Cristina Rodil, dietista-nutricionista: «Se consume mucha carne, demasiada bollería en los desayunos y las cenas son muy pobres»

A MARIÑA

«Si no somos conscientes de lo que metemos en la cesta de la compra terminamos malcomiendo alimentos procesados a diario», dice
05 feb 2025 . Actualizado a las 18:07 h.En su página web donde se presenta, la dietista-nutricionista Cristina Pérez Rodil (Burela, 1987) comenta que empatía, perseverancia y gran sentido del humor son fundamentales «para sobrellevar el estilo de vida estresante que el siglo XXI nos ha traído». Un estilo de vida que afecta directamente a la forma en cómo nos estamos alimentando, y parece que empeorando con respecto a cómo comían nuestros abuelos o bisabuelos, aún teniendo mucha más variedad de productos a nuestro alcance. Está diplomada en Nutrición Humana y Dietética por la Universidad de Valladolid y también estudió en la de Barcelona, especializándose más adelante en patologías digestivas, nutrición deportiva, y psiconutrición. Indica que el tema de los nutrientes empezó a interesarle en el aula de Biología en la etapa académica del bachillerato. Abrió el centro Come&Sana en 2017 y es responsable de salud nutricional del equipo Pescados Rubén FS.
_¿Qué puntuación le daría a la alimentación actual, según lo que ve en consulta?
_Teniendo en cuenta que a la consulta suelen llegar personas que ya necesitan ayuda, le daría entre un 4 sobre 10 de puntuación. En líneas generales falta mucho consumo de frutas, verduras y legumbres, se consume mucha más cantidad de carne que de pescado, la bollería abunda en los desayunos y las cenas son muy pobres («sobras, leche con cereales, o un bocadillo» son respuestas que recibo a menudo acerca de las cenas). Vivimos en una sociedad llena de prisa, ya no se cocina como antes y eso la industria alimentaria lo sabe y nos bombardea con productos listos para consumir. Si no somos conscientes de lo que metemos en la cesta de la compra terminamos malcomiendo alimentos procesados a diario.
_¿Hay interés real por mejorar la alimentación y asociarla a un estado de salud?
_Sí, y afortunadamente cada vez más. La población va siendo mucho más consciente de que el estilo de vida que adoptamos tiene repercusión en la salud tanto física como psíquica, y la alimentación es un pilar fundamental.
«La población va siendo mucho más consciente de que el estilo de vida que adoptamos tiene repercusión en la salud tanto física como psíquica, y la alimentación es un pilar fundamental»
_En relación con ciertas enfermedades, como cuando se recibe un diagnóstico de cáncer, por ejemplo, ¿a partir de ahí se refleja en un mayor interés de la persona en tratamiento oncológico para comer mejor?
_Depende mucho de la actitud frente a la enfermedad. Al cáncer le tenemos mucho respeto, por lo general los pacientes se toman muy en serio todas las recomendaciones de los oncólogos en cuanto a hábitos de vida: alimentarse bien, buscar apoyo psicológico, mantenerse activo, descansar… Otras enfermedades, que siendo también graves, como la diabetes, no alcanzan la misma connotación y eso reduce el grado de consciencia sobre lo importante que es conocer los alimentos y alimentarse de forma adecuada.
_¿Es bajar de peso el principal objetivo a la hora de pedir consulta? ¿O ya parecen otros factores y cuáles?
_Por norma general, sí. Es cierto que la tendencia está cambiando a un 'quiero aprender a comer', 'quiero cuidarme' sin importar el dato de la báscula, lo cual es algo que a todo el colectivo de dietistas-nutricionistas nos alegra porque siempre se nos ha visto como los profesionales que únicamente nos ocupamos de la pérdida de peso, y no es así. Cada vez hay más problemas digestivos con largas esperas para un diagnóstico, y la alternativa, mientras tanto, es mejorar la alimentación para encontrarse mejor.
«A los dietistas-nutricionistas siempre se nos ha visto como los profesionales que únicamente nos ocupamos de la pérdida de peso, y no es así»
_En relación con nutrición y prevención oncológica, ¿en qué principales aspectos nos deberíamos centrar?
_La Organización Mundial de la Salud (OMS) en su Informe Mundial del Cáncer afirma que alrededor de un tercio de las muertes por cáncer tienen mucha relación con cinco factores evitables y controlables: el tabaco, el alcohol (por pequeña cantidad que se tome), el sobrepeso/obesidad, el sedentarismo, y la alimentación procesada y ultraprocesada. Por lo tanto, se sabe que hay una relación directa entre el cáncer y el estilo de vida. La prevención, que es nuestra mejor arma, comienza por adoptar ese estilo de vida saludable, con alimentos frescos, naturales y de temporada, como son las verduras, frutas, legumbres, cereales integrales, y grasas saludables como el aceite de oliva virgen extra, las semillas de chía y lino, o el aguacate. Huevos y pescados son de las mejores fuentes de proteína que podemos incluir, aunque la evidencia científica está avalando la alimentación vegetariana como una gran aliada tanto en la prevención contra el cáncer, como durante el tratamiento cuando es diagnosticado.