Más turistas, ¿podemos con ello?

A MARIÑA

PEPA LOSADA

30 jul 2025 . Actualizado a las 11:09 h.

Al primero que le gustaba ese turismo admirador de nuestro paisaje y costumbres marineras fue a Xosé Murados Fernández. Tras su paso por el Concello de Cervo como Oficial de primera y Secretario eventual con el alcalde Colín, fue depurado y condenado a muerte e indultado con prisión en el penal de Santoña. Era un hombre ilustrado que había conocido América y por ello describía los atractivos de nuestro paisaje para los viajeros a los que él ya llamó turistas.

En 1967 se desarrolla el turismo en la costa luguesa con los denominados Centros de Iniciativa Turística y los teleclubs que inaugura Manuel Fraga y que en nuestro San Ciprián tiene tres personajes cuya iniciativa fue fundamental. El periodista cordobés pero casado y afincado en Lugo, Francisco Rivera Manso, "el industrial"; Paulino Díaz que natural del Concello de Foz había hecho las Américas y crea en San Ciprián el salón y casa de huéspedes Miramar, para después fundar su propio establecimiento hostelero, restaurante, cafetería y cine. Y el gran Marcelino Díaz, con su esposa Esperanza Rey Camba que explotarán el Salón Miramar para después disponer el mejor de los restaurantes famoso por su cocina mariñana a base de pescados y mariscos.

Aquello que en los años setenta se llamaba turismo, comparativamente con el Mediterráneo no pasaba de ser colonias de veraneantes procedentes de Lugo -funcionarios de sindicatos- y los primeros madrileños con familia en nuestra Mariña, que ocupaban las casas de los marineros en plena costera del bonito a la que tanto tenemos que agradecer por la riqueza que dio y se convirtió en clara mejoría para la calidad de vida en nuestras parroquias rurales.

Hoy y este año más que ayer, tenemos que hablar alto y claro de turismo. Con un aumento muy grande de la población flotante en nuestra costa Cantábrica. Ocupación hotelera, ocupación de viviendas, presencia en todos los eventos festivos del verano, parque de vehículos y ese fenómeno creciente que son las autocaravanas. A ello no dejemos de nombrar la subida progresiva de todos los precios para los consumidores.

Me centro en esto último. ¿Cómo se puede soportar un espacio de responsabilidad municipal para catorce autocaravanas con una estancia de 24 horas, que llega hasta sesenta y una media de una semana de aparcamiento, no solo en el espacio señalado y autorizado por Costas, también por todas las calles y plazas a su alcance, sin que la autoridad competente les diga absolutamente nada? ¿Alguien comprueba si están cómodos, si eliminan correctamente las aguas residuales, si los vertidos son depositados dónde corresponde? Pero hay más. Es una competencia desleal a una empresa que ha tenido el valor de poner en marcha un servicio para tales viajeros en Santa María de Lieiro, pagando sus impuestos y tasas municipales, con el fin de sobrevivir como autónomos en tiempos en los que no abundan otras iniciativas que no sean bares poco profesionales en los que se llega a decir alto y claro que solo dan tapas a quien les parece pues tal detalle es tan solo una cortesía graciable del establecimiento.

Hay más. ¿Tenemos los servicios públicos socio sanitarios preparados para el incremento de la población que nos visita y crecerá más en el inmediato agosto? ¿Tenemos los espacios de movilidad capaces para el incremento de la circulación de los vehículos que llegan a nuestros núcleos de población y disponemos de aparcamientos compatibles con la población de derecho instalada todo el año?

No basta con ir a FITUR. Hay que garantizar que somos hospitalarios profesionales y podemos crecer en población vacacional sin que los visitantes y los vecinos se sientan incómodos por la ausencia de servicios y por las afluencias ruidosas entre las que podemos señalar esos próximos botellones como el que tiene nombre de sirena.

Está muy bien lo de las banderas azules. Resulta muy ocurrente lo de las playas sin humo del tabaco. Es indispensable contar con socorristas en nuestros arenales. Pero hace falta que además de vigilar la conducción con cinturón de seguridad y sin alcoholemia, se cumplan las normativas en la ocupación de los espacios con arreglo a las normas municipales.

Y por cierto. Enhorabuena al Concello de Viveiro. Me parece justo, necesario y preventivo de males mayores, el anuncio de la prohibición de esos carros de súper mercado con los brebajes para los botellones en Naseiro.