
Este domingo por la mañana contactaba con La Voz de Galicia en A Mariña un vecino de Foz, dueño de un conocido negocio, desesperado para ver si podíamos ayudarles. Explicaba que están viviendo un infierno con unos jóvenes conflictivos que llegaron a la zona; en las calles Rego de Foz y Corporacións es donde parece que hay más problemas. Uno de ellos, un okupa, tenía un perro peligroso que ya ha mordido a varios vecinos y que ya le fue retirado.
Indicaba este vecino que ya han presentado varias quejas reiteradas ante la Guardia Civil por ese comportamiento agresivo y por los daños que causan en negocios y hasta en coches. Hay que decir que las quejas no son denuncias, son quejas y seguro que la Guardia Civil -en cualquier caso- las ha atendido y las está atendiendo.
Hay que tomar medidas ante esta situación en Foz y las autoridades ya están en ello. Ellas son las que, escuchando a los vecinos, deben actuar y lo están haciendo.
Después nos llamaron algunos vecinos más exponiendo esa misma impotencia y desesperación. Tienen miedo en sus edificios, en algún garaje donde guardan los coches. Alguno, desesperado, decía estar dispuesto a irse si la situación no se resuelve. Los vecinos de Foz no tienen por qué marchar ni dejar sus garajes por miedo, los que tienen que irse son los incívicos. Y eso es labor de las autoridades, de todas ellas, y -nos consta- están en ello.
Seguro que es una situación excepcional, puntual, que están intentando arreglar y resolver las autoridades. Lo harán. Foz es una localidad tranquila, que se vio alterada en los últimos días por una serie de circunstancias que, afortunadamente, no son las habituales.