Los artesanos de las navajas de Taramundi sopesan incorporar maquinaria industrial para producir más y a mejor precio

José Francisco Alonso Quelle
josé alonso RIBADEO / LA VOZ

A MARIÑA

DANIEL GAYOSO

Los talleres barajan incorporar un aparato que les evite seguir subcontratando el «amolado» fuera de Asturias y reducir el coste por hoja más de la mitad

08 ene 2025 . Actualizado a las 13:25 h.

La cuchillería tradicional de Taramundi continúa dando pasos para afianzar su futuro. Con la consecución de la Indicación Geográfica Protegida para sus populares navajas y cuchillos en el horizonte y tras la unión de los dos principales talleres en una única sociedad con una docena de trabajadores y unas 50.000 piezas fabricadas al año, la incorporación de nuevas tecnologías para ganar en competitividad está ahora sobre la mesa. Es lo que se ha analizado en un estudio realizado por la empresa Idonial, que chequeó los procesos de elaboración actuales y valoró las posibilidades de mejora. Una de ellas, calificada de «prometedora» pese a su coste (unos 150.000 euros), pasaría por la incorporación de una máquina especializada en el proceso de amolado, el vaciado de las navajas, que en la actualidad los principales talleres subcontratan fuera de Asturias. Ello permitiría centralizar todo el proceso productivo en Taramundi.

En el estudio referido se concluyó que el amolado, lejos de ser irrelevante, tiene un peso crítico en el coste final de las navajas. Es así porque además del gasto que implica subcontratarlo, las piezas una vez recibidas en Taramundi deben ser repasadas manualmente una a una para garantizar que son totalmente precisas.

Luis Ignacio Suárez, de Idonial, centro tecnológico experto en materiales y procesos de fabricación, manifestó: «Hemos detectado margen de mejora en algo muy específico, el amolado de las navajas, también llamado vaciado, que es la parte del proceso de fabricación en la que partiendo de la pletina que es completamente recta se obtiene el característico bisel que da forma al filo de las navajas de Taramundi. No hablamos del afilado sino de la obtención de esa forma triangular, para entendernos, del filo. Ese proceso que en principio puede parecer que es irrelevante, nada más lejos de la realidad, porque obtener las condiciones geométricas que se pretenden es muy complicado».

«En Taramundi el esfuerzo que ya se ha hecho por los talleres en cuanto a ponerse a punto en tecnología ha sido muy importante, desde reflotar maquinaria de hace más de 40 años para ponerla al día hasta utilizarla de la mejor forma posible, pero aún así siempre hay puntos de mejora en cuanto a inversión en maquinaria más tecnológica, más actualizada, que permita más desahogo del operario para poder dedicarse a otras tareas con mayor valor añadido», añadió Luis Ignacio Suárez, de Idonial.

A su entender, haciendo el amolado en Taramundi se ganaría en calidad y productividad en el producto final: «En calidad porque la navaja sería más estandarizada y en productividad porque se podría fabricar de forma seriada (sin diferencias) un volumen muy superior, lo que permitiría poder plantearse nuevos modelos de negocio que impliquen aumentar la producción y que los operarios se dediquen a tareas del proceso de mayor valora añadido, como la fabricación de los mangos de madera de las navajas con nuevos modelos y personalizados».

«Todo evoluciona y lo que podamos aplicar para facilitar y mejorar el trabajo es imprescindible»

El artesano herrero Juan Carlos Quintana considera necesario la adquisición de la amoladora: «Hay muchas necesidades porque la tecnología evoluciona muy rápido y todo lo que podamos aplicar para facilitar y mejorar el trabajo es imprescindible. El tema del amolado es lo que ahora mismo más nos urge, poder tener una máquina que haga un amolado con garantías para nosotros poder ofrecer un producto de calidad y que el precio no se encarezca demasiado. El amolado tradicional lo estamos haciendo ahora con lija, manual, y requiere bastante tiempo para conseguir el filo apropiado. Si esto lo hace una máquina de control numérico el resultado del amolado es siempre mucho más preciso y rápido. La máquina cuesta mucho dinero, estamos hablando de 150.000 euros». Con ese hándicap, reconoció que de momento no tienen una fecha de previsión de compra, si bien manifestó: «Ojalá sea cuanto antes».

La cuestión es quién y cuándo comprará la máquina. Y sobre este particular, el alcalde de Taramundi, César Villabrille, manifestó que deberá ser algún taller, «esperemos que con ayuda del Principado», que después daría servicio al resto de artesanos a demanda: «Siempre será más fácil hacer el amolado en Taramundi que fuera». En el concejo asturiano sigue habiendo artesanos con una producción muy inferior a la de los principales talleres, que continúan haciendo el amolado de forma manual.