El inglés que vino a Burela para agradecer que lo hubieran rescatado de un naufragio

S. corral BURELA / LA VOZ

BURELA

CEDIDA

El «Faro de Burela» les salvó la vida a dos tripulantes de un velero a 70 millas de Estaca de Bares hace dos años

19 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Se llama Robert, es inglés, de Cornualles, y vino con su esposa a Burela hace unos días en autocaravana desde Cornwall. ¿Su intención? Visitar a quienes le rescataron de un naufragio en alta mar hace dos años (el 17 de julio de 2017), a unas 70 millas de Estaca de Bares.

Quienes le rescataron fueron los tripulantes del pesquero «Faro de Burela», cuyo armador es J. Ramón Díaz Legazpi; entonces el patrón del barco era Pepe Cobas.

Robert y su esposa llegaron a Burela por sorpresa en su autocaravana. Solo hablaban inglés. Preguntaron en el bar Miranda, del puerto, por el barco y por su tripulación hasta que localizaron a Ramón y a Pepe Cobas. Realizaron un viaje tan largo para agradecer Robert, emocionado, que les hubieran salvado la vida a él y a otro tripulante (no a su velero, que acabó hundiéndose).

Robert y Pepe Cobas relataron su experiencia ayer en el programa «Galicia por diante», que dirige Kiko Novoa en la Radio Galega, quien muy amablemente nos facilitó los contactos. Este reportaje no hubiera sido posible sin su colaboración. Robert y su esposa ya se fueron y ni Ramón ni Pepe conservaban ayer imágenes de este encuentro.

Recordaba Robert ayer en la RG aquellos momentos de incertidumbre en el mar, con el barco hundiéndose debido a una vía de agua presagiándose la tragedia. Recordó, emocionado en su inglés de Cornualles, que los marineros de Burela les dieron ropa limpia y pollo a bordo.

«A lei do mar»

Hay detalles que no se olvidan. «É a lei do mar, non está escrita pero é así; axudar sempre a salvar unha vida por encima de todo», explicaba Pepe Cobas.

Robert y su esposa marcharon de Burela satisfechos en su autocaravana tras haber cumplido su deseo. Dar de nuevo en persona ese agradecimiento sincero a sus salvadores. Robert lo perdió todo, el barco, que era su vida. Pero al menos pudo cumplir ese viejo deseo en Burela.

Son las cosas del mar, donde la vida se vive de otra manera y se aprecia en su mayor dimensión. Desde la distancia que procura el océano.