Las campanas de Santa María de Lieiro tocan a despedida: adiós María Elena Ron

Pablo Mosquera
PABLO MOSQUERA CERVO / LA VOZ

A MARIÑA

31 dic 2024 . Actualizado a las 18:58 h.

San Ciprián une a sus islas mediante el Coto. Allí, de cara al levante, Elena Ron departía con nuestras gentes. Guardaba buena parte de la historia marinera del puerto. Representó siempre a ese espíritu tan nuestro que teme y respeta a la mar. Conversadora hospitalaria capaz de recordar al San Ciprián que tuvo flota mercante y bonitera. Y es que lo llevaba en la sangre. El salitre de tantas y tantas singladuras que hicieron los de su estirpe.

Con las últimas luces del año que envejeció sin apenas darnos cuenta, se quedó dormida. Pero su pertenencia a esas damas que cuidaron nuestras costumbres la hará inolvidable. Las fiestas del Carmen, con su procesión entre Lieiro y el Puerto de Arriba, no volverán a ser iguales. Las aguas marinas de las mareas vivas llamarán a su puerta pero no la verán asomarse a la ventana que da a Cubelas.

Hoy las campanas de Santa María de Lieiro tocan a despedida. Pero su tañido recuerda al cuerno marino que oíamos de mañana y que Elena sabía interpretar como llegada de aquellas hermosas lanchas motoras cargadas con aparejos y nasas procedentes de Os Farillós.

Nos hemos quedado sin la mujer que daba cuerda al imaginario reloj del corazón. Y es que para los del Puerto, ese Coto siempre ha sido el músculo cardíaco de un pueblo que se levantaba mirando a la mar y oteando los cambios del viento.

Descanse tranquila, en compañía de los Ron. Y a los que nos hemos quedado en tierra, nos quedan sus historias. Que las mareas la lleven al infinito y que sus hijos brinden siempre por su memoria.