Sargadelos no es solo una fábrica de cerámica, es un sello representativo de Galicia tanto industrial como cultural. Ahora vive un nuevo conflicto a raíz de una inspección rutinaria a finales de esta semana. La dirección ha cerrado la planta de producción de Cervo y ha planteado un ERTE provisional que ha sido rechazado por la Xunta, que insta a la empresa a continuar la actividad. Por parte de Sargadelos se presentaron ya alegaciones a esa decisión, sobre las que deberán resolver las autoridades laborales probablemente este mismo lunes.
¿Qué pasará ante esta situación? Esa es en este momento la gran pregunta. Una incógnita conociendo al dueño de Sargadelos, Segismundo García, hombre de carácter, con una personalidad fuerte, marcada. Probablemente ni él mismo lo sepa a estas alturas. Ha dimitido además como director y CEO de la fábrica y así lo ha comunicado al Juzgado de lo Mercantil en A Coruña el pasado viernes.
Lo que sí se sabe es que va a iniciar un viaje de varios días que ya tenía previsto con anterioridad y que la planta de producción de Sargadelos sigue cerrada. Él no estará. Una pena este nuevo conflicto (en el que nadie gana) porque Sargadelos va bien, abre nuevas tiendas en grandes capitales y expone sus diseños en museos importantes; ahora encara la campaña navideña que, seguro, será un éxito.
Segismundo García es un hombre singular, con un estilo muy propio, cuestionado por muchos, pero que empezó en A Pontenova con una pequeña tienda familiar, que intentó una franquicia de Sargadelos y se le denegó y hoy es el dueño de la fábrica de cerámica, a la que rescató años atrás con su dinero cuando Sargadelos se hallaba en dificultades. Hombre de éxito en otros negocios, también hosteleros; es el propietario del hotel Voar en Ribadeo, donde organiza los famosos foros de debate cada año con personajes de relevancia en España, de todos los partidos e ideales. Tiene algún poemario de juventud editado, pero con los años ganó su faceta de empresario. Por ese espíritu libre y rebelde que le caracteriza (no sé si rebelde es la palabra exacta; él nunca se resigna), nunca se sabe por dónde va a salir. No olvidemos que hay 86 trabajadoras y trabajadores de la planta de producción de Sargadelos afectados.