Un 2 de febrero «lincharon» al marqués de Sargadelos

A MARIÑA

No disponible

02 feb 2025 . Actualizado a las 12:46 h.

Los cristianos fueron sustituyendo el calendario Celta por sus propios santos y vírgenes. Así un Castro Celta como el de Rúa es asiento de un templo donde la virgen morena de La Candelaria sustituye a Imbolc. La fiesta de la diosa Celta Brigit, un canto a la fertilidad, un festival donde los druidas rinden culto a la luz y al fuego entre el solsticio de invierno y el equinoccio de la primavera.

Nuestros hermanos del norte -mar por medio-, escoceses, irlandeses y galeses, celebran tal efeméride. Se me ocurre una fábula. Nada más entrar en la parroquia de Santa María de Rúa hay un viejo pazo casi en ruinas. Estancias que conservan hermosos frisos, capilla a la que pagaron diezmos y primicias los balleneros del puerto de San Ciprián, y no podía faltar un hermoso camelio. Pues bien, a buen seguro que en algún tiempo perdido entre helechos brillantes por la lluvia, mazorcas de maíz y plantas de lino que eran material galaico para tejer camisas, sábanas y vestidos para novias, la señora de Pardo de Cela daría una fiesta y acudirían apellidos ilustres: O´Connor, Cora, Crego, Fra, Basanta... puede que hasta fuera ahí dónde se fraguó la revuelta contra Ibáñez.

Y es que un 2 de febrero -día de la Candelaria- en 1809, una partida de ingleses y asturianos, en plena guerra de la Independencia contra la francesada, apresaron en Ribadeo y lincharon al emprendedor ilustrado de los primeros hornos de fundición y víctima-represor de la primera huelga revolucionaria un 30 de abril de 1798. La acusación de tales varones y párrocos le señalaban como afrancesado. El cadáver del que sería Marqués de Sargadelos y Conde de Orbaiceta, fue desenterrado buscando los planos de un presunto escondrijo con monedas de oro que nunca aparecieron, y de nuevo los restos del caballero fueron ultrajados.

La Candelaria en mi querida parroquia de Santa María de Rúa sabe a vermú con música de aquellas orquestas como Variedades, Amor o Píndaros; a salón de Toñito que fue miembro de la Orquesta Maseda, de la alegría que se palpaba en La Primavera de Celestino y Josefa. De aquellos taxis como el de Ramón da Venta que nos llevaba al mocerío del puerto al lugar con la primera fiesta tras las Navidades.

Todos los que hemos estudiado el fenómeno industrial de Sargadelos podemos afirmar que sin el caolín y las fragas de Rúa, amén del agua que discurre por su río hasta la ensenada de Rueta, los hornos y la industria de la familia Ibáñez no se habrían podido instalar en Santiago de Sargadelos.

Conviene recordar que la faz morena de la Candelaria se la debemos a los Caballeros del Temple que desde oriente-Jerusalén convirtieron a la diosa de la tierra, Isis, en Virgen Cristiana. Y desde la España que se hizo nación a partir de 1492, se extendió con la aventura de la hispanidad por el Nuevo Continente y así hay más de quinientas vírgenes morenas.