“Que veinte años no es nada” reza “Volver”, el clásico tango que hizo famoso Carlos Gardel. “Volver” como cada año volvemos a Viveiro. Vuelven los equipos de trabajo, los cuatro escenarios, las cien bandas. Vuelve el recinto y su decoración. Vuelven las luces de escenario y los equipos de sonido. Volvemos los que nos dedicamos a esto. Vuelven las decenas de miles de personas que cada año tiñen de camisetas negras las calles de Viveiro, sus bares, sus plazas. Sus playas y sus paseos.
Como cada año vuelve Resurrection Fest a Viveiro, a A Mariña, a Lugo y a Galicia. Como cada año esta pequeña localidad marinera vuelve a ser un epicentro de la música en directo a nivel peninsular. Vuelve a construirse un faro que ilumina a todos los fans del rock en Europa.
Para miles de personas este fin de semana vuelve a ser el fin de semana más importante del año. Su ocio, sus vacaciones, su energía vuelve a centrarse en torno a este festival. Un orgullo y una gran responsabilidad.
Porque el Resu es un festival que llama la atención de un continente a base de luces, de fuego y de distorsión. A base de una ciudad construida en un campo de fútbol que recrea un parque temático para los fans del rock. Pero eso no sería posible si a lo largo de los últimos veinte años, miles de trabajadores no hubiesen depositado su tiempo, su esfuerzo, su intelecto, su imaginación y su pasión en este festival. Por eso, este veinte aniversario ha de ser también por ellos. Por eso este reconocimiento. Porque ellos han formado, ellos han creado Resurrection Fest. Ellos han sido, son y serán siempre la espina vertebral de esta bendita locura llamada Resurrection Fest. Así que desde aquí, esta gratitud y este reconocimiento público. Porque para algunos veinte años no es nada pero nadie se hubiese podido imaginar jamás que este sueño durase dos décadas.
* Esteban Girón. Encargado de comunicación y organización del Resurrection Fest. De Bring the Noise.