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El ministro de Industria, Jordi Hereu, acaba de anunciar que el Gobierno va a doblar en 2025 las ayudas a la industria electrointensiva en compensaciones por el CO2: de 300 a 600 millones de euros. Es lo que venía reclamando Alcoa; desde la multinacional del aluminio ya han avanzado que ven con muy buenos ojos estas ayudas, no solo para 2025 sino que también se mantendrán en años posteriores.
600 millones que allanan mucho el camino a Alcoa y a Ignis, compañía de renovables que ahora se asoció para tratar de continuar la actividad en la fábrica de A Mariña lucense. El Gobierno ha cumplido, al menos en buena parte; Alcoa reconoce que estos 600 millones ayudan a seguir materializando la hoja de ruta trazada con Ignis para las plantas de alúmina y de aluminio, pero matiza en su comunicado «que queda camino por recorrer». Puede ser, pero no debiera de ser ya tan pedregoso.
Queda por convocar la reunión de seguimiento entre Gobierno, Xunta, Alcoa y sindicatos con el fin de conocer los planes de Alcoa para la fábrica de A Mariña; seguro que se celebrará en los próximos días; de hecho iban a reunirse el pasado día 9, pero se canceló por problemas de agenda. A esa reunión está previsto que asistan los ministros de Industria y Transición Ecológica, el presidente de la Xunta y la conselleira de Industria, directivos de Alcoa y sindicatos. Bueno, parece que el camino que queda por recorrer ya no es tan difícil ni tan oscuro.
Tanto los trabajadores de Alcoa como los de las empresas auxiliares necesitan estabilidad y seguridad y los mariñanos, en general, un poco de tranquilidad ya en lo referido a Alcoa. Hay, afortunadamente, otros sectores económicos que funcionan: el turismo, con muchas posibilidades aún de seguir creciendo; la pesca, la madera, el sector servicios.