Como viejo profesor de Salud Pública en la UPV nada más iniciar mi singladura como Gerente del Hospital de la Costa publiqué en el periódico de los gallegos -este mismo donde sigo colaborando- que la mayor cantidad de ingresos por urgencias tenían como causa los accidentes en las carreteras de nuestra Mariña. Sentó mal en los despachos compostelanos. Hasta me lo echaron en cara al despedirme- febrero del 2005-
Posteriormente, me las tuve con la Diputación Provincial de Lugo. En uno de esos despachos desde dónde se orquesta la política clientelar cercenaron las actividades de Os Aventados mediante juego interventor con las facturas de nuestra actividad. No les gustaba que fuéramos un verso libre.
Ambos sucintos recuerdos vienen como preámbulo a lo que sigue. ¡Grave y peligroso para la salud de mis vecinos mariñanos!.
Que llueva en este reino de la lluvia al norte del norte no es noticia aunque estropee la Semana Santa de mi querida Ciudad del Landro -antes o Porto era San Ciprián y A Vila era Viveiro- Pero en mis desplazamientos por la carretera entre Burela y San Ciprián por la costa -o viceversa- casi tengo un grave incidente. Hasta cuatro balsas de agua y en curvas hube de atravesar en mis desplazamientos. Y es que la citada vía con unas vistas inimaginables a la mar Cantábrica, competencia del Palacio sito en la calle de San Marcos y que antaño fue Instituto de Enseñanza Media para la generación de mi padre, solo se acuerdan de nuestra Mariña ante las proximidades de las elecciones locales.
Hemos sufrido con estoicismo hasta las fechas cercanas a mayo del 2023 que esa carretera careciera de señales horizontales y verticales con resultado- repasen la hemeroteca- de gravísimo accidente en el polígono de Cuíña. Pues bien; ahora me temo lo peor con esos baches que la lluvia llena de agua y fomenta eso que desde la DGT llaman "aquaplaning".
Claro que la DGT seguirá culpando de los siniestros viales a las conductas temerarias de los conductores que siempre dije no son peores que en resto de la UE, lo que si son peores son las carreteras de la red viaria ordinaria, su mantenimiento y la relación entre tales vías y la densidad del tráfico que además sufre la crisis económica y da como resultado un parque automovilístico envejecido que se agolpa ante las estaciones de la ITV.
De aurora boreal la última ocurrencia de la UGT. Pueden multarnos por como llevamos al conducir el codo del brazo izquierdo en la ventanilla de babor. ¡Qué detalle!. Algún día lejano en el país de Nunca Jamás volverá un fiscal a exigir que en cada accidente se levante ficha epidemiológica causal y se sancione con severidad a la administración responsable por titular de la carretera infernal que a los más antiguos nos recuerda aquellas a la entrada en nuestra querida Galicia donde hubo carteles que rezaban «conductor, precaución; de noche todos los carros son pardos».
Espero que tras lo dicho y alguna cosa más que me guardo, no venga Milei con la moto sierra y entre a sangre y fuego por los múltiples despachos del antiguo hospital de San Bartolomé.