Vecinos de Río Covo: «Avisaron de madrugada de que ardía o local que imos abrir o venres»

A MARIÑA

Los residentes de este núcleo cervense, donde desalojaron a 40 personas por un incendio forestal, vivieron horas de angustia con la cercanía del fuego a casas y propiedades

07 nov 2025 . Actualizado a las 14:11 h.

Con angustia vivieron este miércoles los vecinos de Río Covo y Pedrosa, en Cervo, el incendio forestal que obligó a desalojar a 48 residentes de estos dos núcleos y que amenazó con afectar a viviendas. Dos de ellas, las más cercanas al monte de las calles 122 y Uno, situadas en un alto, tuvieron el fuego a unos metros. Tanto que en la primera las charamuscas tiznaron una pared, quemaron la copa de una palmera ubicada en el recinto de la vivienda y dañaron la techumbre del edificio.

Justo en frente vive Kevin Prieto, que se enteró del incendio por una llamada de su madre, a quien a la vez había advertido una vecina. «Cuando desperté y miré por la ventana vi todo el panorama», relata. Si dicen que una imagen vale más que mil palabras, la instantánea cumple el dicho. Desde la verja de su casa solo se ven llamas.

Prieto cuenta que entonces «saqué a mi hijo y a mi mujer y les dije que fueran a casa de mis padres. También saqué un coche pero yo preferí quedarme y controlar un poco todo, lo que se puede controlar, entre comillas, en un suceso como este», admite.

«Algunos vecinos ya habían salido de sus casas para evitar el humo y la Guardia Civil comenzó a tocar en todas las puertas», explica.

Este vecino argumenta que no pasó miedo de que se quemase su casa, porque «tengo una finca bastante grande y desde la verja todavía hay unos veinte metros hasta la vivienda». Sí se queja de que «el mes pasado» tuvo que desbrozar de maleza sin corresponderle zonas contiguas a su parcela, a la parte lateral y trasera de la misma, a donde «a unos diez metros estaban los primeros eucaliptos. Si no lo hubiese hecho, tendría el fuego pegado a mi muro», manifiesta.

El fuego forestal, desde el jardín de una vivienda
El fuego forestal, desde el jardín de una vivienda

Los dueños del club social de Río Covo, situado más abajo en la urbanización, vivieron una noche horrible. «Chamoume un compañeiro avisando de que estaba ardendo o negocio hosteleiro que estamos a punto de abrir. Foi un susto tremendo», cuenta Adrián Cao. Los propietarios llegaron sobre las cuatro de la mañana y fue entonces cuando confirmaron que el inmueble no había sido afectado por las llamas, pero las tenía en frente. «O lume estaba a arder ao principio a carón do parque que temos diante», explica. «Logo veu a Garda Civil, logo outros vehículos e máis tarde os das brigadas e os bombeiros, pero para daquela xa se descontrolara bastante cara arriba», afirma.

Al tiempo que el hostelero exponía ayer su relato, peritos señalizaban en esa misma zona una torreta eléctrica, recogían muestras y revisaban el espacio desde lo alto con un dron. A pocos metros quedaban los restos de una palmera calcinada. Se desconocen las causas del incendio, que aclarará la investigación.

De Río Covo el incendio forestal se propagó hacia Pedrosa, en dirección al polígono de Cuíña, zona donde hubo que vigilar no solo las viviendas, sino también que no afectase a la instalación del gasoducto de A Mariña. Propietarios de fincas en las dos zonas acudían a saber si habían ardido sus parcelas.

En la puerta del centro social de Río Covo, en el que este miércoles ultimaban trabajando a tope las obras previas al estreno, un cartel anuncia la próxima apertura del negocio, este viernes, con conciertos. Una jornada que será de fiesta, pero que pudo frustrar el fuego.