
En diciembre de 1964 existía y funcionaba la comunidad turística de la Costa Lucense que presidía José María Beltrán Veiga. Partía su actividad de la Orden del Ministerio de Información y Turismo del 30 de septiembre del mismo año. Había comenzado la promoción turística de la costa al norte del norte y se instaba a los alcaldes a impulsar servicios y equipamientos para ofrecer y recibir a quienes debían ser visitantes con residencia veraniega en nuestra costa que regalaba las mejores playas galaicas.
Lo que antecede despertó las inquietudes de los ayuntamientos que llevaban tiempo sufriendo ausencias tan básicas como el agua corriente y el alcantarillado, este con un presupuesto aprobado de 1.498.215 pesetas, que obligaba al ayuntamiento de Cervo a pedir ayudas muy en espacial a la Diputación Provincial, y es que las Diputaciones siempre tuvieron la misión de dotar las infraestructuras básicas de los pueblos. Hoy sigue siendo así, pero es muy discutible el criterio político que se impone al criterio social.
En el mismo año y de acuerdo con el Ministerio de Obras Públicas y su Dirección General de Puertos se insta al deslinde de terrenos en La Atalaya de San Ciprián que en el futuro será espacio para las Casas Sociales del Instituto Social de la Marina y un hermoso parque que ahí está mirando a la mar y donde tradicionalmente celebrábamos la sardiñada en las fiestas del Carmen, siempre con la presencia de nuestros amigos de Brisas do Landro, de Pepe Randa y sus hijos, los futuros Píndaros que además están emparentados con la familia Murados del que fue nuestro poeta popular y al que le dedicamos una calle Os Aventados en tiempos de Roberto Álvarez y que supe hace poco que alguien desmemoriado y poco ilustrado/a con la historia quiso quitarle tal nombre.
San Ciprián es diferente al año de 1964. Entonces era un puerto pesquero y una península de paz con cuatro hermosas playas y un Hostal -Paulino- que se convirtió en santo y seña del veraneo. Allí paraban los miembros de la familia lucense, RIVERA MANSO CELA. El patriarca del clan, hombre muy conocido y activo en la prensa se preocupó y se ocupó de desarrollar el primer CIT del que fue su presidente en una directiva en la que estaba las fuerzas vivas del lugar, entre ellos mi padre y mi tío Manolo. Fueron momentos de esplendor e ilusión desde la mañana en la playa de La Concha, hoy alterada por el espigón del muelle, los partidos de futbol playa de la que salieron excelentes jugadores para equipos importantes y aquellas tertulias a las que un verano se incorporó José Luis Taboada García, Delegado Nacional de Provincias- natural de Cartelos y médico- que fue el gran artífice de la presencia en nuestra costa de ALÚMINA-ALUMINIO de INEXPAL.
Hoy muchos estamos preocupados con asuntos dignos de ser tratados. Los aparcamientos desordenados de las auto caravanas. La colocación de carpa en un lugar recuperado y de hermosa estética cual es la plaza de Los Campos. La persistencia de las ruinas fruto de la burbuja especulativa de la construcción y que constituye el FEÍSMO en la zona del polígono denominado Bella Vista. La parálisis subjetiva tanto de la ampliación del Museo del Mar con el uso de la Casa de los Iglesias, como el edificio de la Atalaya que fue derribado en parte y debería ser CENTRO TEMATICO PARA LA BALLENA, ya que San Ciprián tiene mucho que decir sobre tal épica desde la Edad Media. Y desde luego, vigilar los vertidos desde esa Alcoa incierta, por tierra, mar y aire.