorias crónicas e invalidantes.

En ambos casos existe la pugna entre las competencias del Ministerio y las de las Comunidades que conforman el Estado de las Autonomías. La última vez que pude comprobar en activo tal dislate fue cuando desde la Consellería de Salud, mi compañera Pilar Fargas puso en marcha el ahorro y la buena praxis al dispensar principios activos mediante medicamentos genéricos y la Ministra de Sanidad, Leyre Pajín se opuso por cuestiones de mando en plaza...

Con el tabaco y la reducción de espacios permisibles para su consumo ya tiene una objetora: Fátima Matute consejera de Sanidad en Madrid que esgrime la libertad como principio fundamental frente al principio socio sanitario pernicioso de los «malditos» cigarrillos.

Mientras la OMS predica en el desierto esgrimiendo la casuística repetitiva sobre el consumo de tabaco; la hostelería, el turismo, la propia industria multinacional que fabrica y vende cajetillas del producto -gran negocio- aditivo se ponen nerviosas, o las propias cuentas de las haciendas que cuando hacen los presupuestos generales colocan partidas en las que no solo hay gastos, también los ingresos por las tasas o imposiciones que se dan alrededor del tabaco.

Al menos puedo señalar que muy pronto comenzará el diagnóstico precoz del cáncer de pulmón mediante la práctica de broncoscopias selectivas en determinados perfiles de riesgo por consumo de tabaco.

* Pablo Mosquera: médico, ex director del hospital Vall de Hebrón y del hospital de A Mariña.